Biden y Putin cara a cara: ‘batalla’ geopolítica | El Nuevo Siglo
LA CUMBRE tiene una antesala de beligerancia verbal muy ácida y con graves acusaciones de lado y lado
AFP-ENS
Domingo, 13 de Junio de 2021
Redacción internacional

Como no hay plazo que no se venza ni fecha que no se cumpla, en medio de tensiones y una gran expectativa e incertidumbre mundiales, este miércoles por fin se darán cita los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Estados Unidos, Joe Biden. El encuentro será en Ginebra.

En el contexto de un nuevo capítulo de los altibajos diplomáticos entre ambos países, varios analistas consultados por EL NUEVO SIGLO en las últimas semanas han coincidido en afirmar que en esta reunión no habrá mayores resultados, y que la misma debe ser asumida más como un primer cara a cara, en el cual los mandatarios, ambos experimentados en el quehacer diplomático, se medirán, como dice el dicho, el aceite.

Aun así, este encuentro tiene dos caras que deben ser consideradas ¿Qué temas serán clave en la agenda bilateral?  ¿Cómo llegan ambos mandatarios?

Dentro de los temas que, sin lugar a dudas, acapararán la atención de ambos mandatarios está, en primera lugar, la presunta injerencia electoral rusa en Estados Unidos y los ciberataques contra empresas e instituciones de la potencia occidental.

A este respecto es importante recordar que Estados Unidos acusa desde hace años Rusia de injerencia en sus elecciones y de lanzar ciberataques contra agencias de su gobierno y empresas privadas.

Más recientemente, en abril, la administración Biden sancionó a Rusia por el llamado ciberataque 'SolarWinds', que afectó a organismos federales y a más de 100 empresas del país norteamericano. Ello después de todo el pulso por una presunta interferencia en las elecciones presidenciales de 2020.

La Casa Blanca también asoció a Rusia con un ciberataque contra JBS, el gigante mundial del procesamiento de carnes.

Rusia, por su parte, refuta estas afirmaciones y acusa a Washington de apoyar a la oposición política de su país y financiar organizaciones y medios de comunicación críticos con el Kremlin.

Con relación a este tema, y en específico al caso del encarcelado opositor del Kremlin, Alexéi Navalni, Biden ha señalado que prevé resaltar en esta cumbre el compromiso de Washington "de defender los derechos humanos y la dignidad". 

La oposición rusa afirma que las autoridades locales han intensificado la represión a partir de enero, cuando Navalni regresó de Alemania, en donde fue sometido a un tratamiento por un envenenamiento casi fatal, del que acusó al gobierno Putin. Fue detenido en febrero bajo la denuncia internacional y Moscú intenta ahora ilegalizar a su movimiento político. 

Frente a todo ello, Putin acusa a Washington de aplicar un "doble rasero" e intentar interferir en asuntos internos de Rusia. Asimismo, defendió a los manifestantes que irrumpieron en el Capitolio en Washington, meses atrás, afirmando que sus demandas políticas son legítimas. A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores moscovita, Serguéi Lavrov, acusó recientemente a Hollywood de aplicar censura y señaló que Estados Unidos ha llevado la 'corrección política' al nivel de lo "absurdo".



Más conflictos

Pero los roces no terminan ahí. En los últimos años, Moscú y Washington se han acusado recíprocamente de violar acuerdos de seguridad, en particular uno crucial de armas denominado el Tratado sobre Fuerzas Nucleares (misiles) de Rango Intermedio, que quedó suprimido luego de que el expresidente Donald Trump se retirara en 2019 del mismo.

En junio, Rusia abandonó formalmente el Acuerdo de Cielos Abiertos -que permitía a los Estados firmantes realizar vuelos de vigilancia y compartir datos con sus aliados-, esto después de que Estados Unidos hiciera lo mismo el año pasado. 

Sin embargo, Putin y Biden extendieron en febrero el tratado nuclear New START, último acuerdo de reducción de armas que queda entre Rusia y Estados Unidos. 

Putin haría después alarde de las armas de próxima generación rusas que, en su opinión, vuelven obsoletos los sistemas de defensa antimisiles occidentales. Obviamente el tema no cayó bien en Washington.

Pero hay más temas sobre la mesa, sobre todo referidos a conflictos latentes como los de Siria, Libia y Ucrania. En abril, por ejemplo, Rusia destacó más de 100 mil efectivos cerca de sus fronteras con Ucrania y en Crimea, lo que a su vez provocó advertencias por parte de la OTAN, con EU a la cabeza.

La comunidad internacional espera que el futuro de varios prisioneros de ambos países figure en la agenda del miércoles, más allá de los grandes temas geopolíticos. Por ejemplo, el exmarine estadounidense, Paul Whelan, ha estado encarcelado durante 16 años en Rusia por espionaje.

Otro ciudadano estadounidense, Trevor Reed, fue condenado a nueve años de prisión en 2020 bajo cargos de haber agredido a agentes de policía rusos en estado de ebriedad. Moscú, por su parte, podría contemplar el retorno del célebre traficante de armas ruso encarcelado en Estados Unidos, Viktor But, y de un piloto contratado y presunto narcotraficante, Konstantin Iaroshenko. 



Tensiones diplomáticas

Por último, lo más posible es que ambos mandatarios aborden el problema que, como dicen los analistas norteamericanos, es el elefante en la habitación: las tensiones diplomáticas entre Moscú y Washington, las cuales se dispararon a partir de que Biden asumió su cargo. 

Desde su elección, Biden ha mantenido una postura firme frente a Putin, asumiendo una retórica que Moscú califica de agresiva.

"Yo le he dicho claramente al presidente Putin, de una manera muy diferente a mi antecesor (Donald Trump), que el tiempo en que Estados Unidos se sometía a los actos agresivos de Rusia (...) se acabó", advirtió Biden el 5 de febrero.

Citó la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses, los cibertaques y "el envenenamiento de ciudadanos", en referencia al opositor Navalny. "No dudaremos en hacer a Rusia pagar un costo muy alto y en defender nuestros intereses", agregó.

Al día siguiente, la portavoz de la presidencia rusa replicó: "es una retórica muy agresiva y no constructiva, nosotros lo lamentamos".

Luego, en una entrevista televisiva, Biden provocó la primera crisis diplomática de su mandato. "¿Usted piensa que (Putin) es un asesino?, le consultó el periodista. "Sí, lo pienso", le respondió sin precisar si era una referencia a Navalny. "Usted verá pronto el precio que él va a pagar".

Consultado sobre las injerencias electorales de Moscú en 2016 y 2020, repitió que Putin "pagará las consecuencias. Hemos tenido una larga conversación, él y yo, lo conozco bien", señaló el gobernante demócrata. "Yo le dije: 'lo conozco y usted me conoce’, si yo concluyo que usted hizo eso, esté preparado" para enfrentar las consecuencias. Este capítulo concluyó con una llamada de Moscú a su embajador en Estados Unidos.

Al día siguiente, Putin replicó en tono de mofa: "¡El que lo dice es quien lo es! No es solo una expresión infantil, una broma (...) uno siempre ve en el otro las propias características. Nosotros defenderemos nuestros propios intereses y trabajaremos con (los estadounidenses) en condiciones que nos sean ventajosas", agregó.

Propuso una "discusión" trasmitida en directo: "será interesante para el pueblo ruso, para el pueblo estadounidenses y para muchos otros países”. Washington, por su parte, guardó silencio.

"Esta es otra ocasión desperdiciada para salir del impasse en las relaciones ruso-estadounidenses que existe por culpa de Washington", deploró Moscú.

Finalmente, hace un par de días Biden declaró lo siguiente: “Me voy a encontrar con el presidente Putin en dos semanas en Ginebra" y "le diré claramente que no permaneceremos de brazos cruzados mientras ellos violan los derechos (humanos)".

"No nos hacemos ilusiones y no tratamos de dar la impresión de que habrá un avance, de decisiones históricas que provoquen cambios fundamentales", respondió el 1 de junio el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, respecto a esta reunión.

Esa beligerancia verbal es la antesala del crucial encuentro del miércoles. Un encuentro de pronóstico reservado. /AFP-EL NUEVO SIGLO