En Bogotá y por consiguiente en Colombia, han pasado 14 meses y medio desde que la covid-19 aterrizó en nuestra realidad y puso a prueba prácticamente todos los factores que componen a la condición humana. Desde el lenguaje hasta la forma misma en la que nos relacionamos y lo que hemos entrado a considerar de maneras diferentes, todo cambió.
Aún así, pasado este periodo en el cual el mismo virus forzó un aprendizaje sobre epidemiología y salud pública que ninguna sociedad en su conjunto pensó jamás que aplicaría, hay conceptos que hoy deberían repensarse.
Con un programa de vacunación en marcha que esta semana se ha ido ampliando de manera gradual; con la claridad de que los recontagios son una realidad y de que hay nuevas y más infecciosas cepas del virus, ¿qué tanto sentido tiene seguir hablando de inmunidad de rebaño?
De acuerdo con Saludata, la semana laboral concluyó con 2.433.644 dosis aplicadas, lo que equivale al 31,28% de avance respecto al 70% de la población que tiene que ser vacunada (5.483.917 personas) para alcanzar la inmunidad de rebaño. Pero, ¿sigue siendo esta la medición correcta tomando en cuenta las nuevas variaciones que ha sufrido la realidad alrededor del virus?
El término inmunidad de rebaño hace referencia a aquel fenómeno por medio del cual un porcentaje de la población se ha hecho inmune a una determinada enfermedad, explicó a EL NUEVO SIGLO Juan Manuel Cordovez, vicedecano de investigaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes y experto en modelaciones matemáticas de enfermedades contagiosas por vectores.
No obstante, dicho término es aplicable en una situación en la cual las personas adquieren una inmunidad completa (es decir que no volverán a enfermarse jamás), ya sea porque estuvieron expuestos a un padecimiento de cual se recuperaron, o porque fueron inoculados con una vacuna que confiere inmunidad a la misma.
Pero qué pasa: que tres paradigmas iniciales han cambiado por completo en los últimos 14 meses y medio, por consiguiente hay distintas formas de abordar el tema que ya se siente en desuso.
Lo primero es que los recontagios son un hecho que va más allá de cualquier duda razonable. Luego, la vacunación no debe contemplarse como un mecanismo 100% eficiente y la presencia de nuevas cepas podría implicar futuras modificaciones en este proceso. Y por último y más importante, que no va a pasar, por desesperanzador que suene, habría que llegar a un punto cero de enfermedad. Comencemos por ahí.
“En estos momentos hablar de inmunidad de rebaño no tiene ningún sentido. Hablar en términos de inmunidad de rebaño tenía sentido cuando se estaba buscando un estado de virus 0. Esa es hoy una meta utópica. Al hablar de inmunidad de rebaño se está promoviendo una sensación falsa de que podríamos llegar a un punto de virus 0 y eso no va a pasar ni en Colombia ni en ningún lugar del mundo. El virus no se va a ir y tenemos que aprender a vivir con él”, dijo a este Diario el epidemiólogo y salubrista de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández.
En esto coincido el profesor Cordovez, quien de hecho explicó cómo el covid-19 se moverá más hacia la realidad de la influencia que persiste itermitentemente en la sociedad a diferencia de por ejemplo la tuberculosis, enfermedad que se erradicó con su respectiva vacunación.
- Le puede interesar: Ganancias de las empresas cayeron 34,1% en el 2020 por pandemia
“Hablar de inmunidad de rebaño implicaba la idealización de que íbamos a llegar a un momento en el cual habría un porcentaje poblacional ya expuesto al virus, más otro porcentaje vacunado y por consiguiente podríamos olvidarnos del covid-19 como pasó con la tuberculosis. Pero eso no va a pasar con el covid-19: nos va a tocar convivir con él como con el dengue que está ahí, va y vuelve”, agregó el profesor Cordovez, quien no obstante aclaró que eso no quiere decir que no se deba vacunar al grueso de la población.
“Vacunar se necesita igual que siempre y más que nunca. Tal vez hablar de eso ahora mismo podría desentusiasmar a las personas de vacunarse, pero el relato social y comunitario de que vamos a llegar a la inmunidad de rebaño y eso nos va a permitir borrar al Ccvid-19 de la página de la historia no es cierto. La covid es la implantación de un virus que va a seguirnos visitando y que se va a sumar a otros patógenos que nos han afectado durante toda la vida y con los que convivimos porque son imposibles de erradicar. Sé que suena desesperanzador pero debemos dejar atrás la forma en la que estábamos viendo al covid: como un partido de fútbol en el que o gana el virus o ganamos nosotros. Y no lo es”, añadió el profesor.
Recontagios y nuevas cepas
Frente al otro factor, relacionado con los contagios, es importante hacer un poco de historia. Al inicio, cuando comenzó a conocerse la enfermedad, la premisa fue que había un único virus, sin todas las variantes que tenemos ahora, y que una vez contraído el virus, las personas no volverían a enfermarse y gozarían de una inmunidad natural (que hoy está calculada en seis meses).
Esto no sucedió por lo que hoy hay un nuevo jugador en el tablero: las variantes. De hecho, podría llegar alguna, como pasa con la influenza, que eventualmente se escape a la inmunidad que da la vacuna.
“Todavía no se ha encontrado ninguna variante que escape a la efectividad de la misma pero se teme por esa situación. En un mundo ultra conectado en donde hasta ahora solo se ha vacunado al 20% de la humanidad, el temor amerita una reflexión. La probabilidad de que surja una nueva variante que escape a la vacuna no es bajita”, añadió el vicedecano de la Facultad de Ingeniería de los Andes. Dijo que aún con las vacunas desarrolladas no se le está cerrando del todo la puerta al virus, lo que debería llevar a una reflexión sobre las mismas.
“Por lo que te he mencionado, si antes yo pensaba que con vacunar al 80% de la población tenía para frenar por completo la transmisión, pues ya me toca comenzar a recalcular un número distinto, pues ninguna vacuna es 100% efectiva, y a eso súmale las nuevas variantes del virus y la reinfección”, señaló Cordovez.
Aquí vale la pena una aclaración: en vacunación hay dos términos: eficacia y efectividad. Eficacia es lo que hicieron los laboratorios productores con estudios experimentales, de evaluar la eficacia y la seguridad de la vacuna que estaban consolidado.
“Pero la efectividad es cuando se hace esa misma evaluación pero con población real. Eso es lo que debería hacerse cuanto antes. Todavía no hemos hecho ninguna evaluación de ese tipo y eso se recomienda para todas las vacunas no solamente para las que son contra el covid-19. Hay que mirar la actividad de las vacunas en algunas poblaciones”, explicó a este Medio el profesor Hernández, quien agregó que en vez de hablar de inmunidad de rebaño los gobiernos deberían, haciendo uso de un argot ciclístico, trazarse unas metas volantes.
“Eso qué significa: pensar en metas intermedias por grupos poblacionales, lo que implicaría una política pública que cubra a más población y mejor y hacer una fase 4 de vacunación: evaluar en la realidad la funcionalidad de las vacunas a través de estudios de evaluación denominados de efectividad vacunal, que por ejemplo determinan qué personas se vacunan y no desarrollan anticuerpos. Eso pasa”, finalizó.