¿Y los medicamentos, qué? | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Noviembre de 2023

* La ‘torre de babel’ sobre causas de la escasez

* Reforma a salud, palo en la rueda del sistema

 

Siendo la salud un derecho fundamental resulta inadmisible que en Colombia los afiliados al sistema no tengan asegurado el acceso adecuado a los medicamentos que requieren para tratar sus patologías. De hecho, en el último año este asunto prioritario se ha ido complicando mes tras mes debido a la creciente escasez de ciertas medicinas.

Lo más grave es que un tema tan delicado y urgente para millones de pacientes terminó imbuido en la larga y desgastante polémica por los alcances del proyecto de reforma a la salud que el Gobierno presentó al Congreso en febrero pasado y que hoy, diez meses después, se encuentra empantanado y apenas en segundo debate en la plenaria de la Cámara, esto porque el Ejecutivo se ha negado a concertar con los demás partidos y actores del sistema sanitario su cuestionado articulado. Como se sabe, es mayoritaria la oposición no solo a acabar con las EPS y eliminar el derecho a la libre afiliación, sino a la intención del Ejecutivo de arrasar con el sistema que ha funcionado durante tres décadas y reemplazarlo por uno estatizado y burocratizado, que es comprobadamente anacrónico e inviable.

A la señalada escasez de los últimos meses, se suma que en recientes semanas una de las más grandes EPS del país se vio afectada parcialmente en su mecanismo de entrega de medicamentos, ya que la empresa contratada para esta función suspendió una parte del servicio debido al monto millonario que le adeuda la aseguradora. Esta última, a su vez, responsabilizó de sus problemas financieros a giros retrasados por parte del fondo-cuenta Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) y a una falla estructural del modelo financiero del sistema. A ello, el Ministerio de Salud replicó que no había tal mora oficial y que, por lo tanto, la EPS debía responder a sus afiliados.

A hoy no está claro cuál es, en realidad, la causa de la escasez de medicamentos. El ministerio del ramo, sector farmacéutico, empresas dispensadoras, red de droguerías, EPS, clínicas y hospitales, así como gremios, academia y asociaciones de pacientes tienen diagnósticos disímiles al respecto. Sin embargo, se pueden identificar algunos elementos comunes como el incremento de la demanda de determinadas medicinas y la prevención de algunos productores, comercializadores y distribuidores frente a lo que pasará con el EPS a mediano plazo, según lo plantea la cuestionada reforma gubernamental. También se advierte un cuello de botella en el Invima, no solo por la insólita interinidad en su dirección, sino porque tiene pendientes más de 27.000 trámites de autorización de productos, bienes y servicios sanitarios. A ello se suma que hay problemas para la adquisición de materias primas a nivel internacional, los flujos de la demanda farmacéutica pospandemia no se han recuperado y crecen los pulsos comerciales entre fabricantes y distribuidores, sobre todo por el debate de vieja data entre medicamentos de marca y genéricos…

A ese confuso escenario debe adicionarse que las investigaciones cruzadas al respecto no han aclarado el problema. Como se sabe, la Procuraduría ya indaga al Invima y los ministros de Salud; varias superintendencias tienen la lupa sobre las EPS y otros actores del sistema; en el Congreso reiterados debates han terminado en gaseosas acusaciones sobre presuntas maniobras non sanctas del Gobierno o de los actores del sistema de salud para reforzar sus posturas e intereses… Los altos tribunales ya terciaron en el asunto con infinidad de acciones de tutela y medidas cautelares sobre EPS, Invima, Ministerio, sector farmacéutico…

Una ‘torre de babel’ en la que los pacientes son los que llevan la peor parte, ya que la escasez abarca desde algunos medicamentos básicos hasta otros vitales para tratar enfermedades complejas. Al cierre de esta semana, la cartera de salud anunció un nuevo ‘plan de choque’ que comprende impulsar el consumo de medicinas genéricas, una nueva regulación de precios y la agilización de autorizaciones en el Invima, entre otros. Varias de esas medidas ya se habían implementado meses atrás con resultados poco efectivos.

Visto todo lo anterior, queda en evidencia que, lamentablemente, el paciente continúa siendo el eslabón más débil de la cadena de un sistema de salud que, aunque continúa siendo considerado entre los más eficientes y funcionales del planeta, es claro que requiere ajustes. Sin embargo, estos no se han podido aplicar con la diligencia necesaria, ya que el desgastante debate sobre el proyecto de reforma a la salud presentado por el Gobierno se ha erigido como un pesado lastre, un palo en la rueda que le quita dinamismo y capacidad de autocorrección al modelo de aseguramiento y atención médica en Colombia.