EN LA ANTESALA de cumplirse diez meses de la ofensiva militar de Israel en Gaza, en uso de su legítimo derecho a la defensa luego de que el grupo terrorista Hamás asesinara a 1.197 personas en inédita incursión violenta a su territorio y secuestrara a más de 200, el gobierno de Benjamín Netanyahu se acerca a cumplir su primer gran objetivo: la eliminación de ese movimiento islamista palestino.
Así puede deducirse con los “golpes devastadores” (tal cual los definió) de las últimas semanas: dio de baja a su jefe político, Ismael Haniyeh en un bombardeo selectivo a la residencia donde se encontraba en la capital iraní y al jefe militar, Mohamed Dief, uno de los autores intelectuales de los mortíferos ataques del 7 de octubre, en bombardeo en la zona gazatí de Jan Yunis.
A ellos debe sumarse los cientos de militantes de Hamás que desde el inicio de la ofensiva han sido abatidos a lo largo y ancho de la Franja de Gaza. Y aunque quedan muchos más a órdenes de la segunda o tercera línea de mando, su reorganización y reagrupación se vislumbra muy difícil por el cerco que las Fuerzas de Defensa de Israel les tienen tanto en esa región como en Cisjordania y en países limítrofes que han abierto frentes de guerra contra el gobierno hebreo, (Irán y Líbano) en solidaridad con el movimiento terrorista.
La salida negociada al conflicto, con un acuerdo inicial para cese al fuego y liberación por fases de los rehenes planteada en la mesa de negociación entre Hamás e Israel, con mediación de Catar, Egipto y Estados Unidos no avanza por las radicales exigencias del grupo terrorista. De allí que el gobierno Netanyahu haya mantenido su plan militar y logrado dar muerte a hombres claves del mismo.
Menos de 24 horas después de que el movimiento islamista palestino y los Guardianes de la Revolución de Irán informaran que Ismail Haniyeh, de 61 años, murió en un bombardeo en Teherán atribuido a Israel, las Fuerzas de Defensa confirmaron que Mohamed Dief, el jefe militar de Hamás fue abatido en un ataque similar realizado en julio al sur de Gaza.
"Las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) anunciaron que el 13 de julio de 2024, aviones de combate de las FDI bombardearon la zona de Jan Yunis, y tras una evaluación de inteligencia, se puede confirmar que Mohammed Deif fue eliminado en el ataque ", afirmó en un comunicado castrense.
"Deif inició, planeó y ejecutó la masacre del 7 de octubre", dijo el ejército en referencia a la cruenta incursión en el sur de Israel que dejó 1.197 muertos, la mayoría de ellos asistentes a una fiesta electrónica.
La bomba lanzada por las fuerzas israelíes contra la casa donde sospechaban que Deif se había refugiado con uno de sus subalternos dejó un cráter enorme. Él era el blanco en esa zona que estaba en su momento controlada por Rafaa Salamé, otro comandante terrorista cuya muerte en el bombardeo de Al Mauasi, ocurrida días después, fue confirmada casi que de inmediato.
Las fuerzas israelíes habían estado varios días patrullando el complejo antes de llevar a cabo el bombardeo tras hallar indicios de que Deif se había unido a Salamé. Una vez que los militares confirmaron sus sospechas, el Ejército recibió la orden de bombardear el área, según informaron las FDI que publicaron imágenes de ese ataque selectivo.
¿Quién era Deif?
Como jefe del brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzedin al-Qasam, Deif era uno de los hombres más buscados de Israel durante casi tres décadas y figuraba en la lista estadounidense de "terroristas internacionales" desde 2015.
El ejército israelí aseguró que Deif perpetró durante años numerosos ataques contra Israel y que trabajaba junto a Yahya Sinwar, el jefe de Hamás dentro de Gaza.
"Durante la guerra, comandó la actividad terrorista de Hamás en la Franja de Gaza emitiendo órdenes e instrucciones a los altos cargos del brazo militar de Hamás", añadió el ejército.
Nacido en 1965 en el campo de refugiados de Jan Yunis, Deif se pasó a la clandestinidad a finales de los años 1980. Al parecer, nunca pasó más de una noche en un mismo lugar. En los videos, siempre aparece con la cara tapada o representada por una silueta, y se han publicado pocas fotografías suyas.
Fue nombrado en 2002 al frente del brazo armado de Hamás, tras la muerte de su predecesor, Salah Shehadé, muerto en un bombardeo israelí. Para el movimiento islamista, Deif era el "jefe del estado mayor de la resistencia".
Que se sepa, antes de la operación del 13 de julio, Deif había escapado por lo menos a seis intentos de matarlo, por lo que se ganó el apodo de "gato de nueve vidas".
En mayo, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) solicitó una orden de arresto contra él y contra otros dirigentes de alto rango de Hamás.
Durante el ataque del 7 de octubre, los comandos islamistas también secuestraron a 251 personas. El ejército israelí estima que 111 permanecen en Gaza, aunque 39 estarían muertos.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, comparó a Dief con el abatido líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, y dijo que su país avanza hacia la "erradicación de Hamás como organización militar y gubernamental". Por ello, agregó, que los terroristas deben elegir entre “rendirse o morir".
Asimismo, el ministro de Finanzas del país, Bezalel Smotrich, sostuvo que el "colapso de Hamás está más cerca que nunca" y que Israel "no debe detenerse ahora, justo antes de la victoria".
"El jefe militar de Hamás ha sido eliminado, el de Hezbolá, Fuad Shukar, también. Miles de terroristas han sido eliminados y seguiremos así hasta destruirlos a todos, restaurar la seguridad y traer a los rehenes de vuelta a casa", concluyó.
Tras dar de baja a los jefes político y militar de Hamás, la inteligencia israelí mueve el blanco hacia las otras líneas de mando, entre ellos otra de sus visibles cabezas, Jalil al Haya, el “número dos” de ese movimiento terrorista en Gaza, quien tendría su cargo el movimiento y ocultamiento de los rehenes israelíes.
El regreso sanos y salvos a sus familias es el otro gran objetivo del gobierno Netanyahu, y más complicado que el anterior ya que por la inmensa infraestructura de túneles que hay en Gaza, así como porque los terroristas se camuflan con ellos entre una población civil amedrantada, un ataque selectivo es de difícil ejecución.
¿Expansión del conflicto?
Estos éxitos militares de Israel contra Hamás, adicional al obtenido este martes con la muerte de Fuad Shukr, comandante militar del movimiento islamista Hebzolá, en bombardeo a una vivienda de un suburbio de Beirut, en que también murieron sus acompañantes, entre ellos Milad Bedi, uno de los asesores militares de Irán en Líbano, aviva los temores de una escalada violenta en la región.
Vale recordar que Shukr fue responsabilizado de los ataques con cohetes llevado a cabo el sábado contra una zona del territorio anexionado de los Altos del Golán, que dejó doce menores muertos. De allí la inmediata respuesta israelí.
Si bien el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, advirtió en el funeral de Shukr que es "inevitable" una respuesta a Israel, porque según él “cruzó las líneas rojas”, tanto con este bombardeo como el que realizó en Teherán quitando la vida al jefe del buró de Hamás, Ismail Haniyeh, es poco probable que se desate un gran conflicto en la región.
La razón: los aliados de Israel cerrarían de inmediato filas en su contra y son más poderosos -tanto política como militarmente- que los países del llamado ‘eje del mal’.
Mairav Zonszein, analista del International Crisis Group, señaló a la AFP que una expansión de la guerra en Gaza, con una confrontación más directa con Irán, podría forzar a algunos países a intervenir en apoyo de Israel.
Así, ante una respuesta militar contundente por dar de baja a Haniyeh, Dief y los comandantes de Guardines de la Revolución, “se congregaría a Estados Unidos y otros para ayudar (militarmente), como lo hicieron en abril cuando Irán atacó a Israel”.