Elecciones cruciales | El Nuevo Siglo
Jueves, 13 de Diciembre de 2012

EN medio de la incertidumbre, los constantes rumores sobre la salud del comandante Hugo Chávez, recién operado por cuarta vez en secreto en Cuba, de la lucha intestina por el poder, de vuelos subrepticios de Caracas a La Habana, faltan pocas horas para las elecciones regionales en Venezuela, las que se constituyen en un plebiscito sobre el comportamientos electoral de las masas sin el jefe del socialismo del siglo XXI. Son las primeras elecciones en las cuales el comandante no estará presente. Su ausencia resiente y preocupa a todos, no pocos de los jefes de la oposición consideran que en medio de las insalvables diferencias que tienen con el gobernante, como el rechazo a sus arbitrariedades y excesos, comparado con algunos de los jerarcas que controlan parte del poder, éste fustigaba a sus contrarios verbalmente con incendiarias sugestiones, incluso amenazándolos con las turbas armadas y el uso de la fuerza, como le aconteció a Radio Caracas Televisión, sin llegar a los extremos del comandante Fidel Castro, de eliminar a opositores y propietarios. Sus herederos, de no consolidarse la delegación verbal en Maduro, podrían ser más radicales. La autoridad del comandante Hugo Chávez sobre las Fuerzas Armadas, las milicias populares, los legisladores, los organismos del Estado y la chequera petrolera, lo convirtieron en uno de los personajes más poderosos del planeta. El manejo de los medios de comunicación y la desfachatez para desafiar a los grandes capitanes de la democracia occidental le hicieron famoso. Su influjo consiguió modificar el mapa geopolítico regional, con la excepción de Chile, en donde la vieja izquierda socialista rechaza el aventurerismo. Tuvo el destino de Brasil en sus manos, cuando les vendió petróleo más barato, antes que encontraran los actuales grades yacimientos. Chávez, con Fidel Castro, Lula y los dirigentes de la izquierda hispanoamericana, propiciaron la más grande alianza de neosocialistas en Hispanoamérica, con la voluntad de conquistar el poder por la vía electoral. Modificó la relación de Bolivia con Argentina y Chile, para que el gobierno de La Paz consiguiera mejores precios por el gas. Al tiempo que con armas y asesoría consolidó el régimen demagógico de Evo Morales. Luego dio un giro político y restableció intimas relaciones con el gobierno argentino, convertido en compadre de los Kirchner. Sus movidas financieras con la compra de bonos argentinos, no solamente salvaron la economía, sino que dejaron jugosas ganancias. Algo similar hizo en Ecuador. Varias veces desafió al FMI. Sus amigos de izquierda en la región recibieron apoyo financiero para ganar elecciones. Cuenta Chávez con seguidores moderados, extremistas, visibles y vergonzantes en varios países. Se hizo famosa su descalificación de Alan García. Fidel Castro y Chávez, contribuyen a sentar en la mesa de negociaciones a las Farc y el actual gobierno de Juan Manuel Santos. Es evidente que Chávez no es un héroe al estilo del Che Guevara, dispuesto a jugarse la vida en cualesquier rincón del mundo. Es un agitador político talentoso, con corazón de revolucionario y estómago de sátrapa. Su papel en el intento golpista ha sido severamente cuestionado por los militares que lo acompañaron en la aventura, mas cómo negar que de alguna manera le inyectó pragmatismo a la izquierda regional, la hizo abandonar en parte la tendencia a empuñar el fusil y sufrir derrotas militarmente en todas partes, hasta sobrevivir en Colombia con el incentivo de los negocios ilícitos. Un capítulo interesantísimo sería el de intentar deshilvanar la contradictoria y hábil política exterior de Chávez; astuta y caprichosa política internacional de antagonista de Imperio, su relación con Rusia y China, aliados en el Consejo de Seguridad de la ONU, su política armamentista, sus negocios con terceros, como Irán, su apoyo a Siria. La confrontación con Israel. El firme apoyo a los sandinistas de Nicaragua, país en donde hizo grandes inversiones. Chávez se la jugó toda por dominar el Caribe con el petróleo y desestabilizar Honduras, país que mostró un coraje insospechado en la defensa de su soberanía; abandonado, en ese momento, por todos, traicionado en la OEA, Colombia le tendió la mano. Poco se sabe de su política secreta, de sus acuerdos con Fidel Castro, de los arreglos para intentar mantener la continuidad en el poder del socialismo del siglo XXI. En Venezuela, con el pueblo famélico, pese a su inmensa riqueza petrolera, la oposición ha superado al oficialismo en votos varias veces en las elecciones regionales. La pregunta obligada es: ¿las Fuerzas Armadas y las milicias se mantendrán sobrias? ¿Los agitadores retornarán a sus barriadas sin lucha? ¿Se producirá una primavera al estilo árabe? ¿Las mayorías silenciosas saldrán a las calles? En estas elecciones cruciales todos cavilan sobre cómo será el futuro sin Chávez.