Una legislatura clave | El Nuevo Siglo
Lunes, 14 de Marzo de 2016
*Intensa agenda en la Cámara y el Senado 
*El 2017 será un año típicamente electoral
 
El reinicio de la legislatura ordinaria trae consigo un sinnúmero de retos y desafíos para el Congreso. En primer lugar, es claro que hay una gran cantidad de debates de control político agendados por las distintas bancadas, por temas que van desde la crisis energética, pasando por el análisis a los sobrecostos billonarios en Reficar y terminando con las siempre álgidas discusiones alrededor de las incidencias del accidentado proceso de paz. Esos debates no se pudieron llevar a cabo durante las sesiones extraordinarias del último mes, en las que el tema central fue el trámite y aprobación del proyecto de reforma a la Ley de Orden Público, que viabilizó la creación de las llamadas “zonas de ubicación” en las que se pretende concentrar a los contingentes subversivos una vez entre en vigencia un eventual cese el fuego y de hostilidades entre el Gobierno y las Farc.
 
Pero paralelo a esas circunstancias, hay una serie de importantes proyectos de ley y de acto legislativo en tránsito. Dentro de ellos los más importantes, a primera vista, parecieran ser los relativos a la segunda vuelta para la creación de la “comisión legislativa especial de paz”, la reforma al Código de Policía, el protocolo para la regulación del uso terapéutico de la marihuana, el ajuste al Código Disciplinario, el proyecto de “pequeñas causas” penales, la ley reglamentaria que permite crear el Tribunal de Aforados y otras iniciativas que vienen desde diciembre pasado.
kk
A lo anterior debe sumarse que la Cámara de Representantes debe abocar el proceso para el relevo en la Defensoría del Pueblo, no solo aceptando la renuncia del dimitente titular sino aplicando el mecanismo para la elección de su reemplazo, en donde desde ya se asoma una medición de fuerzas entre dos de los partidos de la coalición gubernamental. Lo que aquí pase será determinante para otros procesos eleccionarios como el que se lleve a cabo en las próximas semanas en la Corte Suprema de Justicia una vez el Presidente de la República proyecte la respectiva terna para escoger Fiscal General y, luego, al final del año, el Senado tenga que determinar quién será el nuevo Procurador General de la Nación.
 
El Senado, a su turno, debe seguir con el inédito proceso de desafuero de un magistrado de la Corte Constitucional cuyo encausamiento judicial ya recibió el visto bueno de la Cámara de Representantes y ahora le corresponde a la alta corporación legislativa decidir si hay lugar a que pueda llegar a ser juzgado por la Corte Suprema. 
 
Como si todo lo anterior fuera poco, el segundo tramo de la presente legislatura será escenario de un pulso más intenso entre la coalición de Unidad Nacional con el principal partido de oposición, el Centro Democrático. Pulso que se vislumbra con mayor beligerancia política después de los acontecimientos del último mes, sobre todo por el procesamiento judicial de varios dirigentes uribistas y familiares del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe.
 
De otro lado, para nadie es un secreto que este 2016 puede ser el año más importante del cuatrienio legislativo, porque todo aquello que no se tramite o apruebe de aquí a diciembre difícilmente podría ser viabilizado el año entrante, debido a que 2017 será un año típicamente electoral, toda vez que la contienda presidencial arrancará  tempraneramente tan pronto como renuncie el Vicepresidente de la República para empezar a preparar su aspiración hacia 2018. Es apenas obvio que en ese escenario la coalición parlamentaria gubernamental se debilitará, en tanto que los demás partidos y movimientos políticos también estarán imbuidos en sus respectivas estrategias de posicionamiento electoral.
 
No menos importante será el papel que el Congreso juegue en temas de alto impacto que se vislumbran en el horizonte inmediato, como el relativo a las implicaciones de la decisión que debe anunciar el próximo jueves la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, respecto a si es competente o no para conocer de una segunda demanda de Nicaragua contra Colombia, esta vez por cuenta de la insólita aspiración de la nación centroamericana a una porción de la plataforma continental de nuestra nación en el mar Caribe.
 
Como se ve, el segundo tramo de la legislatura que arranca esta semana tiene importantes desafíos y retos, cuya resolución será determinante para los escenarios de corto y medianos plazos del país, no sólo en materia de proceso de paz, sino en otros aspectos tan importantes como la reforma tributaria estructural, que será el foco central del segundo semestre en el Legislativo. Lo que se espera, aquí y ahora, es que el Congreso esté a la altura de las circunstancias.