
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo describiría actualmente la situación de la donación de órganos en Colombia, ha mejorado o empeorado en los últimos años?
RUBÉN LUNA: Desafortunadamente, a pesar de todos los intentos gubernamentales, lo que hemos visto es que no nos hemos recuperado de la caída de la donación desde la pandemia. Discretamente hemos subido de un 6,4% de donantes por millón de habitantes a un 7,2%, cuando otros países de la región como Argentina están en 17 por millón y México está casi en 24 o 25 por millón. Lo que nos hace pensar que las directrices y las políticas para aumentar la donación no están funcionando.
ENS: ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta el sistema de donación y trasplantes en el país? ¿Es un problema de cultura, regulación o infraestructura médica?
RL: Colombia tiene una de las legislaciones en trasplantes más avanzadas de la región. Sin embargo, lo que nunca se ha hecho en Colombia o que está muy atrasado es la parte de consciencia, cultura y educación. Nosotros, según la ley, podemos obtener los órganos de los donantes sin necesidad de pedir la autorización a la familia, porque es lo que se llama una presunción de donación. Sin embargo, por falta de educación transversal a toda la comunidad y por la falta de cultura de donación que tenemos en Colombia, necesitamos todavía solicitar los órganos, a pesar de que la ley nos cobija para no tener que hacerlo.
Y lo solicitamos porque, a pesar de lo mencionado, se siente que la familia puede tener una reacción, incluso violenta, si no se les solicita la autorización para la obtención de los órganos. Entonces, esto es algo que se ha hecho en España, en México, en Argentina durante décadas, y es educar a la población para que esto no sea un impedimento para la obtención de los órganos.
Esto no quiere decir que con ello podríamos sacar todos los órganos que quisiéramos, sino que todos los pacientes que tengan indicaciones de ser candidatos para ser donantes, una vez que no haya falta ni otro tipo de condiciones, pues lo pudiéramos hacer.
En cuanto a la parte médica, no tenemos ningún problema, tenemos una gran cantidad de grupos de trasplante en el país, lo cual aseguraría que, si hay un donante en Colombia, ese donante va a ser rescatado por algún grupo independiente del sitio.
ENS: En términos de cifras, ¿cuántas personas están actualmente en lista de espera para un trasplante y cuántos órganos se logran donar en promedio cada año?
RL: Más o menos, están en lista de espera entre 4.000 y 4.100 pacientes, la mayoría están esperando riñón, hígado, pulmón, corazón, páncreas, intestino, córneas. De órganos sólidos son más o menos unos 4.000 pacientes. Y en el país se están haciendo aproximadamente entre 700 y 900 trasplantes al año.
Esa lista va a seguir creciendo porque entran más pacientes a lista de espera que los que salen trasplantados.
ENS: Desde su perspectiva, ¿se necesita una reforma en la legislación sobre donación y trasplantes en Colombia? ¿Qué cambios específicos serían los más urgentes?
RL: Estamos trabajando desde la Asociación con el Ejército, con la Fuerza Aérea Colombiana, con diferentes agencias del Estado para mejorar los procesos y hacer una ayuda o una colaboración interinstitucional para que en caso de que salga donante de unidades de cuidado intensivo de ciudades alejadas, el transporte lo podamos atender a través de alguna de las fuerzas públicas.
Eso nos quita barreras, pero lo más importante es un trabajo mancomunado desde las entidades trasplantadoras, la Asociación Colombiana de Trasplantes de Órganos (ACTO) como asociación científica, las asociaciones de trasplantes y los diferentes entes gubernamentales para que se planifique una estrategia a corto, mediano y largo plazo, que sea una política de Estado y no una promesa de gobierno, sino una política de Estado que independiente de cualquier gobierno que esté, se mantenga en el tiempo y así llegar en algún momento a los resultados que tienen otros países que han invertido en esto.
ENS: ¿Qué mensaje le daría a la ciudadanía sobre la importancia de la donación de órganos y cómo pueden contribuir a salvar vidas?
RL: Lo más importante es que en el seno de las familias, de los amigos, se hable de trasplante, se hable de donación de órganos. La mayoría de los colombianos quisiéramos donar órganos, pero no se lo decimos a nuestra familia.
En el momento en que desafortunadamente uno de nosotros fallece y es candidato a ser donante, al no haber tenido esta conversación, alguien en la familia puede decir que no está de acuerdo con la donación y se pierde ese donante.
Si yo digo en mi familia que, si yo fallezco y pueden obtener mis órganos, yo quiero el día de hoy decirle a mi familia que sí done los órganos, es muy difícil que la familia se niegue. Hay que tomar decisiones, hay que poner el tema en nuestros hogares y tener claro quiénes de nosotros quisiéramos donar.
El otro mensaje es para los centros gubernamentales y las instituciones, y es que tenemos que desarrollar una estrategia de educación y culturización del país a todo nivel y mantenida en el tiempo sobre la donación de los órganos.