Técnica y política cafetera | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Noviembre de 2014

El  informe de Juan José Echavarría, director de la política cafetera, ha suscitado el mayor interés en el Gobierno y la sociedad, puesto  que  el café sigue siendo  una poderosa fuente de empleo en el país, de lejos por encima del sector petrolero. En el interesante escrito confluye la valoración del gremio cafetero con falencias y virtudes, como  su desempeño a la luz del libre mercado y la competencia internacional.

Echavarría insiste con cifras sobre el alto precio del cultivo y la problemática de los subsidios, como los excesos que se cometieron al negociar el paro cafetero. Lo mismo que destaca con lujo de detalles los problemas del sector y la competitividad internacional, él  considera que para solventar la crisis recurrente en parte se deben abolir los subsidios y dividir la Federación de Cafeteros. Precisamente, cuando el gerente  de la Federación de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, informa que: “La producción en Colombia se va a recuperar en dos (millones de sacos). El año entrante produciremos más de 11 millones de sacos por la mejoría del clima, un aumento de la fertilización y la incorporación de nuevas áreas de cafetales renovados. En la actualidad existen 880.000 hectáreas cultivadas con café en Colombia, de las cuales 550.000 están en producción y las restantes 330.000 en un proceso de renovación que deberá  concluir en cinco años”. Unos tres millones de colombianos están vinculados al negocio del café. Echavarría recalca que la tasa de crecimiento es aún baja. Mas ese no es el fondo de  la discusión, en el caso cafetero es que se trata de un organismo que es modelo en el mundo, incluso para la OPEP. Es una ‘federación’en un Estado centralista, por lo mismo un organismo vivo y actuante, que debe ser visto como tal y no en exclusiva ateniéndose a las frías fórmulas económicas, en el análisis debe prevalecer lo político para entender la diversidad de los intereses del sector.