CON la seguridad como gran logro lo que le ‘disparó’ el respaldo ciudadano al punto que tiene asegurada su reelección el domingo con un inédito porcentaje (más del 81% según todas las encuestas), el joven mandatario Nayib Bukele promete dar pasos agigantados en su proyecto del que solo se conoce su lema: “El Salvador renace”.
Este país centroamericano, que otrora aparecía en los titulares mundiales por la violencia y expansión de pandillas como “Mara Salvatrucha” y “Barrio 18”, continúa en las primeras planas de la información global, pero por la política de mano dura contra la delincuencia que desde hace cuatro años ejerce el fundador de ‘Nuevas Ideas’, el millenial que revolucionó la política ya que sin ideología clara ni partido fuerte ganó en una sola vuelta a las dos fuerzas tradicionales: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (izquierda) y la coalición Arena (conservadora).
Como en la campaña pasada, el líder derechista no tiene programa oficial de gobierno, por lo que se desconoce cuál será su prioridad en estos ‘cuatro años más’, aunque por el impulso que dio en los últimos meses de gestión a varios proyectos puede deducirse el curso que tendrá este Bukele II.
Mantendrá el estado de excepción que declaró en marzo de 2022 para su guerra contra los delincuentes y acabar lo que queda de las pandillas, ya que puso tras las rejas a más de 60 mil de sus presuntos miembros en una inédita ofensiva que, según sus detractores y críticos, ha sido a costa de limitar los derechos civiles.
Sin embargo, es tan claro como público que no cederá un milímetro en este frente de acción y de allí que la recta final de su campaña proselitista, la que vale recordar realiza alejado del gobierno ya que desde el pasado 30 de noviembre goza de una licencia para hacer política libremente, instó a los salvadoreños a respaldarlo para seguir en la presidencia, al igual que a los candidatos de ‘Nuevas ideas’ para el Congreso de los Diputados.
"Este 4 de febrero debemos proteger los logros en seguridad", dijo Bukele en un video, de un minuto de duración, publicado en su cuenta de X, y agregó "En este momento Nuevas Ideas tiene la mayoría calificada, pero con tan sólo un diputado menos perderíamos esa mayoría y pondríamos en riesgo la guerra contra las pandillas".
Según el presidente salvadoreño, en caso de no tener mayoría calificada en el Congreso, su gobierno no podría aprobar el régimen de excepción, elegir magistrados de la Corte Suprema de Justicia, al fiscal general "ni aprobar todas las herramientas que nos están ayudando para ganar esta guerra" contra los delincuentes, con resultados incuestionables.
El Salvador cerró 2023 con una tasa de homicidios de 2,4 por cada 100.000 habitantes, la más baja en tres décadas, por lo que su ministro de Justicia, Gustavo Villatoro, expresó: "El Salvador es oficialmente el segundo país más seguro de toda América (después de Canadá) y el primero a nivel de Latinoamérica con la tasa más baja de homicidios".
Según el fiscal general, Rodolfo Delgado, en 2023 se registraron en el país centroamericano, de 6,6 millones de habitantes, 154 homicidios, en tanto que en 2022 fueron 495 (7,8 por cada 100.000 habitantes). El promedio mundial es de 8 por cada 100.000, según agencias especializadas de Naciones Unidas.
Según encuestas, nueve de cada diez salvadoreños se sienten seguros con el régimen de excepción, lo que mantiene a Bukele con el elevado respaldo popular.
Ahora será la economía
Con la tranquilidad reinando en El Salvador, el presidente concentrará sus esfuerzos en atraer inversión extranjera y turistas, las vías más expeditas para dinamizar la economía y generar empleos. Ello porque, como se sabe, gran parte de la población vive de las remesas y la baja preparación de su mano de obra dificulta llenar plazas de constante demanda, como en el sector tecnológico.
También es seguro, como ya se está evidenciando, que este segundo mandato de “El Salvador renace”, el presidente priorice las obras públicas y la infraestructura para adecuar a esta nación centroamericana con lo que demandará el previsto aumento de turistas y, muy especialmente, de los amantes del surf, porque sus playas son ideales para este deporte.
Si bien estos planes al igual que obras como el nuevo estadio nacional o el aeropuerto del Pacífico en La Unión generarán desarrollo y progreso, acarrearán un aumento mayor en el costo de vida. Para tener una idea, en los tres primeros años del actual gobierno el precio de la canasta básica subió en promedio USD 54 dólares. El salario mínimo es de USD 365 dólares.
De allí que Bukele II deberá hacer pública su hoja de ruta para estos cuatro años más y priorizar la economía porque solo así podrá cumplir el sueño que esbozó semanas atrás: “Quiero ver a nuestro país como un país desarrollado, y una población que sus necesidades básicas estén satisfechas…Lo que quiero ver al final de mi mandato es al menos un proceso de cambio irreversible, donde ya El Salvador esté en el camino al progreso y que o haya una forma fácil de detenerlo”.
Se desconoce si impulsará el uso del bitcoin que lanzado hace más de un año y propuesto como moneda comercial despertó poco interés en los salvadoreños.
Hay escepticismo en algunos analistas sobre si Bukele logrará en la economía un éxito igual al de la seguridad y si su política en el primer aspecto afectará su popularidad.
En recientes declaraciones a BBC Mundo, el director del Centro Kimberly Green para América Latina y el Caribe de la Universidad Internacional de Florida, José Miguel Cruz, expresa: “este gobierno se ha gastado todo el dinero posible, ha endeudado al país, su economía sigue viviendo de las remesas, los préstamos… El país no prospera, no hay empleo, sigue habiendo pobreza…Eso va a impactar al gobierno y eso él lo sabe”.
Pero eso se verá con el pasar de los meses y descontada como está la reelección de Bukele y su partido con mayoría en el Congreso, le quedará fácil aprobar las medidas económicas que requiera, tal cual lo hizo meses atrás con la ‘mini-reforma’ exprés que le permitirá pasar, desde mayo, de 262 municipios a 44, para ahorrar USD 250 millones anuales, según sus moderados cálculos. También redujo el Congreso, que pasa de los actuales 84 a 60 desde esta elección.
La última encuesta divulgada fue la de la Universidad Centroamericana (UCA) donde Bukele tenía un 81.9% de intención de voto y muy lejanos estaban sus competidores, el candidato del izquierdista FMLN, el exdiputado Manuel Flores, con 4,2%; mientras que el derechista Joel Sánchez, alcanzaba el 3,4%. Los otros tres aspirantes figuraron con menos del 2,5%.
En otro sondeo realizado por la Universidad Francisco Gavidia (UFG), también privada, el candidato-presidente obtuvo un 70,9% de la intención de voto, el FMLN 2,9% y Arena 2,7%. El resto rondó el 1%. Un 21,2% no opinó o dijo que anularía su voto.
Tanto el FMLN como Arena dominaron la política salvadoreña tras la guerra civil (1980-1992), hasta que, en 2019, el líder millenial, sin ideología y con novel partido, rompió ese bipartidismo.
En cuanto al Congreso, los sondeos pronostican que Nuevas Ideas obtendría 57 diputados, 2 Arena, y 1 el Partido Demócrata Cristiano.
Salvador para la mayoría de los ciudadanos y dictador en ciernes para otros. Tras interponer un recurso ante la Corte Constitucional porque la Constitución prohíbe la reelección, el joven mandatario del país centroamericano se alista para otro triunfo en las urnas, más contundente que el anterior, e iniciar otro mandato con un desafío de marca mayor: la economía. De generar empleo, reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida dependerá que la ‘Buklemanía’ sea de largo aliento. /