Peligra unidad de la CAN | El Nuevo Siglo
Viernes, 14 de Octubre de 2011

* Efectos colaterales del TLC

* Importancia de la geopolítica andina
 
 
La  dinámica de la diplomacia comercial y la suma de acuerdos internacionales de los que es signataria Colombia plantean nuevos retos, con efectos diversos que apenas se vislumbran y que hoy es imposible cuantificar. Como se recuerda, en un principio la Unión Europea -UE- sostuvo la tesis de negociar los acuerdos comerciales con bloques de países; al no existir acuerdo en la CAN dilató por años la posibilidad de sacar avante esos proyectos con ellos. Al modificar su política la UE y seguir el ejemplo de EE.UU. de negociar por países, se fraccionó aún más la unidad de la CAN. Lo mismo que en ocasiones se ha dificultado poner de acuerdo a los países miembros de la Comunidad Andina, que convoca en su momento el presidente Carlos Lleras Restrepo en 1969 en Bogotá; no resultaba tarea sencilla por el cambio frecuente de funcionarios y la discrepancia en aspectos vitales, en especial por las negociaciones contrapuestas que se practicaron con algunos países de Europa, como pasaba con las naciones productoras del banano. Lo mismo que por rezagos de tensiones ideológicas que como un anacronismo subsisten en la región.
Otro factor perturbador han sido los cambios de gobierno y de políticas en los países miembros de la CAN, lo que determina que la integración en el curso de los años sufriese altibajos y retrocesos. Chile, durante el gobierno del general Pinochet, al convertirse en pionero de la Escuela de Chicago y el neoliberalismo, choca con las políticas proteccionistas o contrarias de la CAN, lo que lo llevó a retirarse de la institución. Años después, Venezuela, por razones políticas y fricciones con Colombia, hace lo mismo y apuesta a una alianza con Brasil y los países del Mercosur. Antes se habían presentado desencuentros con Perú, en tiempos de Alberto Fujimori; las cosas cambian con Alan García, amigo de la integración andina, quien, finalmente, avanza en la firma de varios TLC. Y son conocidos los choques que se presentaron en el pasado con el gobierno de Ecuador del presidente Rafael Correa, no sólo por cuenta del bombardeo en la frontera contra el campamento de las Farc, sino por medidas económicas oficiales en Quito que afectaron el comercio bilateral y exigencias contrarias a los pactos de la CAN sobre tránsito libre de ciudadanos y mercancías de los respectivos países miembros. Y la Bolivia de Evo Morales no ha sido la excepción.
El acuerdo de unión comercial de los países andinos no avanzó en integración con la velocidad que demandaban las circunstancias. Por el contrario, países europeos que en el pasado se enfrentaron en feroces guerras, antagónicos y con economías complejas, idiomas y tradiciones diferentes, consiguen formar la Unión Europea. Pese a que intereses mezquinos y la miopía política han atentado contra la CAN, lo cierto es que por décadas las economías de los países miembros se beneficiaron de sus ventajas, como pasó con los beneficios que obtuvimos, alternativamente, en nuestro mercado natural que conforman geopolíticamente Colombia, Ecuador y Venezuela. Y las instituciones embrionarias de la CAN juegan un papel decisivo, fuera de la autoridad del Acuerdo de Cartagena que orientan los presidentes de estos países, tenemos el Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores, la Secretaria de la CAN, el Tribunal de Justicia Andino, el Parlamento Andino y, entre otros, la Corporación Andina de Fomento, entidad que ha cumplido un papel altamente positivo y que en un momento dado nos prestó recursos con bajos intereses por encima de los que nos otorgó el FMI. Esas y otras instituciones de la CAN, como su importancia y realizaciones, son desconocidas por el grueso público. Ecuador amenaza con el retiro de la CAN. Compete a Colombia disuadirlo y buscar el acercamiento, para defender intereses comunes.
El Mercosur, que es posterior, marcha con dinamismo y resultados benéficos múltiples para sus socios, en especial para Brasil y Argentina, países que no firman acuerdos comerciales individuales con terceros y tienen políticas diplomáticas y económicas concertadas, lo que les da mayor capacidad de maniobra. El desafío a la diplomacia colombiana actual consiste en establecer dentro de los esquemas que se derivan de la firma de tratados unilaterales con terceros países, cómo defender las ventajas que nos depara la CAN como músculo de la integración entre los países miembros. Teniendo en cuenta que la economía global sufre turbulencias cada vez mayores por los movimientos especulativos de capitales y la emulación por los mercados entre las potencias y los países emergentes es cada vez más dura, lo que demanda que economías pequeñas como las de los países de la CAN procuren defenderse de consuno dado que compiten con poderosos bloques económicos.