Las  discusiones alrededor de si se requiere o no una reforma al sistema pensional se han vuelto cíclicas en Colombia desde hace muchos años. En las últimas semanas el tema se ha puesto sobre la mesa otra vez. El gremio que reúne a los fondos de pensiones y cesantías alertó días atrás sobre la necesidad de abocar un análisis profundo del actual sistema para garantizar su financiación y sostenibilidad a largo plazo. El Gobierno dijo que es viable estudiar las propuestas al respecto pero no se alineó con la necesidad de proyectar una reforma prontamente y menos llevarla al Congreso en pocos meses. En el Congreso, en el marco de la discusión del proyecto del presupuesto general de la Nación para 2015 el alto monto de recursos destinados para pagar las jubilaciones, también llevó a varios parlamentarios a advertir que se requerían ajustes en este campo. Los sindicatos, a su turno, consideran que no sería aconsejable tocar en estos momentos aspectos relacionados con la edad de jubilación o el número de semanas cotizadas necesarias para acceder a la misma. Y los empresarios advierten que el costo de la nómina todavía pesa mucho en las finanzas del sector productivo, por lo que restablecer una parte del pago de las horas extras nocturnas o proyectar cambios en los regímenes pensionales debe sopesarse con mucho cuidado, pues podría impactar la disminución del empleo o incluso la formalización laboral…

En fin, como era previsible, el solo hecho de mencionar una reforma al régimen de jubilación, sobre todo al llamado régimen de prima media, ya prendió un debate de alto calibre que es necesario aterrizar, para no generar escenarios de tensión prematuros frente a una posibilidad que, en todo caso, no se avizora como inmediata, de acuerdo con las previsiones gubernamentales.