Israel y Turquía continuarán mediación para acabar la guerra | El Nuevo Siglo
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Lunes, 7 de Marzo de 2022
Redacción internacional con AFP y Europa Press

Intensa gestión diplomática con gobiernos de gran peso geopolítico global, como Turquía, China, Israel y Francia, se realizó durante este fin de semana para buscar una salida pacífica al conflicto ruso-ucraniano.

Aprovechando la reiterada disposición que los presidentes Vladimir Putin y Volodimir Zelensky de realizar negociaciones al más alto nivel, Emmanuel Macron, Recep Tayip Erdogan, el canciller chino Wang Yi y el premier Naftalí Bennet, sostuvieron prolongados diálogos telefónicos con ambos mandatarios, en una mediación que este último dirigente político calificó como “un deber moral”.

Aunque el frenético esfuerzo diplomático ha chocado con las claras líneas rojas definidas por las partes, también ha develado la posibilidad de lograr puntos de encuentro para poner fin a la ofensiva militar en territorio ucraniano que ya cumple 12 días, con un alto saldo de víctimas y el éxodo de más de 1.5 millones de personas, el más acelerado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, tal cual señaló la Organización de Naciones Unidas.

Así, la presidencia de Ucrania reiteró ayer la disposición del presidente Zelenski de entablar un proceso de negociaciones directas con su homólogo ruso, mientras que éste manifestó a Erdogan y Bennet su disposición a negociar con las autoridades de Kiev una solución a la guerra y agradeció tanto la mediación que realizan como la ayuda que puedan ofrecer a este respecto.

Turquía lleva días proponiéndose como mediadora en una posible reunión de alto nivel que tendría lugar la semana que viene, durante el foro diplomático de Anatolia; opción a la que incluso el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, se ha mostrado receptivo.

Erdogan, según registró el diario turco 'Haber', pidió en conversación telefónica a Putin colaboración para "construir juntos el camino a la paz" y reiteró su ayuda para colaborar en cualquier declaración de alto el fuego o apertura de corredores humanitarios.

Putin en la misma charla dijo estar dispuesto a hacerlo, pero puntualizó, no obstante, que la suspensión de lo que Rusia describe oficialmente como la "operación especial" en Ucrania "solo es posible si Kiev cesa las hostilidades".

Si bien Ankara se ha opuesto a las sanciones internacionales destinadas a aislar a Moscú, también ha cerrado los estrechos del Bósforo y los Dardanelos en virtud de la Convención de Montreaux de 1936, que habilita a Turquía para impedir el paso entre el mar Negro y el Mediterráneo a buques de países en guerra.

Turquía, aliado de la OTAN, limita con Ucrania y Rusia en el mar Negro y tiene buenas relaciones con ambos países y ha intentado exhibir una postura equidistante.

Entre tanto, el premier israelí, Naftali Bennet, quien realizó un viaje relámpago a Rusia y Alemania en una labor autodelegada de mediación por la guerra, conversó tanto con Putin como con Zelenski, y se reservó los detalles de las posibilidades que contemplaron para poner fin al conflicto.

Bennet, quien se reunió personalmente con Putin y ayer regresó a su país afirmó que sus esfuerzos son un "deber moral", aunque las oportunidades de éxito son reducidas.

"Aunque haya pocas oportunidades de éxito, mientras haya apertura, tengamos acceso a las dos partes y la capacidad (de actuar), veo como un deber moral intentarlo todo", afirmó Bennett ante su gobierno. 

Bennett inició el sábado en Moscú una gira diplomática en la que se reunió durante tres horas con el presidente Vladimir Putin, en la que es la primera visita de un dirigente extranjero al país desde el inicio de la ofensiva en Ucrania el 24 de febrero.

Mantuvo también varias conversaciones telefónicas con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, antes de viajar a Berlín, donde fue recibido por el líder del gobierno alemán, Olaf Scholz.

"Debemos trabajar mientras haya esperanza, es quizá el momento de actuar".

Zelenski, de origen judío, llamó recientemente en un mensaje en hebreo en las redes sociales a que los judíos del mundo se movilicen contra la invasión rusa. También le reprochó a Bennett su inacción. 

El primer ministro israelí evitó condenar la ofensiva rusa, y destacó los fuertes nexos que unen a su país con Moscú y Kiev. Se ha concentrado, por ahora, en enviar ayuda humanitaria e instalará un hospital de campaña en Ucrania. 

Por otra parte, Israel se prepara a recibir a un alto número de inmigrantes, tanto ucranianos como rusos.

La ministra de Interior, Ayelet Shaked, declaró que ya habían acogido a 2.034 refugiados ucranianos desde el 24 de febrero, pero que podrían llegar "más de 100.000 nuevos inmigrantes de Rusia y Ucrania".

Unos 300 judíos ucranianos, entre los que había un centenar de niños huérfanos, llegaron ayer a Israel en tres vuelos. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, 5.700 israelíes dejaron Ucrania desde el inicio de la ofensiva, y todavía estarían en el país unos 2.000.

"Nos centraremos en la ayuda humanitaria, que es lo que necesita el pueblo en Ucrania", ha apuntado el portavoz del Ministerio, Lior Haiat, en declaraciones a la Radio Ejército. Así, ha explicado que "sin duda, esta ayuda es necesaria", ante el gran número de refugiados que han huido del país a causa de la guerra.


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De igual forma, a través de twitter su oficina informó que Bennet sostuvo ayer una tercera conversación con el presidente ucraniano y solo dijo Zelenski "no tiene miedo a hablar sobre cualquier punto que esté en la agenda, sin ultimátum y con firmeza".

Vale recordar que el presidente ucraniano pidió el 3 de marzo a Putin que se siente con él en la mesa de negociaciones para lograr un acuerdo y poner fin al conflicto.

De otra parte, Bennett hizo hincapié en que "el sufrimiento humano es enorme y es posible que sea mucho mayor". "Hay también israelíes que necesitan volver a causa y comunidades judías bajo presión que necesitan ayuda", destacó en un artículo del diario 'The Times of Israel'.

En este sentido, reiteró que el país "está preparado para una oleada migratoria significativa" y ha alertado de que "cuando el mundo hace frente a la agitación y los judíos dejan de estar seguros allá donde están, se recuerda a todo el mundo lo importante que es que haya una casa para los judíos y lo importante que es tener el Estado de Israel".

“Por la negociación o la guerra”

Entre tanto, el presidente presidente francés, Emmanuel Macron, que en su calidad de presidente del Consejo Europeo mantiene intensa labor diplomática, volvió a dialogar telefónicamente con Putin quien le expresó que obtendrá "sus objetivos" en Ucrania "por la negociación o por la guerra” y le reiteró que "no es su intención" atacar centrales nucleares ucranianas.

Durante su conversación de una hora con 45 minutos, Macron encontró a Putin "muy decidido a conseguir sus objetivos", entre ellos, "lo que el presidente ruso llama 'desnazificación' y neutralización de Ucrania", según comunicado emitido por la presidencia francesa.

La discusión telefónica entre ambos líderes, a petición de Macron, es la cuarta desde el inicio de la ofensiva rusa en Ucrania el 24 de febrero. 

En su anterior intercambio, la presidencia francesa informó que Macron opinaba que "lo peor está por llegar" y que Putin busca apoderarse "de todo el país".

Putin también pidió el reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea (que Moscú anexionó en 2014) y de la independencia de los territorios rusoparlantes del Donbás (este de Ucrania). 

Unas exigencias "inaceptables para los ucranianos", explicó la presidencia francesa.

Macron instó a Putin a que su ejército no pusiera en peligro a civiles, de acuerdo con el derecho internacional, algo que, según el dirigente ruso, no está pasando.

El presidente francés respondió diciendo que es "el ejército ruso el que está atacando", y que no tiene "motivos para creer que el ejército ucraniano está poniendo en peligro a civiles". 

Putin acusó a Kiev por el fracaso de la operación de evacuación de civiles de la ciudad portuaria de Mariúpol (sur), rodeada por las fuerzas rusas, según el Kremlin.

Putin quiso "llamar la atención de que Kiev sigue sin cumplir los acuerdos alcanzados en torno a este grave problema humanitario", según un comunicado del Kremlin, después de dos intentos frustrados para evacuar Mariúpol, con ambas partes acusándose de haber roto el alto el fuego

Macron había expresado su preocupación por los ataques contra las instalaciones nucleares ucranianas, después de que el 4 de marzo las fuerzas rusas asediaran la mayor central de Europa, en Zaporiyia. 

"El presidente Putin dijo que no era su intención proceder a ataques contra esas centrales. También dijo que está dispuesto a respetar las normas del OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) sobre la protección de las centrales", indicó la presidencia francesa.

También este domingo y como parte de la frenética actividad de la diplomacia, Zelenski volvió a hablar telefónicamente con el presidente estadounidense Joe Biden para tratar “temas de seguridad, apoyo financiero para Ucrania y la continuación de la imposición de sanciones contra Rusia", aseguró el mandatario ucraniano.