QUE “ningún lugar” de Israel estaría a salvo de sus misiles si el gobierno israelí, en guerra con el movimiento islamista Hamás en Gaza, abriese un nuevo frente en su frontera norte, advirtió el jefe del Hezbolá libanés, Hasan Nasrallah, al estado judío.
Nasrallah amenazó también a Chipre, afirmando que este país del Mediterráneo oriental, miembro de la Unión Europea, sería considerado como "parte de la guerra" si autorizase a Israel a usar sus aeropuertos y bases para atacar Líbano.
"El enemigo sabe muy bien que nos hemos preparado para lo peor (...) y que no habrá ningún lugar (...) al resguardo de nuestros cohetes", afirmó el líder del Hezbolá, una fuerza política clave en Líbano.
Los disparos de cohetes contra Israel podrían efectuarse desde "tierra, aire y mar", añadió.
El ejército israelí anunció el martes que tenía pronta una "ofensiva" contra Hezbolá, respaldado y financiado por Irán, tras semanas de intensificación de los disparos desde ambos lados de la frontera.
La frontera entre estos dos países es escenario de duelos de artillería casi diarios desde el inicio el 7 de octubre de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Hezbolá afirmó que disparó "decenas de cohetes Katiusha y proyectiles de artillería" hacia el norte de Israel, en respuesta a bombardeos israelíes en el sur de Líbano, que mataron a cuatro de sus combatientes.
"Recibimos nuevas armas, desarrollamos algunas de nuestras armas (...) y estamos guardando otras para los días que vienen", sostuvo el jefe del movimiento libanés, que perdió a uno de sus comandantes en un bombardeo israelí la semana pasada.
El ejército de Israel afirmó el martes que se habían aprobado y validado "planes operativos para una ofensiva en Líbano" y el canciller israelí, Israel Katz, amenazó con destruir a Hezbolá en una "guerra total".
Horas después, el ejército israelí bombardeó objetivos de Hezbolá en el sur de Líbano.
La escalada bélica coincidió con una visita a Beirut de un emisario del presidente estadounidense Joe Biden, Amos Hochstein, quien juzgó "urgente" disminuir las tensiones en la frontera entre Israel y Líbano.
Hochstein también defendió el plan de alto el fuego para la Franja de Gaza presentado el 31 de mayo por Biden.
En el estrecho territorio palestino, gobernado por Hamás y devastado por más de ocho meses de guerra, los bombardeos israelíes no dan tregua.
A las puertas de Rafah, en el extremo sur del enclave, al menos siete personas murieron en bombardeos con drones.
El ejército israelí lanzó el 7 de mayo una ofensiva terrestre en sa localidad, con el objetivo proclamado de eliminar los "últimos batallones" de Hamás.
En el norte de la Franja, testigos reportaron disparos en Ciudad de Gaza. Y en Nuseirat, en el centro, al menos tres personas murieron en un bombardeo, informó la Defensa Civil del territorio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrenta una oleada de críticas internas y externas por su gestión de la guerra y por no haber logrado que los rehenes sean liberados.
Pero el dirigente, al frente de una coalición de fuerzas nacionalistas, ultraconservadoras y ortodoxas judías, afirma que proseguirá la guerra hasta "aniquilar" a Hamás, considerado como una organización "terrorista" por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos.
Entre tanto, el ejército israelí bombardeó la Franja de Gaza y protagonizó enfrentamientos con milicianos de Hamás, horas después que señalara que tenía lista una "ofensiva" contra Hezbolá en el cada vez más tenso frente norte del país.
El ejército israelí había anunciado el fin de semana una "pausa" diaria en los combates en una carretera clave situada al este de Rafah, para facilitar el suministro de ayuda humanitaria, coincidiendo con la fiesta musulmana del Eid al Adha.