Nuevo Congreso sigue en vilo | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Julio de 2022

* Cuatro meses y no terminan escrutinios

* Mácula para la credibilidad democrática

 

Faltan ocho días para la instalación del Congreso que fue elegido el pasado 13 de marzo y todavía no se conoce la conformación oficial tanto del Senado como de la Cámara de Representantes. Esto porque los escrutinios nacionales de la votación en los comicios parlamentarios, a cargo del Consejo Nacional Electoral, no han terminado.

Lo último que se supo al respecto es que en cuanto a la Cámara el alto tribunal ya declaró los resultados definitivos de 29 departamentos y la capital del país. Faltaba por consolidar lo relativo a Antioquia, Norte de Santander y Vichada. De hecho, el pasado jueves se llevó a cabo la audiencia pública sobre las reclamaciones pendientes en este último territorio.

En cuanto al Senado, la situación es más complicada ya que al tratarse de una elección de circunscripción nacional, no se puede declarar el resultado final hasta tanto no hayan sido resueltas la gran cantidad de impugnaciones que se presentaron en distintas zonas del país.

Como se recuerda, los escrutinios de la votación para la cámara alta legislativa han sido muy complicados debido a las graves anomalías que se presentaron en el preconteo del pasado 13 de marzo en la contabilización de los respaldos ciudadanos al Pacto Histórico. Inicialmente el desfase en los escrutinios fue de medio millón de sufragios, la mayoría para esa coalición de izquierda, y luego ascendió a un millón, sin que esté claro aún cuáles fueron las listas más perjudicadas.

Por lo mismo, aunque el proceso de definición de las mesas directivas del Congreso y así como del mapa político de la coalición gubernamental y de los partidos que estarán en la franja de los independientes y de la oposición, se ha realizado con las cifras preliminares arrojadas por los escrutinios territoriales, lo cierto es que todavía no se sabe cuántas curules conquistó cada lista y quiénes recibirán oficialmente las credenciales parlamentarias y podrán posesionarse el miércoles de la próxima semana en el Capitolio.

Aunque algunos analistas consideran que el hecho de que no se haya declarado oficialmente la elección del Senado y la Cámara no resulta tan grave, toda vez que en 2018 las credenciales se entregaron un 19 de julio, es decir un día antes de la instalación del nuevo Parlamento, es claro que en esta ocasión la situación es distinta por las inéditas irregularidades que se presentaron el pasado 13 de marzo, que no solo pusieron en tela de juicio la credibilidad y eficiencia del sistema electoral colombiano, sino que llevaron a que la Fiscalía y la Procuraduría tuvieran que activar sendas investigaciones sobre el accionar de la Registraduría así como de los miles de jurados que actuaron en las más de 5.100 mesas en donde se cometieron errores crasos en el diligenciamiento de más de 23 mil formularios E-14.

Si bien la organización electoral logró corregir las falencias detectadas de cara a las dos rondas de los comicios presidenciales, en donde la agilidad y transparencia en la transmisión y entrega de resultados fue reconocida a nivel nacional e internacional, todavía no hay pronunciamientos de los entes de control en torno a qué fue lo que pasó en el preconteo de los votos de Senado y si hubo dolo o intento de fraude en el desfase de más de un millón de sufragios.

Es innegable que los magistrados del CNE se han esforzado en sacar avante los escrutinios definitivos de las elecciones parlamentarias. De hecho, solo suspendieron esta crucial tarea para encargarse de la revisión de la votación de la contienda por la Casa de Nariño, que se hizo en tiempo récord y ya fueron entregadas las respectivas credenciales al Presidente y Vicepresidenta electos. Sin embargo, los resultados definitivos de la escogencia del Congreso siguen pendientes, y esto constituye, sin lugar a dudas, una mácula no solo para la organización electoral en su conjunto sino para la institucionalidad, legitimidad y credibilidad mismas de la democracia de nuestro país. Con los comicios regionales y locales a quince meses, es evidente que se requiere una reforma urgente a todo el operativo para evitar que en octubre de 2023 se repitan las irregularidades del pasado 13 de marzo.

Por ahora, no queda más que seguir esperando a que antes del miércoles de la próxima semana sea posible que los colombianos conozcan quiénes fueron definitivamente los elegidos en el Senado y la Cámara. De entrada, el hecho de que esto solo sea viable cuatro meses y unos días después de las urnas, ya es una situación vergonzante, no hay duda.