* Un TLC en plena negociación2
* Acceso a dos mercados clave
La visita esta semana del presidente Juan Manuel Santos a Turquía tiene importantes implicaciones, sobre todo en el campo comercial. No se puede olvidar que Colombia viene avanzando las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio con Ankara, a tal punto que a comienzos de este mes se llevó a cabo la cuarta ronda y el objetivo de ambos países es que el pacto entre en vigencia el próximo año.
Días atrás el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo indicó que mientras faltan por finiquitar la discusión de capítulos de acceso a mercados, reglas de origen y normas sanitarias y fitosanitarias, así como en la mesa de agricultura, ya hay acuerdos en una decena de rubros de negociación relativos a aduanas, obstáculos técnicos al comercio, defensa comercial, propiedad intelectual, competencia, disposiciones generales, solución de controversias, comercio y desarrollo sostenible, excepciones y disposiciones finales. Y a la par de las tratativas sobre el TLC también se avanza en la búsqueda de un Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca para la Inversión Extranjera entre ambas naciones.
Quizá para algunos sectores colombianos el mercado de exportaciones e importaciones turcas les parezca que no es significativo. Craso error. Ese país continúa, en medio de no pocas tensiones geopolíticas y comerciales, como el más firme candidato a ingresar a la Unión Europea. Se le considera, por tanto, una nación que sirve de puente o puerta de entrada a dos mercados clave: el del viejo continente y el asiático.
A su turno, la relación comercial entre Colombia y Turquía es más dinámica de lo que se cree. Prueba de ello es que las exportaciones de nuestro país a ese mercado sumaron en los primeros ocho meses de este año más de 365 millones de dólares, registrando así un aumento del 195 por ciento frente al mismo período de 2011. Carbón es nuestro principal producto de venta. Entre tanto, entre enero y agosto pasados se importaron productos como barras y alambrón de acero, tejidos de algodón y automóviles por casi 80 millones de dólares, es decir, un incremento del 151 por ciento.
Dado que Colombia se ha convertido en un país muy atractivo para la inversión extranjera, una delegación de empresarios turcos que visitó el país recientemente mostró interés en proyectos de construcción, industria e infraestructura de transporte, especialmente. Ello se explica porque Turquía es una potencia en materia de acero. Es claro que ellos ven a nuestra nación como puerta de entrada al mercado suramericano, que se ha erigido como un destino seguro y rentable por su estabilidad y blindaje relativo frente a los síntomas de recesión que no han podido ser exorcizados en Europa y los picos altos y bajos en la economía estadounidense.
Como se ve, el viaje esta semana de la delegación colombiana a Turquía -como antesala a la no menos importante escala en Inglaterra- es clave en materia de la estrategia de globalización comercial de nuestro país. El propio Jefe de Estado recalcaba días atrás que los TLC y otros acuerdos de internacionalización han sido positivos toda vez que las exportaciones vienen creciendo por encima del 40 por ciento y la inversión extranjera directa aumentó casi el 54 por ciento. Desde ya se advierte que a diciembre se marcará récord anual en ambos rubros. Las ventas a Chile, Canadá, Suiza y Triángulo Norte han mostrado un repunte sin antecedentes, e incluso hay incremento frente a Estados Unidos, pese a que con este país aún no ha entrado en vigencia el TLC, ratificado hace pocas semanas en el Congreso norteamericano y comenzando recién el complejo proceso de adecuación normativa interna.
La apertura comercial no tiene reversa y la agenda económica es la que se impone en materia de estrategia diplomática. En ese marco, para Colombia la apuesta turca es muy atractiva.