Elecciones en México: ¿Continuidad o cambio? | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Domingo, 10 de Junio de 2018
Natalia Mariño*
Se aproximan las elecciones de este país latinoamericano en medio de un descenso en la popularidad del actual mandatario y de un contexto en el que la violencia se ha disparado a niveles alarmantes. Los retos del próximo Presidente estarán concentrados principalmente en devolverle la confianza a la población.

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CONTINÚAN las elecciones en América Latina y el siguiente en el calendario es México. El primero de julio, los mexicanos están citados a votar por el que será el sucesor de Enrique Peña Nieto. Los comicios se llevarán a cabo en medio de la desaprobación del actual mandatario que alcanza el 69%, además de la violencia y corrupción exacerbadas y en un contexto en el que el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lleva la delantera con un 51% de favorabilidad.

Los otros dos contendores son Enrique Anaya del Partido Acción Nacional (PAN) y José Antonio Meade del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Este último, a la cabeza de uno de los partidos tradicionales de México, se ha visto opacado por la gestión de Peña Nieto y los casos de corrupción que involucran a su partido. López Obrador, tercera vez candidato a la Presidencia por la izquierda y calificado de populista, busca, mediante una coalición y una propuesta alternativa, abordar las dificultades que actualmente enfrenta este país latinoamericano.

El diagnóstico

El 2017 fue el año más violento e inseguro de la historia reciente de México. Según la organización “Semáforo Delictivo”, se presentaron 18.989 homicidios relacionados con delincuencia organizada, lo que equivale a un aumento del 55% frente a 2016.

El aumento en la cifra de homicidios e impunidad se le atribuye, en parte, a la reforma a la Justicia liderada por el actual gobierno, así como la fragmentación de grupos criminales que ha generado rivalidades entre los mismos. La debilidad institucional ha impedido dar una respuesta concreta al aumento de la violencia criminal.

Uno de los episodios más violentos que ha tenido lugar durante el gobierno de Peña Nieto y que le costó parte de su caída en popularidad, fue el caso de la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa, sin que a la fecha se haya podido conocer el paradero de estas personas.

“Desde que comenzó el proceso electoral, al menos 107 políticos han sido asesinados en todo el país”, comenta Sonia Corona en El País. La Organización de Estados Americanos (OEA) ha manifestado su preocupación al respecto y ha dicho que las cifras de violencia en proceso electoral son inaceptables.

Sin embargo, otros estudios contrarrestan que el principal problema de México no es la violencia ni la corrupción, sino la desigualdad. Así lo asegura el reciente informe “Desigualdades en México 2018”, realizado por el Colmex, que evidencia las brechas existentes entre los salarios y el acceso a la educación. “Que un candidato antisistema —aludiendo a Andrés Manuel López Obrador— tenga 50% de la intención de voto se puede entender por el enfoque que aporta este informe”, escribe Sergio Aguayo, periodista y académico de El Colmex, en el diario El Economista de México.

Funcionarios priistas de la administración de Peña Nieto han estado involucrados con sobornos de la empresa Odebrecht. El gobierno del actual Presidente ha estado marcado por la violencia, la inseguridad y la impunidad, así como por hechos de corrupción que han desacreditado su gestión y la imagen de su partido.

¿La cura?

Este contexto permite entender cómo un candidato como López Obrador, con un discurso nacionalista que busca afrontar las circunstancias ya mencionados mediante un discurso progresista y a favor de las poblaciones vulnerables, lleve la delantera con respecto a sus dos contendores. Si bien esta es la tercera candidatura de AMLO, lo cierto es que “a diferencia de las dos ocasiones anteriores, tiene propuestas más ligeras y menos agresivas con el fin de buscar más apoyo de grupos sociales que anteriormente lo habían rechazado”, asegura a EL NUEVO SIGLO Eduardo González a, profesor e investigador de la Escuela de Ciencias Sociales del Tecnológico de Monterrey.

Grandes empresarios mexicanos han manifestado su preocupación que una figura como AMLO llegue a la Presidencia. Para “limar asperezas” como comentaron varios medios mexicanos, el martes de esta semana se reunieron López Obrador y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN). En este espacio “terminaron en buenos términos y se involucró a los empresarios para elaborar conjuntamente un plan de desarrollo económico, si AMLO llega a la Presidencia”, afirma Eduardo González.

El favorito a la presidencia ha sabido utilizar el descontento social en México para hacer una campaña en la que se evidencia conocimiento de la realidad, mostrando una cara renovada de la política tradicional. “Estas elecciones son muy importantes ya que será la oportunidad para oxigenar la política y suprimir la presión de la delincuencia y la corrupción y para lograr una liberación del enojo social”, comenta González.

La importancia de estas elecciones

Las próximas elecciones marcarán un hito importante en la historia de México. De acuerdo con el censo de 2017 y con el Instituto Nacional Electoral (INE), 88 millones de mexicanos podrán votar el primero de julio.

Adicionalmente, como lo menciona José Ramón Cossío, ministro de la Suprema Corte de Justicia de México en una entrevista con el País de España, estas elecciones estarán marcadas por “uno de los momentos más definitorios de nuestra historia reciente, porque no es una contienda solamente entre candidatos, entre grupos, sino que lo que estamos discutiendo, a fin de cuentas, es un proceso de recomposición de las élites, económicas, culturales, sociales o científicas, que se han ido, con el pasar de los años, agrupando en distintos bandos, en distintas fuerzas”.

México es el segundo país más poblado de América Latina y es miembro la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El reciente informe de este grupo de países titulado “Prioridades Estratégicas para México”, reconoce las reformas que el gobierno ha adelantado y que ha mostrado resultados en temas de desarrollo, educación, energía y telecomunicaciones.

Sin embargo, a pesar de pertenecer a este club de buenas prácticas, México se encuentra por debajo del promedio de estos países especialmente en temas de seguridad, bienestar social, salud, entre otros.

Los retos a enfrentar, principalmente en términos sociales, demostrarán la capacidad del nuevo mandatario de cambiar el diagnóstico de México. Estas elecciones han mostrado que lo más importante es crear estabilidad en este país latinoamericano y quien sea el nuevo presidente, tendrá la responsabilidad de generar un cambio de percepción en la población y devolver la confianza en las instituciones. ¿Será posible?

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*Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. @Nataliamarinop