SIN mencionar al líder político del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniyeh, pero si el del comandante libanés Hezbolá, Fuad Shukr, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que su país "asestó golpes devastadores" a sus enemigos en los últimos días y que está preparado para cualquier escenario ante posibles retaliaciones por los exitosos ataques de sus fuerzas armadas.
Durante un discurso televisado al país y tras reunirse con su gabinete para informar de la muerte en bombardeos selectivos tanto de Haniyeh como de Shurkr en Beirut, Netanyahu defendió su ofensiva militar en Gaza, reiterando que si su país hubiese sucumbido a la presión para poner fin a la guerra en el territorio palestino "no (habrían) eliminado a líderes de Hamás y miles de terroristas".
Netanyahu si habló explícitamente de la muerte el martes de Shukr, a quien Israel responsabilizó del ataque con cohete contra una cancha de fútbol el sábado en una zona del territorio anexado de los Altos del Golán, que dejó doce niños muertos.
"Abatimos a la mano derecha de Hasán Nasralá (el líder de Hezbolá) que era el responsable directo de una masacre de niños", dijo el primer ministro, al tiempo que afirmó "hemos saldado nuestras cuentas con Mohsen y saldaremos nuestras cuentas con cualquiera que nos haga daño".
"Cualquiera que mate a nuestros niños, cualquiera que asesina a nuestros ciudadanos, cualquier que haga daño a nuestro país, su cabeza tiene un precio", enfatizó.
"Era uno de los terroristas más buscados del mundo. Estados Unidos puso un premio de cinco millones de dólares por su cabeza y no en vano", indicó el premier israelí, recordando además su papel en los atentados perpetrados en 1983 en Beirut contra una base militar estadounidense en los que murieron 241 militares.
Hezbolá confirmó este miércoles de forma oficial la muerte de Shukr e informó que su secretario general, Hasán Nasralá, hablará el jueves durante su funeral.
El discurso de Netanyahu tuvo lugar después del ataque contra el líder político de Hamás, Haniye, perpetrado sobre las 2.00 de la madrugada (hora local con un misil guiado lanzado desde fuera del país hacia una residencia donde se alojaba en Teherán (Irán), para asistir a la posesión del presidente de ese país, Masud Pezeshkian.
El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, ha prometido un "duro castigo" por su muerte, mientras que el nuevo presidente indicó que "los sionistas pronto verán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde…Han llegado a un callejón sin salida".
Haniye, nacido en 1962 en el campo de refugiados de Shati, en el oeste de Ciudad de Gaza, era una figura relativamente desconocida hasta que encabezó las listas por Hamás que ganaron las elecciones legislativas palestinas en enero de 2006. Sufrió un ataque aéreo en 2003 junto al fundador y líder de la organización Ahmed Yassin. Fungía como líder político de es emovimeinto palestino calificado como terrorista por Estados Unidos e Israel, tras ocupar el cargo de primer ministro de la Autoridad Palestina.
Haniye se ha convertido en el cargo palestino de mayor rango en ser asesinado desde que Salé al Arouri muriera a principios de este año en un bombardeo perpetrado en el sur de Líbano
Las muertes de ambos dirigentes de estos movimientos enfrentados a Israel atizan el temor de que la guerra en Gaza derive en un conflicto más amplio en Oriente Medio.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que los bombardeos en Beirut y Teherán constituyen una "peligrosa escalada en un momento en que todos los esfuerzos deberían llevar a un alto el fuego en Gaza".
Tras confirmarse la muerte de Haniyeh, las diferentes facciones convocaron una huelga general y marchas de protesta y el gobierno iraní pidió una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad, mientras que el primer ministro israelí ratificó su objetivo de destruir a Hamás y recuperar a todos los rehenes secuestrados en el ataque a su territorio el pasado 7 de octubre.
Estados Unidos, otro país mediador en los esfuerzos para lograr una tregua, afirmó que Washington no estaba "al corriente" ni "implicado" en la muerte de Haniyeh, declaró el secretario de Estado, Antony Blinken.
De otra parte, se informó que el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, ha pedido este miércoles a decenas de países exigir al partido-milicia chií Hezbolá su retirada completa de la frontera entre Líbano e Israel y poner fin "de inmediato" a sus ataques.