Gente. Familias de rehenes en Gaza viven "montaña rusa" emocional | El Nuevo Siglo
MAAYAN ZIN, la madre de Dafna (15) y Ela (8), que fueron tomadas como rehenes Hamás muestra las fotos de sus hijas. /AFP
Sábado, 18 de Noviembre de 2023
Redacción internacional con AFP

PARA Yoni Asher el tiempo se detuvo el 7 de octubre, cuando su esposa y sus dos hijas fueron secuestradas por milicianos del movimiento islamista Hamás durante su ataque sorpresa en suelo israelí.

"No trabajo, no duermo. Como lo mínimo para sobrevivir", cuenta a un grupo de periodistas el exhausto hombre de 37 años, con la mirada perdida.

Aquel fatídico día, Asher había decidido quedarse en su casa, en Tel Aviv, mientras su esposa Doron, de 34 años, y sus hijas Raz y Aviv, de 4 y 2 años, visitaban a su suegra, Efrat, en el kibutz de Nir Oz.

Israel afirma que al menos 242 personas fueron secuestradas por milicianos islamistas que irrumpieron desde la Franja de Gaza ese fatídico dìa cuando mataron a no menos de 1.200, en su mayoría civiles, en el ataque más mortífero jamás perpetrado en suelo israelí.

El ejército israelí respondió con un fulminante ataque aéreo, terrestre y naval contra el territorio palestino que mantiene y no cesará hasta lograr su objetivo: eliminar a Hamás. De allí que la ofensiva que inició en el norte se haya extendido este fin de semana al sur de la Franja de Gaza,

Tras conocerse la noticia del ataque, Asher vio un video en el que se veía cómo milicianos se llevaban a su familia en la parte trasera de una camioneta.

En el video se veía a Efrat con vida, pero el ejército israelí anunció poco después su muerte. Aun así, se aferra a estas imágenes como la última prueba de vida de su mujer y sus hijas, que tienen doble nacionalidad alemana e israelí.

Asher no ha vuelto a su trabajo en bienes raíces desde ese día para dedicar todo su tiempo a intentar traer de vuelta a su familia.

Durante una reunión organizada por el Foro de Rehenes y Familiares Desaparecidos en Tel Aviv hace unos días dijo que ha concedido "cerca de 300 entrevistas" a la prensa.

"Para mí la fecha de hoy sigue siendo el 7 de octubre", afirma. "El tiempo se detuvo".

"Como padres, ya tenemos miedo cuando un niño salta sobre su cama, así que imagínense nuestro miedo ahora con los bombardeos por todas partes", dice Asher.

"Queremos paz, no queremos que sufra ninguna población civil", añade.

La voz de Adva Adar, de 32 años, tiembla cuando habla de su abuela de 85 años, Yafa, que también estaría retenida en Gaza.

"Cada minuto para ella es una pesadilla", afirma Adar, preocupada de que su abuela no reciba la atención médica adecuada para sus problemas cardíacos y renales, su hipertensión arterial y sus dolores crónicos.

Yafa, también residente en Nir Oz, fue vista con vida en un video, a diferencia de Tamir, el primo de Adar, que desapareció sin dejar rastro desde el ataque de Hamás.

Como el resto de su familia, Adar trata de mantenerse positiva. "Pero a veces la realidad nos alcanza", dice. Después de "un mes sin medicación, podría significar que no sobrevivió, que murió allí".

 

"Desesperación"

Ella Ben Ami, de 23 años, dice que toma "muchas pastillas" para poder dormir y que acude a terapia dos veces por semana desde que secuestraron a sus padres en el kibutz de Beeri.

Al igual que los demás familiares, la joven sigue "centrada en traer de vuelta" a los rehenes y continúa concediendo entrevistas para concienciar sobre su causa.

Su madre, de 57 años, "necesita varios tratamientos" debido a tumores cerebrales y vertebrales y tiene "problemas de movilidad", dice.

Aunque se mantiene "fuerte durante el día", Ella Ben Ami cede a veces a la "desesperación" por la noche, cuando piensa en "cómo duermen (sus padres), qué comen, qué beben".

Según la dirección del kibutz de Beeri, 85 personas -cuyos cadáveres han sido identificados- fueron asesinadas allí el 7 de octubre, y 32 están desaparecidas, entre ellas presuntos rehenes.

Los supervivientes de este kibutz fueron realojados en un hotel a orillas del mar Muerto. Todos los días, las familias se reúnen para "cantar juntos", pero también para intercambiar información.

Los contenidos del celular de Maayan Zin representan tanto la pesadilla que está viviendo como el último resquicio de esperanza que le queda, a la espera de tener noticias de sus dos hijas.

"Abro Whatsapp y veo una foto de Dafna sentada en pijama sobre un colchón en Gaza con el comentario 'en ropa de oración sería mejor'", dice, suspirando, Maayan Zin, de 52 años, refiriéndose a su hija de 15 años, que fue secuestrada por los milicianos del movimiento islamista Hamás junto a su hermana Ela, de ocho.

"Me digo a mí misma que no es posible", asegura Zin. No ha tenido noticias de sus hijas Dafna y Ela Elyakim desde que recibió esta única prueba de vida, que se remonta al 8 de octubre, el día después del ataque sin precedentes de los terroristas.

Dos días antes, el 6, sus hijas regresaron de unas vacaciones en Turquía. Maayan fue al aeropuerto para abrazarlas antes de que volvieran a partir, esta vez para dormir en casa de su padre Noam y de su pareja Dikla, en Nahal Oz, un kibutz fronterizo con la Franja de Gaza.

Ante las primeras sirenas de alerta del sábado 7 por la mañana, Maayan le escribió a su exmarido. Él la tranquilizó, pero ese fue el último mensaje en la pantalla del grupo familiar.

La terrible experiencia que siguió quedó documentada en video. Al final de la mañana, Dikla comenzó a transmitir un Facebook live desde su cuenta.

En las imágenes, aparecen dos hombres enmascarados con una banda verde de Hamás filmándose en la casa israelí. El padre está ensangrentado y Ela, con los ojos exorbitados de miedo, está arrodillada.

Los familiares intentan comunicarse por chat, en Facebook: "Mamá, te amo", escribe a las 13H20 uno de los hijos de Dikla, que no se encontraba en su casa.

Su otro hijo, Tomer, de 17 años, presente durante el ataque, fue amenazado con un fusil y utilizado "durante varias horas" por sus verdugos para ir de puerta en puerta en el kibutz y llamar en hebreo a sus vecinos, que se estaban refugiando.

Los cuerpos de Tomer, Dikla y Noam fueron encontrados acribillados a balazos en un terreno baldío. Nadie sabe por qué, pero Dafna y Ela se salvaron y fueron llevadas a Gaza.

Tener hijos rehenes en Gaza, explica, es como pasar por una "montaña rusa permanente".

 

Lo poco que se sabe

Desde el ataque, Hamás solo ha liberado a cuatro rehenes (dos estadounidenses y dos octogenarias israelíes) y ha emitido unos cuantos videos con algunos de los que tiene en su poder.

El primer ministro israelíl, Benjamin Netanyahu, aseguró el viernes que "teníamos fuertes indicios de que estaban retenidos en el hospital de Al Shifa y fue es una de las razones por las que entramos en el hospital. Si estaban (allí), fueron trasladados", sostuvo al tiempo que confirmó que en cercanías al mismo fueron encontrados los cuerpos sin vida de dos de los retenidos.

Se trata de Yehudit Weiss, de 65 y madre de cinco hijos que fue tomada como rehén en el kibutz de Beeri y cuyo marido fue asesinado en su vivienda; y la militar Noa Marciano, de tan solo 19 años. Tenía el rango de cabo y era miembro del 414º Batallón del Cuerpo de Recopilación de Inteligencia de Combate.

A seis semanas del secuestro se desconoce el número exacto de los retenidos, aunque la inteligencia israelí los cifró en 240, entre soldados y civiles, gran parte de estos últimos niños, mujeres y ancianos. Inclusive se informó que hace pocos días nació un bebé en cautiverio.

Recuperar a estos israelíes y extranjeros con doble nacionalidad es una tarea de la inteligencia militar y del  Nitzan Alon en particular. Son ellos quienes han dado las informaciones para que el Ejército despliegue “esfuerzos colosales” en zonas específicas de la Franja de Gaza.

En una forma inédita e híbrida, una plataforma de "miles de voluntarios, que incluye a expertos de la sociedad civil y reservistas de la célebre unidad de inteligencia 8200, ayudan en un cuartel general común en la identificación y localización de los rehenes.

Israel dispone de una unidad de élite de inteligencia del ejército israelí como la más indicada para intervenir en este tipo de escenario: Sayeret Matkal. Entre otras cosas, se encarga del rescate de rehenes fuera de las fronteras.

La dificultad principal sigue siendo en pleno caos de los bombardeos localizar a estos rehenes, sabiendo que Hamás es conocido por funcionar bajo sistema de células muy descentralizadas. /