La compleja política española | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Enero de 2016

Desenmascararán a Podemos

¿Repetirá mandato Rajoy?

 

La  complejidad del momento político de España se evidencia cada día, cada hora y a cada momento en la medida que el país está en la órbita de la Unión Europea, al tiempo que resurgen las viejas rivalidades regionalistas y los movimientos separatistas, segregacionistas, revanchistas y regionales de diversa índole, lo mismo que flota un tufillo anarquista contagioso en los sectores de la oposición. Se trata de la España Invertebrada, que en su famoso ensayo pretende develar Don José Ortega y Gasset, la cual está signada por la falta de hombres superiores que sean capaces de convocar a todos los españoles en una gran causa común que supere el regionalismo, el gregarismo, el caciquismo, el egoísmo, el separatismo y la mentalidad arcaica de viejos odios políticos que se heredan de padres a hijos. Esos males se diluyen o superan, en cierta forma, cuando existe una política superior de alto vuelo, capaz de convocar a todos los ibéricos a participar en grandes empresas, tal como lo fue la política imperial de España en sus tiempos de gloria.

 

Lo que hoy por hoy necesita esa nación es un estadista capaz de poner la casa en orden, y resulta que el presidente Mariano Rajoy reúne esas condiciones excepcionales y viene sacando con pericia a España del bache económico, mas carece de los poderes de excepción para proceder en un sistema parlamentario. Si España tuviese una Carta Política, como la que se dio Colombia en 1886, que le confiere poderes excepcionales en tales circunstancias apremiantes al Jefe del Estado, hace rato se habría sofocado la conjura catalana por la separación.

 

La situación política española se hace cada vez más compleja en la medida que diversas crisis del sistema empatan y agravan los males de la disensión política. Además, la historia se da al revés: en Colombia copiamos apartes de la Constitución de España, en tanto este último país avanza en el modelo alemán, que es propio de una nación disciplinada. Al mismo tiempo, los partidarios del orden en el poder en Madrid deben enfrentar una subversión de valores por cuenta de las fuerzas del caos que representa Podemos, un movimiento de corte chavista, financiado por Irán y Venezuela. Un movimiento que viene impulsando una campaña de desprestigio de la clase política, en tanto su jefe, Pablo Iglesias, se presenta como redentor de la Nación. Resulta evidente que no pocos de los diputados  que llegaron al Parlamento español le deben el escaño a la financiación de Podemos, como lo demuestra la justicia en estos momentos. Según fuentes policiales: uno de cada cuatro euros que Irán envía a 360 Global Media, la productora del canal persa en español Hispan TV, termina en los dirigentes de Podemos. De esta forma Teherán financia las arcas de la izquierda radical española, el tercer partido más votado en España.

 

El  mayor beneficiado con esos recursos jugosos es Pablo Iglesias, ya que según las pesquisas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), más de 2,4 millones de euros entraron a sus arcas. Al empezar a ser desenmascarados los dirigentes de Podemos, que montaron una campaña infamante con los agentes del gobierno, es posible que la población reflexione y entienda que la están utilizando para llevar al poder a elementos que juegan con las cartas marcadas.

 

En medio de ese agravamiento de la crisis, las instituciones operan en cámara lenta para conjurarla. Por fortuna, se ha logrado un acuerdo político entre las dos principales fuerzas partidistas, socialistas y Partido Popular, junto con otras facciones, que apoyaron la elección de Patxi López como cabeza legislativa. Lo que significa que por primera vez desde que está en vigencia la Constitución, un político que no encarna la mayoría obtenida en las urnas es elegido presidente del Congreso de Diputados. Aun así en la presidencia del Senado el PP mantiene a Pío García Escudero, gracias a la mayoría absoluta que tiene en esta Cámara.

Con la fractura de Podemos, dado que su jefe y varios de sus cercanos colaboradores tendrán que dedicar parte de su tiempo a defenderse en los estrados judiciales, se abren las posibilidades del entendimiento para que las fuerzas mayoritarias puedan conformar una coalición y dado el caso reelegir a Mariano Rajoy como presidente. Esto le daría estabilidad y renovaría la esperanza de la gran masa de los españoles que añoran la estabilidad y el orden dentro de una Nación unida.