DESCONTANDO la guerra en Ucrania, que llevó al desplazamiento de casi 17 millones de personas, Colombia volvió a ubicarse dentro de los diez primeros con mayor número de desarraigados internos por la violencia en el 2022.
Así lo revela el Informe Global sobre Desplazamiento Interno (Grid) que el año anterior el mundo registró un récord de 71 millones de desplazados internos (por violencia y desastres naturales) lo que representa un aumento del 20% respecto al año inmediatamente anterior, que fue jalonado por la invasión militar rusa a Ucrania y las inundaciones catastróficas en Pakistán.
El seguimiento anual a este preocupante fenómeno, realizado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC, con sede en Ginebra) y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), evidencia que conflicto y la violencia provocaron 28,3 millones de desplazamientos en el mundo, la cifra más alta en una década, con Ucrania representando el 60 por ciento del total.
“Este número es extremadamente elevado…Una gran parte del aumento es causado por la guerra en Ucrania, evidentemente. Pero también por las inundaciones en Pakistán, los conflictos nuevos y los ya existentes en el mundo y por cierto número de catástrofes súbitas o lentas que vimos desde las Américas hasta el Pacífico”, expresó la jefa del observatorio, Alexandra Bilak.
Destacó que el número de nuevos desplazados que aumentó a casi 61 millones de personas, algunas de ellas obligadas a huir en varias ocasiones. Un 60% más que en 2021.
Si bien muchos de esos desplazados son víctimas de conflictos que están desde hace años, en esta ocasión resalta el estudio, las catástrofes naturales fueron las responsables de la mayoría de los forzados éxodos internos: 32,6 millones de personas, un aumento del 40% respecto al año inmediatamente anterior.
Para el jefe del NRC, Jan Egeland, esta acumulación de crisis (violencia y catástrofes naturales” formó una "tormenta perfecta que agravaron las vulnerabilidades y desigualdades existentes, provocando desplazamientos a una escala nunca vista antes”.
El informe registra los desplazados por cada uno de estos fenómenos, destacando que algunos países del continente asiático así como de África subsahariana fueron gravemente afectados por ambos.
Ejemplo de ello, Pakistán donde ocho millones se vieron obligados a dejar sus hogares por las gigantescas inundaciones (680 por violencia); República Democrática del Congo, con más de 4 millones de desarraigados por los conflictos y 423 mil por los desastres climáticos; Etiopía (2.032.000 por combates y 873 mil, respectivamente) y Sudán (337 mil y 105 mil por fenómenos climatológicos extremos).
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Se destaca que, el año pasado, los nuevos desplazamientos internos causados por conflictos llegaron a 28,3 millones, casi el doble de 2021 (incluidos los de Ucrania) y el triple que la media anual de la última década. De igual forma que cerca de las tres cuartas partes de los desplazados internos viven en solo diez países: Siria, Afganistán, República Democrática del Congo, Ucrania, Colombia, Etiopía, Yemen, Nigeria, Somalia y Sudán (por orden decreciente del número de desplazados internos).
Colombia
Aunque por el conflicto armado interno de vieja data no sería novedad que el país estuviera en los primeros lugares de este ‘deshonroso’ ranquin, si lo es que continué en el Top 10 y que sea con Haití, los únicos que hayan registrado un alto número de desarraigados internos por violencia.
Se indica que el año pasado se contabilizaron en el país 339 mil personas que tuvieron que dejar sus lugares de residencia por “ataques de grupos armados no estatales” -ilegales- y combates de las tropas oficiales contra éstos, mientras que los que lo debieron hacer por los desastres naturales fueron 281 mil.
Ambos guarismos, según este informe, fueron los más altos en la última década. Y advierte que pueden ser más altas, sobre todo en la primera de ellas, ya que “si bien Colombia tiene uno de los registros más avanzados sobre desplazamiento interno en el mundo” muchos de los afectados “optan por no informarlo oficialmente, por temores sobre su seguridad o desconocimiento”.
Añade que los mayores éxodos forzados se registraron en Cauca, Valle del Cauca, Putumayo, Nariño, Chocó, Córdoba, Antioquia, Caquetá, César y Magdalena, al igual que al final del año anterior permanecían 4,8 millones de personas desarraigadas por la violencia, unas 400 mil menos que el año inmediatamente anterior.
Las cifras de desplazados por desastres, como indicamos, también fueron la más alta en más de una década, por el azote invernal. Las inundaciones provocaron casi la totalidad de los movimientos registrados, la mayoría de los cuales ocurrieron en Sucre y Bolívar, específicamente en la vasta subregión de La Mojana.
Alrededor de 41.000 personas vivían en desplazamiento como resultado de desastres en Colombia a fin de año, de los cuales 39.000 habían huido de las inundaciones y tormentas, la mayoría de ellas en zonas bajas departamentos que conforman la zona más amplia de la región del Caribe y que dio a luz a la peor parte de los impactos de La Niña.
Al mirar la situación del país en el contexto americano, en el acumulado de traslados internos forzados, Colombia sigue en un primer lugar con 4.766.000 mil por violencia y 41 mil por desastres naturales, seguido de Estados Unidos (543 mil por el segundo ítem), México (386.000 y 3.600, respectivamente), Honduras (247.000 y 3.900) y Guatemala (242.000 y 7.900).
En la referencia del 2022, Colombia está en el tercer lugar superado por Brasil que tuvo 5.600 desplazados por violencia y 708 mil por fenómenos climáticos y Estados Unidos (675 mil por catástrofes climáticas).
A nivel mundial y en los datos sobre los forzados a huir por la violencia, Colombia está en el Top 10, siendo el único del continente americano, aunque con cifras muy distantes a los primeros lugares. (Ver tabla)
Encabeza el listado, Ucrania con casi 17 millones, seguida por República Democrática del Congo (4.004.000), Etiopía (2.032.000), Myanmar o Birmania (1.006.000), Somalia (621.000), Burkina Faso (438.000), Colombia (339.000), Sudán del Sur (337.000), Sudán (314.000) y República Centro Africana (290.000).
Por regiones
El Informe Global sobre Desplazamiento Interno (Grid) destaca que el año pasado fueron 62,5 millones los desplazados internos como resultado de conflictos y violencias en 65 países y territorios, lo que representó un aumento del 17% frente al 2021.
En cuanto a los forzados a huir como resultado de desastres, ello ocurrió en 88 países y fueron más de 8,7 millones, un aumento del 45% respecto al año inmediatamente anterior.
El seguimiento a estos fenómenos lo hace dividiendo el mundo en seis regiones y aporta datos específicos de cada una de ellas.
Así señala que en África subsahariana, el total de desplazados internos fue de 16.5 millones, 9 millones de ellos por violencia. Esto representó el 27% del total global, mientras que en Oriente Medio y África del Norte fueron 787 mil (60% por conflictos armados) y en el Oriente asiático el Pacífico se registraron 11.3 millones, casi el 90% de ellos por desastres climáticos como el tifón Noru en Filipinas. Igual ocurrió en el sur de Asia donde 12.5 millones de desplazamiento interno fue por catástrofes naturales, concentrados en Pakistán por las grandes inundaciones.
En cuanto al continente americano, representó el 4% del global con 2.6 millones de desplazados, la mayoría de ellos por violencia, ítem en el cual Colombia concentró el 66% de los casos.
Finalmente, en la región de Europa y Asia Central hubo 17.2 millones de éxodo forzado, de ellos los 17 millones en solo Ucrania por la guerra iniciada en febrero del año anterior. Francia y España están en el listado por los traslados inevitables por desastres, con 45 mil y 31 mil, respectivamente.
El director general de la Organización Integral de Migraciones (OIM), António Vitorino destacó que “estamos viendo la tendencia continua de desastres a gran escala sin precedentes que causan pérdidas significativas de vidas, destrucción de hogares y medios de subsistencia y nuevos niveles de desplazamientos. Mejorar nuestros esfuerzos comunes sobre la acción climática e invertir en vías de migración seguras, regulares y ordenadas es más importante que nunca”.
En la segunda parte, el informe destacó la inseguridad alimentaria como factor impulsor, consecuencia y barrera potencial para las soluciones al desplazamiento interno. Las crisis multidimensionales sin precedentes se están convirtiendo en la norma y el impacto en la movilidad humana es cada vez más evidente.