En muchos lugares de Venezuela hay protestas y saqueos: Iglesia | El Nuevo Siglo
Jueves, 30 de Abril de 2020
Redacción internacional

“La pandemia no ha generado” los problemas que tiene Venezuela. “Ya los tenía. Lo que ha hecho es profundizarlos”, manifestó el arzobispo de Maracaibo, José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, así como de Cáritas América Latina y el Caribe.

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está la situación de Venezuela en medio de la pandemia?

JOSÉ LUIS AZUAJE: Sobre el tema hospitalario en Venezuela, en tiempos del presidente Hugo Chávez se le dio una especie de realce a la atención primaria en diversas comunidades, con pequeños centros ambulatorios y de diagnósticos, que se llaman CDI, pero esto trajo como consecuencia que se le quitara fuerza a la red hospitalaria nacional. Esta se fue debilitando y desestructurando.

Hoy, desgraciadamente, encontramos muchas debilidades: la falta de insumos, deterioro de infraestructura, así como aparatos tecnológicos ya caducos; falta de servicios de agua, de luz, de alimentos; y a esto, se le agregan los miles de profesionales de la medicina que han abandonado el país dejando vacantes importantes, especialmente, en áreas de especialización.

La pandemia nos encuentra con este drama. El Gobierno ha intentado refaccionar algunas instalaciones, especialmente los CDI, en atención a la pandemia, pero esa infraestructura médica no soportaría miles de contagios.

ENS: ¿Venezuela no se ha podido estabilizar?

JLA: Venezuela vive una de las crisis más profundas de este siglo. Es un país que ha vivido de la renta petrolera y con la caída de los precios del petróleo, aunado a la feroz inflación, el colapso de los servicios públicos, incluso, la escasez de gasolina que impide la movilización de la producción, pues viene un colapso económico de grandes proporciones, como bien lo han señalado algunas instituciones internacionales.

Una gran proporción del pueblo pasa hambre y no cuenta con los recursos necesarios para vivir decentemente. Aunado a esto se encuentra la crisis política, al no tener el Gobierno una legitimidad y seguir con un proyecto político que ha hecho colapsar todas las estructuras tanto económicas, como democráticas del país.

La pandemia no ha generado estos problemas. Ya los tenía. Lo que ha hecho es profundizarlos.

 

Empobrecimiento

 

ENS: ¿Han tomado las medidas necesarias en Venezuela?

JLA: Hay que reconocer que el Gobierno nacional reaccionó de forma temprana ante la avalancha de la pandemia. Desde el 15 de marzo se prohibieron los vuelos internacionales y nacionales, se decretó la cuarentena, se suspendieron las actividades escolares, universitarias, toda aquella actividad pública, incluso, se cerraron las Iglesias. Se pidió el distanciamiento social, quedarse en casa.

Personalmente, considero que esto era necesario pero, por desgracia, la economía familiar no tiene un respaldo para las personas, para poder mantenerse en confinamiento tanto tiempo.

Es de recordar que más del 60% de la economía en Venezuela es informal, por lo que la gente necesita trabajar para llevar el sustento a sus hogares, es decir, el diario. Lo que tengo hoy, es para hoy. Por ende, es una economía muy frágil. Esto ha llevado a que el pueblo esté empobrecido y se siente, hoy en día, el hambre. Las acciones del Gobierno no son suficientes, porque dar dinero ante una galopante inflación genera una mayor pobreza y no resuelve el día a día.

ENS: ¿Cómo se ven las diferentes poblaciones?

JLA: Ciertamente con mucho sufrimiento. En todas las poblaciones hay una gran inquietud e incertidumbre. Va pasando la cuarentena, pero se genera mucho interrogante: interrogante del trabajo, interrogante de la libertad, interrogante de los valores democráticos, pero sobre todo interrogante en la producción. Por ejemplo, hay poblaciones, como los Andes, donde se producen las hortalizas, o en Maracaibo, donde se produce la leche, la carne, el plátano, pero están lejos del centro del país, y debido a la falta de gasolina, no pueden transportar estos productos. Esto implica desabastecimiento, pero también la especulación. En muchas poblaciones hay protestas, movilizaciones e, incluso, saqueos.

ENS: ¿A qué se debe el retorno de los venezolanos que estaban en Colombia?

JLA: De Venezuela han salido en los últimos tres años alrededor de cinco millones de personas. Un gran número de ellos se ha detenido en Colombia. Una buena proporción de estos hermanos y hermanas vivían de la economía informal, economía de calle; otra, eran trabajadores sin garantías legales. Por lo que, al llegar la pandemia y por ende el confinamiento, así como el cierre de estos establecimientos, no pudieron sustentarse económicamente y han decidido retornar. Al perder su sustento, su trabajo, al perder la actividad que hacían ordinariamente ya no pueden pagar sus albergues ni alimentos. Hicieron un trabajo solidario con sus familias antes de la pandemia, porque gracias a las remesas podían comer y tener una vida llevadera. Ahora retornan no porque haya mejorado la situación en Venezuela, sino porque esta es su casa.