Transparencia en remate del Congreso | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Noviembre de 2023

* Alerta por ‘micos’ que empiezan a asomar

* Desespero gubernamental y ‘pupitrazos’

 

A un mes de que termine el año legislativo resulta claro que la productividad parlamentaria ha sido muy baja, pese incluso a que el Congreso fue citado desde febrero.

La causa principal del reducido número de leyes y actos legislativos aprobados en más de diez meses de trabajo en comisiones y plenarias es, sin duda, el accidentado debate a los principales proyectos de reforma presentados por el Gobierno, que no solo han demandado buena parte del tiempo de los senadores y representantes, sino que las intensas discusiones sobre sus alcances terminaron convirtiéndose en un freno para el resto de la agenda, tanto de iniciativa del Ejecutivo como parlamentaria.

El panorama para este remate de legislatura prende alarmas. Las reformas a la salud, pensional y laboral siguen trabadas porque el Gobierno insiste en desconocer la realidad política. De un lado, a la ruptura de la coalición oficialista mayoritaria, en marzo pasado, como consecuencia de la negativa presidencial a concertar los articulados de esas polémicas iniciativas, se suma que en los últimos meses hay más voces críticas contra el Gobierno en las toldas de la Alianza Verde, incluso con facciones partidistas que se han pasado de la coalición de centroizquierda a la franja de los independientes.

Por otra parte, resulta claro que el ambiente político para el Ejecutivo es ahora más adverso como resultado de las elecciones regionales y locales en donde los partidos independientes y de oposición fueron los más favorecidos en las urnas, en tanto que el Pacto Histórico y los verdes tuvieron una debacle. Esa circunstancia política, es obvio, tiene un reflejo en la actividad y posturas de los partidos mayoritarios, sobre todo en cuanto a exigir la corrección de las reformas, a lo que el Gobierno no quiere acceder pese a que ya en junio se le hundió la primera versión de la laboral y tanto la pensional como la de salud están empantanadas desde julio pasado en las plenarias de Senado y Cámara, respectivamente.

Se pensaba que el ritmo legislativo aumentaría pasados los comicios territoriales, pero no ha ocurrido. Por el contrario, el cuestionado ajuste al sistema de salud lleva dos semanas en medio de aplazamientos y levantamientos de sesión por ausencia de quórum. La pensional sigue en audiencias públicas, pero sin ponencia todavía, en tanto que la nueva iniciativa laboral no ha arrancado. La reingeniería educativa, contemplada en dos proyectos distintos, no se sabe si pasará primer debate antes del 20 de diciembre.

Mientras que para algunos sectores resulta positiva la próxima reunión entre Gobierno y uribismo en busca de consensos sobre la reforma a la salud, otros son escépticos toda vez que en el pasado la Casa de Nariño se ha mostrado dispuesta a un “acuerdo nacional” para afinar estos proyectos, pero a la hora de la verdad no cede un milímetro.

Visto todo ello, es necesario que la opinión pública y múltiples sectores políticos, económicos, sociales e institucionales tengan la lupa puesta sobre la actividad legislativa estas próximas semanas. El ‘mico’ aprobado días atrás por las mayorías petristas y algunos parlamentarios liberales y de La U con miras a designar a dedo los directores de los hospitales públicos, reversando todo el esquema de meritocracia y dando paso a más politiquería y corrupción en estas entidades, prendió las alarmas sobre los extremos riesgosos a que está dispuesto el Pacto para tratar de salvar sus controvertidas iniciativas.

Aumentan, igualmente, las acusaciones a varios ministros en torno a que están tratando de romper la disciplina de las bancadas a punta de ofrecimientos burocráticos y presupuestales. Por lo mismo, no son pocos los sectores que están exigiendo de los jefes de los partidos y sus voceros en Senado y Cámara que precisen oficialmente su postura sobre las reformas, pues en el caso de algunas colectividades parece que una es la tesis que defienden en público y otra la que concretan a la hora de votar.

Visto todo ello, es imperativo evitar que en estas últimas semanas el afán, e incluso desespero, de las toldas oficialistas lleve a incurrir en pupitrazos y atropellos a las voces de los independientes y la oposición. La aprobación de bloques de artículos se evidencia cada vez más como una práctica legislativa riesgosa y antitécnica. También hay que estar atentos a detectar ‘micos’ y proposiciones controversiales que asoman en las secretarías de comisiones y plenarias sin que se sepa qué congresista las presentó.

El remate de la legislatura tiene que ser ordenado y transparente. Saltarse las reglas sobre forma y fondo del trámite parlamentario no solo llevará a que la Corte Constitucional tumbe luego esos descaches normativos, sino a que las normas aprobadas sean más lesivas que beneficiosas para los colombianos. Soldado avisado…