Fiestas sin contratiempos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Diciembre de 2013

En  estos días decembrinos el regocijo es desbordante. Época de compras; los regalos se tornaron en compromiso obligado no solo para la familia; también los amigos son partícipes de las demostraciones de afecto mediante algún presente.

En estas fechas, las más esperadas, como la Navidad, que principalmente debiera ser de devoción y fe, ya que se trata de rememorar el nacimiento del Salvador del mundo, en el pesebre de Belén, predomina más lo comercial, lo material, sin embargo, hay muchas cosas positivas, como son los reencuentros familiares, y con amistades. Es el tiempo de integración, los abrazos y la cercanía de los seres queridos, aun los residentes en otras latitudes, quienes mediante las modernas tecnologías de comunicación de hoy que permiten en tiempo real ver imágenes y sonido, pueden intercambiar saludos y charlas con los suyos.

Navidad y Año Nuevo son los más importantes acontecimientos del año en términos de jolgorio, que todos quieren disfrutar. En medio de la euforia se olvidan los problemas, la escasez de plata; de alguna manera se solventan los gastos extras que resulten; el dinero plástico es el que más funciona y el consumo se dispara. Las maniobras para cancelar obligaciones y deudas se manejan en enero, cuesta por cierto bien pesada. De lo que se trata es de gozar de la vida en el mes más atractivo del año.

Es apenas justo festejar y gozar. No obstante se deben observar precauciones, prevenciones y actitudes imprescindibles en el discurrir de estos días. Son varios aspectos prioritarios, para no lamentar hechos negativos, amargos, de frustración o de dolor. En primer lugar hay que estar atentos a la acción de los amigos de lo ajeno que acechan, como dice la frase popular: “no dar papaya”, cualquier omisión o descuido lo aprovechan los ladrones para despojarlo del dinero y pertenencias, igual las viviendas, éstas bien seguras si se viaja. A propósito de los paseos, indispensable revisión del estado mecánico del vehículo, frenos, dirección… Y en carretera, quien esté al volante, sin haber tomado ni un solo trago de licor. Y en esto, una vez se llegue a los lugares de veraneo o si se continúa en la ciudad, la reunión familiar y de amigos, donde sin duda abundarán las libaciones, la adquisición de licores en sitios reconocidos, almacenes de cadena, nunca comprar trago sin garantía de su legitimidad. La ingestión de productos falsificados o adulterados pone en juego la salud, ceguera permanente o la vida.

Actuar con la lógica que indica el sentido común es la mejor manera de gozarse diciembre con la consigna de fiestas sin contratiempos y sin tragedias que amarguen la Navidad, la despedida del ‘año viejo’ y llegada del nuevo año.