Sombras inflacionarias | El Nuevo Siglo
Miércoles, 19 de Julio de 2023

Niño, revaluación, gasolina y otras alertas tempranas

* El costo de vida no baja tanto como en otros países

 

Si bien es cierto que la inflación ha mostrado una leve pero sostenida tendencia a la baja en los últimos tres meses, las afirmaciones gubernamentales en torno a que la escalada en el costo de vida está “controlada” son apresuradas y desconocen las sombras que asoman en este segundo semestre.

Según el último reporte del DANE el precio de los principales productos, bienes y servicios creció entre enero y junio 6,15%, menor en 0,94% a lo reportado en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, la inflación anualizada se ubica en 12,3%, todavía muy por encima del 9,67% registrado a mediados de 2022.

Mientras el Ministerio de Hacienda pronostica que, si se continúa por esta ruta, a diciembre el Índice de Precios al Consumidor podría cerrar en 9,5%, tanto el Banco de la República como centros de estudios económicos y otros analistas consideran que es muy temprano para cantar victoria en la cruzada contra la inflación, que si bien ha sido un fenómeno global en el último año, no se puede desconocer que hay algunos países en donde la curva ha caído de forma más pronunciada que en otros.

Al explicar días atrás por qué mantuvo en 13,25% su tasa de interés de referencia, la junta directiva del Emisor destacó que el costo de vida ha caído en los últimos meses y que en ese marco lo más importante es la disminución de los precios de los alimentos, que pasaron de una inflación anual de 27,8% en diciembre pasado a 15,7% en mayo reciente. Sin embargo, la cúpula del Banco también advirtió que se observaron aumentos en la inflación de varios productos, bienes y servicios regulados, debido especialmente a las alzas en la gasolina y los públicos domiciliarios.

Aunque el Banco resalta que las expectativas de inflación, según los analistas económicos, continuaron disminuyendo y se ubican en 6,4% para dentro de un año y 5% al cierre de 2024, es claro que volver a encuadrar la meta del 3% anual todavía está muy lejos. De igual manera, debe tenerse en cuenta el impacto de la desaceleración productiva, la moderación de la demanda, la reducción de los precios del petróleo, un clima de marcada incertidumbre económica global, tasas de interés todavía altas así como de la apreciación del peso colombiano, que a comienzos de este mes ya iba en 13% en lo corrido del año pero que se profundizó aún más en las últimas dos semanas, a tal punto que la divisa se negoció ayer por debajo de los 4.000 pesos.

Por lo mismo para este segundo semestre el Emisor advierte riesgos en materia de comportamiento de la inflación “que no se deben subestimar”. Cita específicamente el efecto del fenómeno climático de El Niño (sobre todo en el ciclo de cosechas y el precio de alimentos), su consecuencia en las tarifas de los servicios públicos, las alzas en la gasolina, un menor dinamismo del crédito y la persistencia de un escenario global incierto. Es más, el Banco es claro en advertir que, si bien debe resaltarse la disminución del costo de vida en Colombia, este continúa en un nivel excesivamente alto, que contrasta con lo observado en países avanzados y en las economías comparables de América Latina, en las cuales este indicador se ha reducido de manera más sustancial.

Para algunos analistas y centros de estudios es claro que hay otros elementos internos y exógenos que podrían ejercer una mayor presión en materia inflacionaria. Entre los primeros citan la revaluación del peso y su efecto en importaciones y exportaciones. En cuanto a los segundos, alertan sobre el enfriamiento económico chino, la evolución productiva estadounidense o la decisión esta semana de Rusia en torno a romper el acuerdo con Ucrania para la exportación de cereales y agroinsumos, en medio de la guerra. La vigencia de ese pacto ayudó a reducir un 23% los precios de alimentos a nivel global en el último año, tras la disparada mundial de los mismos en los primeros meses del conflicto armado.

Como se ve, señalar que la inflación está controlada resulta una conclusión riesgosa. Es innegable que hay una disminución lenta pero sostenida, lo que constituye un comienzo de alivio para millones de familias que han tenido que apretarse el cinturón drásticamente en el último año. Sin embargo, la carestía de muchos rubros básicos de la canasta familiar persiste y el poder adquisitivo de los hogares continúa muy afectado. Si a ello se le suman las alertas tempranas ya referidas para este segundo semestre, se entiende que el costo de vida es una amenaza de primer nivel que no debe subestimarse.