La otra violencia | El Nuevo Siglo
Domingo, 16 de Diciembre de 2012

* Pastrana se confiesa

* Crímenes que matan

 

El expresidente  Andrés Pastrana, en coloquio en torno del relato de María Jimena Duzán, sobre los escabrosos hechos de violencia que aparecen en su reciente libro Crímenes que matan, aprovechó la presencia del fiscal general Eduardo Montealegre para insistir en sus gravísimas denuncias, que son comunes a su quehacer político vertical que busca regenerar la democracia. Enrique Santos y Andrés Pastrana figuran en ese libro por haber vivido experiencias inolvidables en esos tiempos turbulentos, en los que ambos estuvieron amenazados de muerte por las mafias y sus vidas corrieron peligro letal. Los jóvenes que estaban entre los asistentes se sorprendieron al conocer la magnitud del desafío terrorista de esos tiempos. La cara de perplejidad en algunos se hizo evidente cuando el exmandatario comentó que durante su Alcaldía, Bogotá sufrió más de 190 atentados, como el que derrumbó el edificio del DAS. Recordó la búsqueda desesperada por cuenta de  las autoridades de Policía de un camión con varias toneladas de explosivos listos para explotar; también trajo a colación la determinación que tomó con su esposa de mandar a los niños al colegio, pese al rumor de que éste podría ser objetivo de los desalmados terroristas… La presión de esos días era inenarrable, lo cierto es que el alma le volvió al cuerpo al entonces Alcalde, cuando después de horas y horas de movilizarse las autoridades por la ciudad, encontraron el camión que habría podido causar miles de muertos, en lo que habría sido el peor atentado en la historia de Bogotá.

El expresidente recordó lo duro que fue haber tenido que recibir por esas mismas fechas la noticia del asesinato de tres candidatos presidenciales. Crímenes que, junto con más de 190 atentados con bombas, hicieron de la capital de la República una suerte de la Damasco de hoy día. También recordó las amenazas continuas contra su vida, así como el secuestro del cual resultó víctima. Se refirió al nombramiento ad honorem de Enrique Santos para hablar con los secuestradores en Medellín. Viaje que se frustró cuando se supo en Bogotá que había sido asesinado en la Capital de la Montaña al procurador general de entonces, Carlos Mauro Hoyos, un valiente y eficaz funcionario que se negaba a tomar medidas para preservar su seguridad y que tenía el hábito de viajar todos los fines de semana a la capital antioqueña, siempre a la misma hora, rutina que, al final, le costó la vida. 

Fue en esa época monstruosa en la que la vida no valía nada en Bogotá, que Pastrana permaneció secuestrado bajo el poder del cartel de Medellín. Tuvo el presentimiento de que no saldría con vida de tan aciaga aventura. La decisión macabra del capo de capos de la montaña era inquebrantable y su objetivo era arrodillar a la clase dirigente para conseguir que le dieran beneficios excepcionales. Eran esos tiempos en que la mafia advertía que prefería una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos. Tras ese relato, con cierta sorna el expresidente comentó que cómo cambiaban los tiempos, ya que ahora la mafia prefiere una cárcel en los Estados Unidos a la detención en Colombia, dado que en ese país negocian, lo que les permite, en algunos casos, cambiar de identidad, salir pronto de prisión y quedarse a vivir allí.

A esa altura de su intervención, mirando a los ojos al fiscal Montealegre, expresó: ojalá lleguemos al fondo del tema y se investigue a Chiquita Brands. Pastrana recordó que denunció esos hechos punibles, en cuanto considera que no puede ser posible que en su gobierno hayan entrado 12.000 armas para matar colombianos y ensangrentar el país, sin que ese crimen abominable se esclarezca. Y con fina ironía preguntó sobre quién fue el abogado de Chiquita Brands en esa oportunidad. Acaso ¿no es el Procurador General de los Estados Unidos? 

Como se recuerda, el expresidente Pastrana, al tiempo que tendía el ramo de olivo de la paz negociada a las Farc, rearmó a la Fuerza Aérea, el Ejército y la Marina. Así como alcanzó el triunfo diplomático del Plan Colombia en alianza con los Estados Unidos, sin menoscabar en ningún momento la soberanía nacional.

Tanto el expresidente Pastrana, como Enrique Santos, se explayaron sobre los contenidos del libro de la periodista Duzán, sin abarcarlo en lo fundamental, para que los lectores lo puedan disfrutar. Ese mismo criterio seguimos en este comentario editorial sobre la violencia y los crímenes que matan.