Milicia y democracia | El Nuevo Siglo
Lunes, 22 de Octubre de 2012

* ¿La politización de las Fuerzas Armadas?

* Nuestra sociedad y los valores eternos

 

¿Cuál  es el rol de las Fuerzas Armadas en la política y en la sociedad?  ¿Por qué se les da armas a los militares? Trascendencia del Fuero Militar. Se debe imitar la politización del estamento castrense, a la manera de otros países o como en algunas etapas de la historia ocurría en Colombia. ¿Qué pasó en Cali, en donde hasta un prestante sacerdote sorprendió a la sociedad cuando se opuso a la propaganda militar entre los jóvenes con la finalidad de atraerlos a la carrera de las armas? Avanza un antimilitarismo visceral o espontáneo en el país; ¿acaso obedece a un plan siniestro para desacreditar, anular y paralizar  judicialmente la acción de las tropas que en condiciones políticas excepcionales deben seguir exponiendo su vida a diario por una sociedad que se torna ingrata e injusta? ¿Qué pasa cuando la moral de los soldados se debilita o desfallece? Esos y muchos otros interrogantes afloran en ocasión de informaciones recientes, que aparecen en los medios de comunicación, pero que rara vez se comentan con la debida objetividad, dada su enorme importancia para la existencia misma de la República y de la democracia.

Las Fuerzas Armadas son garantes del sistema democrático. La esencia de su poder es disuasiva, están organizadas y armadas para actuar con profesionalismo en caso de amenazas contra nuestra soberanía nacional o de agentes subversivos que la Policía no consigue someter. Como no vivimos en un mundo de ángeles y tenemos la experiencia de la extensión de la violencia y sus horribles crímenes por más de medio siglo, sin unas Fuerzas Armadas profesionales, el  país sería un permanente campo de batalla, donde casi todos los derechos que consagran las sociedades serian pisoteados. Eso lo saben los cómplices de la subversión, por lo que consideran a las Fuerzas Armadas como el primer blanco de su propaganda, pues debilitándolas minan el sistema. La razón de la  existencia del estamento militar es consagrar el orden, se les da armas para conseguir ese objetivo supremo, sin orden ningún sistema político sobrevive. El orden facilita el avance de la cultura, de la justicia, de las instituciones, de la libertad y el desarrollo, como de todas las virtudes que hacen fuertes y prósperos los Estados. Se colige que atacar las Fuerzas Armadas, desacreditarlas, insultarlas, hacer befa de su disciplina, de su capacidad de sacrificio es el fin de los que están contra una Colombia democrática y desarrollada. Por lo mismo no se explica que un sacerdote en sus cabales se inmiscuya en las tareas de las Fuerzas Armadas y sus esfuerzos por captar jóvenes que ingresen al servicio de la Patria.

Lo conservador  es la reacción instintiva entre las gentes buenas -sin distinción de partidos y respetuosas de la ley- como lo entendía Aristóteles,  elemento  esencial de equilibro social frente a las fuerzas disolventes que irrumpen en todos las épocas. Lo conservador considera que  la sociedad no puede subsistir sin valores eternos, defiende a las Fuerzas Armadas, al tener plena  consciencia de sus nobles sacrificios y los incontables servicios de los soldados para que la misma subsista, pese a la corrupción degradante y la violencia homicida. Una simple mirada a la geografía nacional nos muestra que si la subversión hubiese triunfado en ciertos lugares de nuestra geografía en donde las tropas los han derrotado y hecho retroceder, hace años el país se habría descuartizado y balcanizado.

Si por un día las Fuerzas Armadas renuncian a cumplir sus deberes, a vigilar arma al brazo nuestro territorio y someter a los enemigos del orden, las minorías desalmadas, enardecidas y los rufianes de toda laya, asaltarían las ciudades y las convertirían en cenizas. Se repetirían escenas pavorosas en donde al renunciar los militares a sus deberes y dejar la lucha, presionados por los políticos de mala leche, ha facilitado que la democracia se desplome bajo la presión de las minorías violentas y surjan satrapías abominables. Politizar las Fuerzas Armadas, darles el voto y permitir que se conozcan sus sentimientos políticos, las debilitaría y dividiría, atenta contra la neutralidad y su calidad de garantes de la democracia. En Colombia sería el comienzo del fin del sistema mismo, dado que se las deslegitimaría y entrarían a formar parte de las reyertas políticas, que se resolverían a tiros. Las Fuerzas Armas portan armas y pueden usarlas en cuanto sirven a la Patria y la democracia, para lo cual requieren del Fuero Militar, que avanza en el Congreso con apoyo del Partido Conservador y los demás partidos de orden.