La Armada está lista | El Nuevo Siglo
Domingo, 14 de Octubre de 2012

*Nicaragua desespera

*Rechazamos sus provocaciones e insultos

Han  sido numerosas las continuas vejaciones, violaciones y atentados de Nicaragua contra nuestra soberanía nacional, en cuanto se malinterpreta la actitud serena y legalista de la Cancillería de San Carlos, como debilidad. La posición de Colombia a lo largo de las incursiones, demandas e insultos de Nicaragua, suele ser invariablemente,  de reclamo amable, como si se tratara de reconvenir pausadamente a un hermano menor que yerra por falta de información o de buenos modales. En el pasado le prestó Colombia a Nicaragua sumas millonarias en dólares, que en el momento de cobrar adujeron que eran un regalo. Lo mismo que se ensayó llevar a una de las posesiones de Ortega, una numerosa comitiva colombiana. Así como en diversos casos se trata de minimizar las abusivas violaciones de nuestra soberanía para no disgustar al “buen vecino”.

Resulta que los continuos intentos de Colombia por atraer a los nicas, hacerlos razonar y demostrarles que nos asiste el derecho internacional, no reciben la mayor acogida, se entienden como debilidad y torpeza. Nicaragua está acostumbrada a desafiar otros países, es una de las naciones más dada a pleitear por cuestiones fronterizas y marítimas, incluso le ganó un sonado pleito internacional a los Estados Unidos. Las diferencias entre la oposición y el gobierno desaparecen cuando se trata de apoyar una demanda como la que presentaron contra nuestra posesión y justos títulos en el meridiano 82, como en San Andrés, Providencia, Contador y Quitasueño, como el resto de cayos. Los distintos gobiernos de izquierda y de variado signo, que ha tenido ese país en las últimas décadas, se han mostrado favorables a los reclamos a Colombia y han seguido apoyando en todos los casos la demanda en la Corte Internacional de La Haya. Así que nuestra generosidad y diplomacia de la mano tendida es despreciada, bajo la consigna de que a Colombia se la debe tratar con saña para obligar a  nuestro país a ceder a sus pretensiones por injustas que puedan ser. Los mismos nicas se sorprendieron cuando la Corte Internacional aceptó revisar unas fronteras que no estaban en discusión, que son anteriores a la creación de ese Tribunal. En ese momento le faltó a Colombia más energía, como protestado y denunciado las continuas violaciones y provocaciones a nuestra soberanía marítima. En particular cuando ese país ofreció franjas para que compañías petroleras multinacionales hicieran sísmica petrolera en zonas que son nuestras.  Así como se han dejado de contestar en diversas ocasiones las ofensas de políticos de ese país e, incluso, del gobierno.

Como sostiene la Biblia, si te disfrazas por mucho tiempo de paloma te devorarán los buitres. Desde luego es comprensible la suma delicadeza de nuestra Cancillería para no ofender los sensibles oídos de los pares de Nicaragua, mas mantener siempre una actitud compasiva y de sonrisa forzada frente a las amenazas y alardes de quienes nos demandan, no siempre es lo más convenientes. Es por ello, que una vez más, un barco nicaragüense viola nuestra soberanía, quizá para conocer nuestra capacidad de reacción, así como muchas lanchas pequeñas se mueven  por la región en permanente desafío y burla a la fuerza naval de Colombia. A sabiendas de que con ello intentan dejar constancia de que ellos navegan por nuestras aguas como Pedro por su casa.

Por  lo anterior apoyamos la reacción firme y decidida que ha tenido la canciller María Ángela Holguín, frente al ofensivo proceder de los nicas, quien calificó el avance de la nave Mede Pesca III de Nicaragua, como “un acto de desesperación”.  Dado que se produce a semanas del fallo que se espera de la Corte Penal Internacional de Justicia, sobre la demanda de limites marinos binacional. Trascendió que la Cancillería de San Carlos le ha dado a la violación de nuestra soberanía toda la importancia que se merece y que ha mantenido reuniones con el presidente Juan Manuel Santos, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, así como con altos oficiales de la Armada. Se sabe que la pretensión de los nicaragüenses era la de avanzar por nuestras aguas y llegar hasta Quitasueño, donde pensaban hacer una acto ilegal contra nuestra soberanía y armar un gran escándalo, que por fortuna nuestras fuerzas navales rechazaron y neutralizaron a tiempo. Colombia debe estar alerta por si se intenta algún acto violatorio más, para denunciarlo de inmediato a la Corte Penal Internacional y tomar las medidas del caso.