Huelga en el Cerrejón | El Nuevo Siglo
Sábado, 9 de Febrero de 2013

* Cae precio del mineral

* Irreparable daño ecológico

 

Los problemas del sector carbonífero en Colombia se agravan. Son frecuentes las protestas en Boyacá, Cundinamarca  y Santander, por los efectos negativos que ha tenido en el sector la caída de los precios  que ronda en los últimos meses el 50%. El carbón de estas zonas es de buena calidad, pero la distancia de los puertos encarece los fletes por carretera, la falta que hacen los trenes para exportar el valioso mineral y otros productos nos hace poco competitivos, más en tiempos de TLC. Los propietarios de las minas pierden grandes sumas de dinero y los trabajadores sufren despidos, lo que agudiza el malestar social. Los cálculos de regalías del sector en esas zonas no tuvieron en cuenta la caída de los precios, que afecta a varios municipios en sus ingresos.

Los hallazgos de inmensas reservas de carbón en los Estados Unidos, habitual  cliente nuestro,  amenazan a futuro los precios. Y fuera de eso, tendremos que competir con esa potencia  para mantenernos en el mercado y aumentar las ventas en Brasil. En tal sentido, la demora de Colombia en habilitar los trenes para el transporte de mercancías y materia prima, es un factor que presiona en contra del desarrollo y la competitividad. Hasta ahora, como en el caso del tren del Carare, no existe acuerdo entre particulares y el Gobierno en cuanto tender vías de trocha ancha o seguir con las angostas, que en el mundo de hoy son antieconómicas.

En medio de la crisis del carbón, que también por la caída de los precios afecta a los grandes productores, se declara en huelga el sindicato del Cerrejón, cuya mina está situada en el Departamento de La Guajira, lo que compromete a 12.000 trabajadores, la mayoría de ellos subcontratados por terceros. El año pasado, según informes oficiales, se extrajeron  unos 34,6 millones de toneladas de carbón. La huelga del Cerrejón causa millonarias pérdidas diarias a sus propietarios y trabajadores, como a los intermediarios y de manera indirecta a los transportadores, así como a los receptores de recursos de las regalías y a los que negocian con ese producto, como a todos aquellos que comercian con los trabajadores y las personas ligadas a la empresa. Los dirigentes sindicales no aceptan argumentos de la compañía en lo que se refiere a la baja del precio del carbón y el alza en las regalías, lo que incide en dificultades para satisfacer las peticiones de los trabajadores.

La mina del Cerrejón es una de las más grandes a cielo abierto del planeta. Es de recordar que el gobierno de entonces la vendió por un precio absurdo, muy inferior al de su valor estimado, fuera de eso la empresa que la compró se encontró unas reservas reales del mineral muy superiores a lo que le habían vendido. Lo que muestra cómo en ocasiones la burocracia oficial que por razones políticas se encarga de ese tipo complejo de negocios mineros comete grandes equivocaciones, que afectan el patrimonio nacional. Por cuenta  de la explotación minera, con las  complejas  dificultades del negocio del carbón, se generan problemas por la manipulación del producto, dado que entre los trabajadores y en la región se multiplican las enfermedades respiratorias y cancerígenas. Por lo que se deben tomar medidas ambientales y sanitarias que aminoren los riesgos para las comunidades que habitan en el radio de influencia que enrarece el aire. Situación que se extiende a las zonas por las cuales se transporta el mineral.

Las noticias del sector carbonífero se tornan más preocupantes, en cuanto la Drummond se ve envuelta en un delicado escándalo por cuenta del  derrame  de varias cantidades de carbón de una barcaza en el Mar Caribe, por la zona  del puerto de Ciénaga. Lo que ha suscitado la vigorosa acción del Gobierno y de las autoridades mineras y ambientales. La Agencia Nacional de Licencias Ambientales y el Ministerio de Minas y Energía están investigando el accidente. La Drummond se defiende con el argumento de que debió lanzar al mar las toneladas de carbón para salvar la vida de los tripulantes de la embarcación. El malestar de las autoridades colombianas se hizo público en cuanto se enteró por terceros y varios días después del derrame de carbón al mar. El Ministerio de Ambiente se pronunció de manera tajante, advirtiendo que los culpables deben ser sancionados según el tenor de la ley. Entre tanto el principal sector del carbón está en huelga. La Agencia Nacional de Licencias Ambientales de Colombia y el Ministerio de Minas y Energía están evaluando las causas del derrame de carbón. Los días 12 y 13 de enero fueron vertidas toneladas de este mineral al Mar Caribe en el puerto de Ciénaga (norte) para evitar que una barcaza de Drummond se hundiera, explicó el capitán de fragata Guillermo Díaz, director de la Autoridad Marítima en Santa Marta. "Fotografías muestran que hubo vertimiento de carbón al mar. Estamos determinando la cantidad exacta mediante una investigación", dijo a medios locales, Díaz. El ministro de Ambiente, Juan Gabriel Uribe, advirtió que debido a que la compañía no informó a tiempo sobre el accidente, ni los problemas de contaminación sobre el Caribe, se expone a una multa de 2.947 millones de pesos (USD 1,6 millones) y sanciones técnico-ambientales.  Y agregó: "Se va a realizar una visita para observar qué fue lo que pasó en la zona, cuál fue la supuesta emergencia, qué pasó con la barcaza. Hasta ahora hay un elemento importante y fue que la Drummond no informó en el tiempo”.