España, “relación especial” | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Marzo de 2015

*Mariano Rajoy, aliado insustituible

*Un Partido Popular colombianista

LA  cercanía de España con Colombia y viceversa  ha cobrado fuerza inusitada en el actual Gobierno del Partido Popular, presidido por Mariano Rajoy. Pocas veces, como en la actualidad, el país ocupa las primeras planas españolas, fruto de múltiples actividades que van desde lo económico a lo cultural, pasando igualmente por la coordinación europea que la Península tiene de la financiación del posconflicto colombiano.  Y esto merece reseña particular.

Así lo es, precisamente, porque los lazos pasan por un momento estelar, uno de los picos más altos en la histórica relación. Hoy, en España, a diferencia de otras épocas, se nota que las nacionalidades preferentes son las de México y Colombia. No es, por supuesto, para generar matrículas particulares, ni demeritar en lo absoluto naciones vecinas o hermanas en América Latina. Pero evidentemente pareciera darse algo parecido a una “relación especial” que los conservadores, al mando de Rajoy, se han encargado de poner muy en alto.

Esto, cuando la situación española no es precisamente boyante, tiene mayor significado. Y desde aquí se espera, por descontado, que el país ibérico logré mantener la ruta ascendente que paulatinamente ha logrado imponer la administración actual. De hecho, los mejores indicadores de empleo y otros rubros han permitido recuperar ciertas dosis de optimismo, luego de la debacle previa. Sea por ello, justamente, que “Podemos” está a punto de desplazar al Partido Socialista (PSOE), de modo que en las próximas elecciones los conservadores deberán enfrentar una izquierda profundamente dividida, parte de la cual quiere tomar el sendero griego como castigo. Existe, desde luego, el peligro de que la ola populista, sea de derecha o de izquierda, como pervive la amenaza en Francia o Italia, tome la vanguardia frente a la sindéresis económica. Aun así, “Podemos”, en España, está en el brete de explicar su financiación y lazos chavistas y por qué tiene al fallido gobierno venezolano de paradigma. Es decir, que se está viendo en calzas prietas para explicar lo inexplicable, para defender lo indefensable.

En tanto, Rajoy y el Partido Popular se han venido afianzando en el espectro político. Ciertamente en España, en todos los partidos, se cuece la corrupción y eso es de lamentar. Existen en la Península altos niveles de exasperación por los continuos escándalos de los que son protagonistas dirigentes reconocidos, comenzando por el pasmo causado con los Puyol, en Barcelona, y la mala hora por los insucesos dentro de la monarquía. Todo ello, de antemano, demerita la acción política, acaba la confianza en las instituciones, por lo cual el Partido Popular, ante los suyos, debe ser drástico y contundente, como en efecto lo ha sido.

Frente al país, el Gobierno que preside el Partido Popular ha enviado señales inequívocas, incluida la voz del rey Felipe VI, de que quiere una Colombia en paz, para lo que está dispuesto a colaborar en lo que sea menester. Énfasis particular ha hecho Rajoy en que el Eln debe decidirse, de una vez por todas, a adelantar diálogos efectivos y concretos con el Gobierno colombiano. En ello España podría ser colaboradora sustancial, en el entendido de que, por experiencias anteriores, conoce a esa organización. A ello además, no solo se han sumado las gestiones eficaces para desvisar la entrada de colombianos a Europa, sino que ha colaborado con la más grande exposición de artistas nacionales, como acaba de verse, con éxito, en la organización de Arco. Todo esto con el incremento paralelo de inversiones por parte de los empresarios españoles en el país.

Para Colombia, sin duda, lo mejor es que España deje definitivamente la crisis económica que de algún modo la ha sumido en el pesimismo. No ha sido, por supuesto, fácil observar cómo se congelan o disminuyen los salarios y se paraliza la capacidad de consumo. Con el Partido Popular, sin embargo, España ha comenzado a ver la luz al final del túnel. Y eso, como se dijo, es una buena noticia para el país. Tener un aliado leal y jugado, como lo ha demostrado Rajoy con Colombia, ha sido, a no dudarlo, motivo de avances y bienaventuranza. /JGU