Clase media, fiel de la balanza de presidenciales peruanas | El Nuevo Siglo
KEIKO FUJIMORI ha recortado mucho en las encuestas pero no sabe si podrá derrotar al antifujimorismo
AFP
Miércoles, 2 de Junio de 2021
Redacción internacional

La pandemia ha causado estragos en la clase media peruana que enfrenta ahora la incertidumbre política ante el balotaje presidencial del próximo domingo entre la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo.

"La pobreza en Perú creció 10 puntos porcentuales en 2020. Tres millones de nuevos pobres es un retroceso de una década en avance económico. La clase media cayó de 46% (de la población) en 2019 a 34% en 2020", recordó el analista político Augusto Álvarez Rodrich, columnista del diario La República.

"Se retrocedió una década en un año, nos fuimos hasta el 2010 en materia de pobreza", coincide por su parte el economista y exministro Jorge González Izquierdo, al destacar que ahora un tercio de los peruanos son pobres.

La pandemia no solo ha deteriorado la economía, también deja 180 mil muertos en Perú, el país con la mayor tasa de mortalidad por covid-19 en el mundo (con 5.484 decesos por millón de habitantes). Muy lejos de los 3.077 fallecidos del segundo, Hungría.

De hecho, el lunes pasado se elevó el balance oficial de muertos por la pandemia de 69 mil a 180 mil por recomendación un grupo técnico, según lo anunció el Gobierno.

Obviamente este tema impacta la recta final de la campaña, más aún en un país de 33 millones de habitantes que aunque inició la vacunación el 9 de febrero, la campaña ha avanzado lentamente, rodeada de controversias políticas, y hasta ahora solo alcanza al 5% de la población adulta.

En este complejo escenario, los peruanos acudirán este domingo a votar por Keiko o Castillo, que tienen proyectos antagónicos. Para muchos el dilema es elegir "el mal menor".

Keiko defiende el libre mercado, lo que le vale el aprecio de los empresarios y las familias acomodadas, mientras Castillo cosecha apoyo entre los pobres, muchos de los cuales solían ser votantes del fujimorismo. Ninguno de los dos parece ser el candidato natural de la clase media.


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Panorama complicado

Hasta 2020, cuando irrumpió la pandemia, la economía peruana crecía a tasas superiores al promedio latinoamericano, lo que permitió que la clase media fuera aumentando paulatinamente, pero el covid-19 eliminó de un plumazo estos avances.

La actividad económica peruana estuvo semiparalizada el año pasado por una cuarentena nacional de más de 100 días y el PIB cayó 11,12%.

A ello se suma que si bien la inflación se mantiene controlada (un alza de 2,45% en el último año), muchos analistas consideran que ello se debe a la caída del consumo de los hogares por cuenta del coletazo social y económico de la pandemia.

El prolongado confinamiento en un país con más de 70% de informalidad laboral hizo que la pobreza alcanzara su nivel más alto en una década, un incremento de 10 puntos porcentuales en relación a 2019.

"El panorama no es alentador", advierte el economista Hugo Ñopo, afirmando que "en Perú hay hogares de ingresos medios, (pero) no existe una clase media consolidada..., con un patrón de consumo y acceso a bienes básicos, que es lo que define a la clase media".

Agregó que "cuando se produce una crisis como la actual, ésta afecta a los hogares pobres, a los ricos no les afecta. En los dos extremos de la distribución de ingresos, los que quedan en el medio acaban en el peor de los mundos porque reciben un 'shock' negativo, tampoco reciben ayuda del estado, son los más olvidados".

En tanto, la politóloga Jessica Smith señala que "el empleo informal, lo precario del sistema de salud pública y la incertidumbre que genera el sistema de pensiones son solo algunos de los elementos que han preocupado significativamente a la clase media peruana".

Se suma la incertidumbre por "la amenaza de que el país siga el camino de Venezuela si gana Castillo o se siga beneficiando a los mismos sectores económicos si gana Keiko, perpetuando el círculo vicioso de la desigualdad", agregó.

"La clase media está sumamente preocupada porque sería la que más sufriría (si gana Castillo). El rico se va de Perú, el pobre va a ser el beneficiado en un gobierno socialista-comunista. Al que van a apretar es a la clase media", indicó González Izquierdo.

La estrategia electoral de exacerbación de los miedos hacia el contrario ha marcado esta campaña. La tensión aumentó la semana pasada tras la matanza de 16 personas en un valle cocalero, atribuida a remanentes de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, lo que hizo evocar los años de violencia armada (1980-2000).


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Algunos peruanos de clase media no ocultan sus temores.

"Hay incertidumbre más que todo en las tradiciones del partido político de Keiko Fujimori, que viene de la trayectoria del padre. El de Castillo es un partido nuevo, pero tengo la duda hasta el momento de por quién sufragar", dijo el limeño Rudy Sequeiros.

"Todos tenemos temor de que vuelva a aflorar lo que era el terrorismo", indicó Daniel Herrera, dueño de una peluquería de Lima, quien además teme que Castillo pretenda "sustraer un porcentaje a las personas que tienen un patrimonio económico para dárselo a personas que son de bajos recursos".

¿Cómo llegan?

A cuatro días de los comicios el panorama electoral está muy estrecho, al tenor de las encuestas. El maestro de escuela rural y la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori se enfrentaron el domingo pasado en su último debate de cara al balotaje, en el que Keiko acusó a su rival de azuzar la violencia y éste le replicó afirmando que el fujimorismo es "sinónimo de corrupción".

"Para la mayoría de la población resulta más la elección del mal menor. Vamos a ver si es más fuerte el antifujimorismo o el anticomunismo", dijo Smith.

"Los dos tienen reparos de la población, pero la democracia establece que se debe optar por uno de ellos, lo que pone a los peruanos en una encrucijada", agregó Álvarez Rodrich.

Keiko, de 46 años, defiende el libre mercado mientras Castillo, de 51, aboga por un papel económico activo del Estado.

La candidata, que estuvo 16 meses en prisión preventiva por el escándalo de corrupción de la constructora brasileña Odebrecht, afirma que un triunfo de su rival convertiría el país andino en una suerte de Corea del Norte o Venezuela, pero con ella avanzaría hacia el "primer mundo".

Los últimos sondeos muestran que ambos están virtualmente empatados, con un 18% de indecisos.

El economista y excandidato presidencial Hernando de Soto aseguró que ninguno de los postulantes ha aclarado si Perú "va a ser cabecera de playa para un capitalismo popular y renovado, o si va a ser cabecera de playa para un comunismo".

Pero el debate en Perú no solo tiene que ver con una lucha entre la derecha y la izquierda, sino también entre la capital y las provincias, entre el statu quo y el cambio.

"La sociedad peruana lucha por establecer un modelo u otro, el modelo que hemos conocido en que todo lo regula el mercado, y de otro lado viene un deseo porque se establezca un nuevo Estado peruano", dijo el analista Hugo Otero.

Además, como si todo lo anterior fuera poco, el ganador no contará, además, con un Congreso aliado para gestionar esa emergencia.