Política de Estado en salud | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Junio de 2022

* Las claves del nuevo Plan Decenal

* Calidad y humanidad, ejes transversales

 

En el complejo proceso de ingreso de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reúne a 38 naciones que aplican las mejores prácticas de gobierno en aras de un progreso equitativo y sostenible, uno de los puntos clave fue la necesidad de que los Estados apuesten por políticas de largo aliento, estructurales y planificadas para dar resultados más sólidos y determinantes.

Ese horizonte en la administración de la cosa pública y su interacción con el sector privado y la población en general se convierte en la hoja de ruta que permite que la inversión de los presupuestos oficiales, la fijación de metas y la ejecución efectiva de estas políticas estatales por parte de la sucesión de gobiernos sobrepase el cortoplacismo y la dispersión de recursos en obras y programas de bajo impacto económico, político, social e institucional.

La necesidad de implementar políticas estructurales y con metas de alto calado ya es, incluso, un mandato dentro del ordenamiento constitucional colombiano, a partir de la herramienta de planificación que se introdujo como transversal al funcionamiento institucional desde la carta del 91. De hecho, nuestro país es reconocido a nivel continental como líder en la confección de estas estrategias estatales en múltiples campos, algunas de las cuales están contenidas en los Planes de Desarrollo cuatrienales, los documentos Conpes e incluso en volver ley algunos programas gubernamentales.

Es en ese marco en el que debe dimensionarse la importancia del Plan Decenal de Salud Pública 2022-2031, expedido mediante decreto presidencial esta semana. Se trata de la formulación de la política de Estado que se aplicará en la próxima década en Colombia en un sector que, además de las problemáticas de vieja data por todos conocida -y sufrida-, acaba de enfrentar el desafío más grande del país en el último siglo: la pandemia de covid-19.

Esta emergencia sanitaria, económica y social no solo puso al descubierto la gravedad de las múltiples falencias del sistema de aseguramiento en salud desde el punto de vista financiero, de calidad del servicio, talento humano, equipamiento y cobertura transversal, sino la necesidad imperativa de aplicar una reingeniería integral a todo este sector, visto que las reformas parciales aplicadas en las décadas recientes han sido claramente insuficientes.

De allí, entonces, que el Plan Decenal, lanzado oficialmente ayer, se basa en seis ejes estratégicos, todos con metas puntuales y definidas para implementar de diez años. Premisas relacionadas con la gobernanza en la salud pública, gestión intersectorial de los determinantes sociales, ajustes en la atención primaria, enfoque preventivo, estructuración del sistema, así como desarrollo del talento humano. Todo ello cumpliendo los pilares en materia de protección social, cultura para la vida y la salud, ambiente y salud, e integralidad en salud.

Se trata de una política pública transversal a todo el gobierno nacional, que incluye obligaciones a los dieciocho ministerios y tres departamentos administrativos, así como a las autoridades regionales y locales. Además, tiene la ventaja trascendental de que recoge las necesidades y expectativas de la población de manera diferenciada, partiendo de la realidad de que lo que se requiere en La Guajira no es lo mismo que se necesita en Amazonas. Todo ello bajo principios básicos de dignidad, progresividad, equidad, justicia social y distributiva, prevalencia del interés general, inclusión, transparencia e integralidad. Esto implica, entonces, que está en línea con lo mandado por la Ley Estatutaria de Salud de 2015.

La aplicación de este Plan Decenal debe llevar a que la atención en salud en Colombia sea presta y de calidad, humanizada, con enfoque preventivo, capaz de reducir muertes evitables, así como sin barreras administrativas que dilaten o restrinjan los tratamientos y el suministro de medicinas. También deberá desterrar la discriminación y reducir las desigualdades.

Punto crucial del citado Plan es que fue construido tras un largo y detallado proceso de consenso con todos los actores del sistema, la academia, sector privado y comunidades a lo largo y ancho del territorio nacional.

Viene ahora la fase de la ejecución, que le competerá a los próximos tres gobiernos de orden nacional, así como a igual número de los departamentales y municipales. Es vital que cada objetivo, eje y pilar se implemente de manera sólida y que cualquier reforma al sistema de salud se encuadre dentro de lo mandato por este Plan y la Ley Estatutaria. Urge coherencia normativa al respecto al igual que un monitoreo permanente para evitar desviaciones o yerros recurrentes. Esa es, precisamente, la esencia primaria de una política de Estado, más aún en un tema tan delicado como la salud.