LA CONSOLIDACIÓN del crimen organizado, el auge de pandillas y el tráfico de armas mantienen a Latinoamérica y el Caribe con la tasa de homicidios regional más alta del mundo (15 por cada 100 mil habitantes), aunque en números absolutos el deshonroso récord lo tiene África
El IV estudio mundial sobre homicidios de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) más allá de una preocupante estadística evidencia que la disparada violencia y muerte en la región es por el accionar sin límites de un crimen cada vez más organizado, dominante en vastas zonas en varios países e, inclusive, con redes trasnacionales.
Así, indica que estos grupos -la mayoría carteles del narcotráfico o asociados a ellos- son responsables de por lo menos la mitad de los homicidios en Latinoamérica y el Caribe, donde en 2021 fueron 254 mil, concentrando el 33.6% del global, cinco puntos menos que África.
El informe concluyó que la región tenía la mayor proporción de homicidios relacionados con el crimen organizado en el mundo. También halló que ocho de cada 10 países con las tasas de homicidios más altas del mundo se encontraban en la región. Las tasas promedio de los homicidios, según estadísticas de 2021, fueron de 9,3 por cada 100.000 habitantes para Suramérica (una decena de países); de 16,9 para Centroamérica (siete) y de 12,7 para El Caribe (seis).
Los países con mayor tasa de homicidios continúan siendo Colombia con 25.7 por cada 100 mil habitantes y Brasil, con 21. En contrario, los de más bajo registro son Chile y Bolivia, que registraron 4.6 y 3.5 respectivamente.
La estadística del año en referencia indica que ocurrieron 459 mil homicidios en el mundo, aunque enfatiza que no todos fueron informados o registrados como tal. Así, concluye que fue el año más letal desde que se llevan registros y que la cifra indica que aproximadamente se registró uno por minuto, siendo la mayoría de las víctimas hombres, especialmente en el grupo etario de jóvenes (entre 18 a 30 años).
El ente transnacional contra el delito halló que mucha de la violencia es causada por los enfrentamientos entre grupos criminales con fácil acceso a armas de fuego que continúan, y de lejos, como el medio más utilizado para asesinar, doblando al uso de elementos corto punzantes y otros mecanismos.
También concluyó que las medidas extremas de los gobiernos arrojan resultados contradictorios en lo que respecta al freno a las muertes violentas.
Competencia criminal
El estudio destacó la correlación entre la presencia de múltiples grupos criminales y los rápidos brotes de violencia homicida. Las complejas redes de organizaciones narcotraficantes, pandillas callejeras y milicias que operan en todo el continente crean una situación de volatilidad en la que la violencia puede escalar con rapidez cuando entran en competencia grupos rivales.
Esto es especialmente evidente en zonas con un ecosistema criminal fragmentado. En Haití y Trinidad y Tobago, un gran número de agrupaciones criminales se disputan desde tiempo atrás el control de diversas economías ilícitas, lo que explica la persistencia de las altas tasas de homicidios.
Otro factor relevante citado por el informe es la expansión del tráfico internacional de sustancias ilícitas, los cambios en la geografía criminal y la competencia que eso genera.
Los niveles récord de producción de cocaína en Perú, Bolivia y Colombia han acrecentado la violencia entre grupos criminales locales e internacionales en Ecuador, donde los homicidios presentaron un aumento de 94,7% entre 2021 y 2022, según esta oficina de Naciones Unidas. (El balance de homicidios de InSight Crime para 2022 registró un incremento de 86,3% año a año).
Costa Rica también vive un incremento de los homicidios que arrojó una tasa de 12,8 por 100.000 en 2022, según la ONUDD (el balance de homicidios de InSight Crime para 2022 registró una tasa de homicidios de 12,2 por 100.000 habitantes). El grueso de la violencia se deriva de disputas entre bandas dedicadas al narcotráfico, en particular por el control del puerto de Moín, en la provincia de Limón, centro clave para el transporte de cocaína hacia Europa.
Por el contrario, se ha asociado una reducción de la violencia con la consolidación de las actividades criminales en manos de unas pocas o una única organización criminal. Ejemplos similares se han observado en algunos estados de México en el pasado.
Armas ilegales
El informe identificó la proliferación de armas de fuego como un factor clave en los altos niveles de violencia letal en América Latina y el Caribe.
Los países de la región registraron la mayor proporción de homicidios con armas de fuego, los cuales fluctuaron entre 65% en Centroamérica, 67% en el Caribe, y 70% en Suramérica para 2021, en comparación con 62% en Norteamérica, 12% en Europa y 15% en Asia.
Es común la importación legal o ilegal de ese tipo de armas desde Estados Unidos y Europa, y la falta de controles en la oferta y los mercados de destino facilitan la llegada a manos de las organizaciones criminales.
La laxitud de las leyes sobre el control de armas en Estados Unidos facilita el flujo de armas en Haití, donde la violencia de pandillas se ha salido de control. La tasa de homicidios en ese país pasó a ser de 18 por 100.000 habitantes en 2022, un incremento superior al 35% sobre el año anterior, según la ONUDD.
Varias naciones caribeñas, como San Vicente y las Granadinas, las islas Turcas y Caicos, Santa Lucía y las Bahamas, experimentaron niveles récord de homicidios en 2022, en especial por la competencia por las rutas de narcotráfico y la oferta de armas importadas de contrabando desde Estados Unidos.
No es fórmula infalible
Los estados de excepción en varios países de Latinoamérica han arrojado diversos resultados, con reducciones tanto como incrementos de la violencia letal, según el estudio.
El prolongado, fuerte y polémico estado de excepción en El Salvador logró bajar la tasa de homicidios, de 17,2 por 100.00 en 2021 a 7,8 por 100.000 en 2022, según la ONUDD. (La tasa de homicidios registrada en el balance de homicidios de InSight Crime para 2021 fue de 17,6 por 100.000).
Pero en la vecina Honduras, las mismas medidas de seguridad de la presidenta Xiomara Castro no han reducido la violencia o la extorsión.
De igual forma, en Jamaica, los repetidos estados de excepción se han asociado a acusaciones de brutalidad policial sin reducciones sostenidas de la violencia, como se observa en el aumento de la tasa de homicidios, de 53,3 por 100.000 en 2022, sobre 47,3 en 2020, según la ONUDD. (Los balances de homicidios de InSight Crime para 2022 y 2020 registraron tasas de homicidios de 52,9 por 100.000 y de 46,5 por 100.000, respectivamente).
También en Ecuador, las medidas implementadas en el marco de un estado de excepción en 2022, como los traslados de líderes de pandillas a otros centros, han dado pie a masacres en varios centros penitenciarios por enfrentamientos entre bandas rivales.
Concluye el estudio que entre 2019 y 2021, el promedio anual de muertes por homicidios ha sido de 440 mil, es decir, en promedio cada hora se quita la vida a medio centenar de personas en el mundo.
Tabla
Homicidios 2021 (Total)
África 176.000
América 154.000
Asia 109.000
Europa 17.000
Oceanía 1.000
Fuente: Oficina Naciones Unidas para droga y delito