El ejército israelí anunció este domingo que intensificó sus operaciones contra el movimiento islamista Hamás en el sur de la Franja de Gaza, en una guerra que "será larga", según el primer ministro Benjamin Netanyahu, pese a los llamados a proteger a los civiles palestinos.
"Voy a ser claro: la guerra será larga (...) hasta que Hamás sea eliminado y restablezcamos la seguridad tanto en el norte como en el sur", declaró Netanyahu tras rendir un homenaje a los 153 soldados israelíes muertos desde el inicio de la ofensiva terrestre en Gaza el 27 de octubre.
"Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay otra opción que seguir luchando", añadió el dirigente nacionalista ante los miembros de su gobierno.
El conflicto se desencadenó el 7 de octubre tras el ataque de Hamás contra el sur de Israel, en el que los milicianos islamistas mataron a cerca de 1.140 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras israelíes. Ese día, los islamistas también secuestraron a unas 240 personas, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza.
En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el estrecho territorio palestino, gobernado por el grupo islamista desde 2007.
Según Hamás, considerado como organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, 20.424 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron hasta ahora en la guerra.
Los combates terrestres se centraron hasta ahora en el norte de la Franja, pero el ejército anunció que las operaciones virarían hacia el sur, donde se han refugiado miles de civiles.
Después de la ciudad de Gaza, "estamos virando hacia el sur y concentrando nuestras principales operaciones en otro bastión de Hamás, Jan Yunis", afirmó Jonathan Conricus, un portavoz del ejército.
Jan Yunis es el lugar de nacimiento del líder de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, y acoge su centro de poder. Israel considera a Sinwar como el máximo responsable del ataque del 7 de octubre.
Una navidad sin fieles en Belén
Durante una llamada telefónica el sábado, el presidente estadounidense, Joe Biden, instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a "proteger a la población civil".
Estados Unidos sigue expresando un férreo apoyo a su histórico aliado, aunque insiste cada vez más para que baje la intensidad de su ofensiva.
En Cisjordania ocupada, Belén --donde según la tradición cristiana nació Jesús-- se preparaba a una Navidad sin fieles y con presencia policial.
Fieles y turistas suelen acudir cada año a la Basílica de la Natividad para admirar el árbol de Navidad y el pesebre en la plaza. Ante la situación en Gaza, las autoridades decidieron no instalarlos esta vez. El Ayuntamiento canceló la mayor parte de las celebraciones por la misma razón.
"Muchos de ellos [los palestinos] murieron por esta tierra, y es muy difícil celebrar algo cuando nuestra gente está muriendo", dijo AFP Nicole Najjar, una estudiante de 18 años, desde la plaza del Pesebre.
En Gaza, tanto Jabaliya y la ciudad de Gaza, en el norte, como Jan Yunis, en el extremo sur, volvieron a ser blanco de bombardeos, según Hamás.
Cerca del 80% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazada por los combates, según la ONU.
La situación en este territorio, asediado completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica. La mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria, según la ONU.
El ejército israelí afirmó el sábado haber capturado a "más de 200 terroristas" en la última semana y "más de 700" desde el inicio del conflicto.
Los bombardeos apenas cesaron una semana desde entonces, cuando ambas partes acordaron un alto el fuego a finales de noviembre en el que intercambiaron 105 rehenes retenidos en Gaza por 240 prisioneros palestinos.
"Queremos un cese el fuego"
Washington permitió aprobar el viernes una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que se pedía a Israel autorizar el envío "inmediato, seguro y sin obstáculos" de ayuda vital a Gaza "a gran escala".
Las potencias mundiales discutieron durante días sobre las palabras que se usarían en el texto y, ante la insistencia de Washington, prefirieron no incluir el término "alto el fuego" y pusieron "crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades".
Los gazatíes entrevistados por AFP se mostraron críticos con la comunidad internacional.
"En lugar de (...) aumentar las entregas de ayuda, dejen de apoyar a Israel y de suministrarle armas, (...) detengan la guerra y dennos la paz", espetó Rami al Jalut, un habitante del norte de Gaza que tuvo que huir a Rafah, en el sur.
La resolución "refuerza la decisión de Israel de matar a más civiles y prolonga la guerra contra este pueblo a cambio de un poco de comida", criticó.
Mahmud al Shaer, otro habitante, añadió: "No queremos comida, queremos un cese el fuego".