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EN UN momento en que el presidente pidió a los ministros y otros altos funcionarios enfocarse en lo que resta del mandato en cumplir el programa de gobierno, reconociendo importantes atrasos en varios sectores, crecen las divisiones en la administración, especialmente en las últimas semanas a partir del caótico consejo de gabinete el pasado 5 de febrero.
El ambiente enrarecido se ha generado principalmente alrededor de dos nombres: Laura Sarabia, hoy canciller, y Armando Benedetti, designado ministro del Interior, quienes desde el principio del gobierno han sido resistidos por el ala petrista del Gobierno y por el progresismo.
También hay otras situaciones por las que se habría resquebrajado la unidad en el Gobierno, como la inconformidad de la vicepresidenta por el lugar que le ha dado el presidente en la administración, y uno coyuntural por los señalamientos debido a la infiltración que quiso hacer el contrabandista ‘Papá Pitufo’ a la campaña presidencial en 2022.
En un principio el rechazo a Benedetti de un sector del Gobierno es por su origen en la política tradicional, que dicen sus malquerientes choca con un mandato que exhibe como bandera el cambio. Lo mismo dijeron de Roy Barreras, quien con la aquiescencia del presidente fue incluido en la lista del Pacto Histórico al Senado y también para que fuera el presidente de esta corporación en la primera legislatura, buscando por su larga experiencia política sacar adelante las reformas.
El resquemor de algunos con Benedetti se apaciguó en parte porque no lo veían, pues el presidente lo envió a Venezuela como embajador. Sin embargo, las diferencias con Sarabia crecieron porque en Palacio se convirtió en la mano derecha del mandatario: le organizaba la agenda y se dijo que se hizo más poderosa y aprovechó esta condición, supuestamente, para frenar a varios ministros que no eran cercanos a ella el acceso al jefe de Estado.
Posiblemente los malquerientes de Benedetti y Sarabia respiraron tranquilos cuando a mediados de 2023 el mandatario los sacó del Gobierno después de hacerse público un audio de whatsapp en el que el entonces embajador le recriminaba a ella porque Petro no le daba la importancia que dijo merecía, pues se jactaba de que gracias a su trabajo político se ganó la Presidencia. Y amenazó que si se sabía cómo se financió la campaña en la costa Norte, todos irían a prisión.
Sin embargo, poco después el mandatario, en una decisión que muchos en el círculo presidencial y en la bancada oficialista no entendieron, reincorporó a Sarabia al Gobierno, designándola directora de Prosperidad Social; posteriormente la llevó a Palacio como directora del Dapre y ahora, ante la renuncia de Luis Murillo, la nombró canciller.
Parecido ocurrió con Benedetti, a quien Petro nombró embajador ante la FAO; posteriormente, lo trajo a Palacio como jefe de despacho y ahora, ante la renuncia de Juan Cristo, lo nombró ministro del Interior.
Explotó la inconformidad
El consejo de ministros del pasado 5 de febrero marcó un punto de quiebre en el creciente fuego amigo dentro del Gobierno, pues anteriormente se supo más del mismo por los rumores que circulaban en la Casa de Nariño e informaciones de medios por situaciones que se filtraron.
Sin embargo, en dicho consejo la inconformidad explotó y varios funcionarios se dijeron en la cara las diferencias. Incluso, la vicepresidenta le manifestó al presidente su inconformidad por el tratamiento que le está dando.
“La gente dice que estoy relegada… y sí, tienen razón. Yo pensé que llegaba aquí a ser su aliada", reclamó Márquez, mostrando así para muchos las diferencias entre los dos que desde hacía tiempo se vienen rumoreando. Lo que se habría confirmado esta semana, cuando el jefe del Estado la removió del Ministerio de la Equidad y ella no ocultó su malestar, al punto de afirmar que teme por su vida. “Denunciar la corrupción y señalar lo que está mal tiene consecuencias”, expresó.
Volviendo al consejo de ministros, señaló también la vicepresidenta que “no me parecen las actitudes de Laura Sarabia con nosotros, conmigo, que me ha tocado decirle que me respete. Y no me parece, y respeto a Armando] Benedetti, pero no comparto su decisión de traer a este gobierno a esas personas que sabemos tienen gran parte de responsabilidad con lo que está pasando”.
Márquez dijo también estar "preocupada de que llegue gente con chantajes para socavar un sueño", en clara alusión a Benedetti.
Por su parte, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, dijo en ese consejo que “como feminista y como mujer, no me puedo sentar en el gabinete con Armando Benedetti”, aludiendo a un altercado que este tuvo con su esposa en España cuando era embajador ante la FAO.
Mientras que el director de Planeación Nacional, Alexánder López, tampoco se guardó sus diferencias con Benedetti y Sarabia. “No nos representan en este proyecto y eso no es sectarismo político (...) yo tuve una relación de respeto con Laura, pero sé que no la tuvo con otros compañeros. Con Benedetti la situación es mucho más compleja y no es de una segunda, tercera o cuarta oportunidad”, dijo.
En este consejo de ministros el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, destapó un escándalo porque Diego Marín, conocido como ‘Papá Pitufo’, aportó $500 millones a la campaña de Petro en 2022, frente a lo cual el hoy presidente asegura que los hizo devolver al enterarse de que es uno de los grandes contrabandistas en el país.
Rodríguez culpó a Benedetti de supuestamente hacer llegar a ‘Papá Pitufo’ a la campaña. “No sé en qué va a terminar el tema de las investigaciones que hay. Pero comenzaron con él. El tema del señor ‘Pitufo’ comenzó con él y no sé dónde van a terminar. Pero en la primera reunión que supe que hubo, estuvo el señor. Y lo puedo sostener”, dijo.
Ante estas afirmaciones, Benedetti denunció a Rodríguez por injuria y calumnia agravada.
Desarrollo caso ‘Papá Pitufo’
La revelación de Rodríguez sobre el acercamiento que hizo ‘Papá Pitufo’ a la campaña aceleró las investigaciones contra este sujeto y se conocieron detalles de su accionar, entre otros, su poder de corrupción de policías para dejar entrar contrabando al país.
También se supo que varios políticos intentaron ante la DIAN que nombraran sus recomendados en las aduanas en Buenaventura, Cali y Cartagena.
El ministro de Comercio, Luis Reyes, señaló a Roy Barreras, embajador en el Reino Unido, de ser uno de los que le pidieron cargos en la DIAN, y entregó un listado a la Fiscalía con varios nombres.
“Varias personas me pidieron la DIAN de Buenaventura y el entonces presidente del Congreso (Roy Barreras) me la pidió”, dijo Reyes. Mientras que el embajador replicó que “jamás he tenido funcionarios en la DIAN de Buenaventura (...) ¿A quién está cubriendo Reyes? ¿Por qué lo hace?”.
Barreras emprendió acciones legales contra el ministro por sus afirmaciones, por lo cual el próximo viernes se hará una audiencia de conciliación en la Cámara de Comercio de Bogotá.
En días anteriores la canciller fue salpicada en un informe de W Radio que señalaba que tres EPS intervenidas están beneficiando a algunas IPS pagando la totalidad de los servicios prestados, mientras que muchos hospitales esperan que les paguen.
Estas IPS según el informe, conforman un grupo empresarial que tendría matriz en España. Fuentes señalaron a este medio que Sarabia se habría beneficiado en estos hechos.
Pocos minutos después de conocerse esta publicación, el director de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, quien ha tenido varios enfrentamientos con la canciller, se preguntó en X: “¿Es bueno para Colombia tener una canciller que esté mencionada en este escándalo?”.
La canciller negó su participación y aseguró que el director de la UNP recomendó a Mauricio Marín, salpicado en estos hechos, para la dirección de la Fiduprevisora.
Rodríguez negó esta afirmación y dijo que “ella sí sabía perfectamente de dónde venía Marín”.