La trama ucraniana terminó desfavoreciendo a Trump | El Nuevo Siglo
AFP
Sábado, 28 de Septiembre de 2019
Agence France Presse

A diferencia de lo que muchos pensaban, no fue la posible colusión entre la campaña de 2016 con Rusia lo que llevó a los Demócratas a abrir el camino para el juicio político contra Trump. Una llamada entre el  Presidente norteamericano con su homólogo en Kiev terminó dándole la razón a Pelosi, vocera del partido opositor, para alegar que ha habido una “amenaza contra la seguridad nacional”. Pese a que hay una prueba reina, un informe filtrado por un presunto informante de la CIA, la posibilidad de que prospere el juicio en el Senado es baja, mientras el líder Republicano se puede ver favorecido de cara a las presidenciales de 2020

 

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EN EL VUELO de vuelta desde Nueva York, luego de asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), Donald Trump y su equipo “probaron y volvieron a probar” estrategias para enfrentar el desafío de la destitución política. Así lo cuenta El Político, que, además, dice que el Presidente, visiblemente molesto, sentenció su salida del Air Force One con una frase: “Nunca debería permitirse lo que le está sucediendo a este Presidente”.

Para Trump el juicio político (impeachment) abierto por la portavoz del partido Demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, confirma los rumores de que está siendo perseguido por ese partido y los medios adscritos a este sector político. Las razones, ha manifestado, no existen y ha dicho que “por eso” no se debería actuar políticamente.

Los Demócratas, sin embargo, piensan lo contrario y han determinado esta semana que no queda otro camino que el de juicio político contra Trump, un presidente -dicen- que ha “traicionado” los valores de la democracia norteamericana aliándose con otras naciones para hacerle daños a sus rivales políticos.

Lo impensable

Hace unos meses parecía inviable el juicio político contra Trump. Los resultados de las elecciones de medio término (midterm), en las que el Partido Republicano perdió la Cámara pero conservó el Senado, habían bloqueado aparentemente toda posibilidad de que al Presidente se le abriera un juicio político.

Este escenario, además, se consolidó con el reporte del fiscal encargado, Robert Mueller, cuya conclusión fue que no había existido ninguna colusión entre la campaña del entonces candidato Trump con Rusia para afectar a la Demócrata, Hillary Clinton durante la carrera por la Casa Blanca.

Tras 675 de investigación, Mueller anunció que en efecto las pruebas no demostraban una conducta que se pudiera considerar como colusión, pero, eso sí, aclaró que no tenía la capacidad de “exonerar” a Trump, como el mismo Presidente minutos después dijo en su cuenta de Twitter: “Exoneración total”.

La trama, de un momento a otro, cambió radicalmente esta semana tras un informe filtrado por un agente de la CIA, según The New York Times, cuyo texto muestra a Trump presionando al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, para que investigue al aspirante a la Casa Blanca y ex vicepresidente, Joe Biden y su hijo.

La información, que hoy tiene a Trump en la etapa inicial de un juicio político, se remonta a noviembre, cuando el agente de la CIA se acercó a la Rudy Giuliani, uno de los abogados de Trump, y dijo que tenía información que demostraba la interferencia de Ucrania en las elecciones de 2016.

Mientras el informante se acercó a uno de los hombres más cercanos al Presidente, Giuliani, en Ucrania se venía cocinando una trama aún más compleja. El Político relata que en este país un grupo de fiscales molestos por las medidas impuestas por occidente para luchar contra la corrupción encontró una red de aliados de Trump.

Esta red, presuntamente, parece estar detrás de la información entregada por el informante y sobre la cual parte la investigación que ahora se adelanta en el Congreso.

Desclasificación

La prueba reina para que Pelosi decidiera abrir el juicio político contra Trump fue una conversación que el Presidente norteamericano tuvo con su par de Ucrania el 25 de julio de 2019.

Medios locales e internacionales han difundido el desclasificado de la conversación, ordenado por el mismo Trump el 24 de septiembre, el cual se constituyó en un memorándum que consolida la conversación entre Trump y Zelenski, que duró 27 minutos (9:03 and 9:30).

En esta hay, particularmente, dos párrafos que ponen al Presidente en una situación compleja. A tal punto que, dice el informante presuntamente de la CIA, que la Casa Blanca intentó encubrir la grabación, hasta que no encontró más remedio que desclasificarla el martes pasado.

Por los motivos que Pelosi argumentó el miércoles para abrir el juicio, hay dos párrafos especiales. El primero se transcribe a continuación:

“Se habla mucho del hijo de Biden, de que Biden paró la investigación del fiscal, y mucha gente quiere saber cosas sobre eso, de modo que cualquier cosa que pueda hacer con el fiscal general sería fantástica. Biden iba por ahí jactándose de que paró la investigación del fiscal, así que si puede averiguar algo de ese tema...”, dice Trump a su homólogo.

El hijo de Biden es Hunter, un abogado y lobista. A partir de 2014, entró al consejo de administración de la gigante de gas ucraniana, Burisma. Desde entonces, ha tenido un rol protagónico en la compañía y algunos fiscales de ese país lo han intentado investigar por presuntos hechos de corrupción que no han derivado en una causa formal.

Algunos medios en Estados Unidos le apuntan a que Trump ha intentado golpear a Biden en su telón de Aquiles, Hunter. Este, además de hacer negocios en Ucrania, ha tenido un historial de abuso de drogas y vida personal agitada, según tabloides amarillos norteamericanos.

Además de hablar de Biden y su hijo, el presidente Zelenski le dice a Trump en conversación del 25 de julio, que habrá un cambio en la Fiscalía. Este cambio, presuntamente, derivaría en una investigación más a fondo contra el líder Demócrata.

Zelenski, en la conversación revelada, dice: “Quería hablarle del fiscal. En primer lugar, entiendo y conozco la situación. Como hemos conseguido la mayoría en nuestro Parlamento, el siguiente fiscal general será una persona 100% mía, mi candidato. Él o ella analizarán la situación, y más concretamente la empresa que mencionaba en este tema. El tema de la investigación del caso pasa en realidad por garantizar que se restablece la honestidad, de modo que nos encargaremos de eso, y trabajaré en la investigación del caso”.

Para llegar a este intercambio de información, medios norteamericanos dicen que Trump retuvo millones de dólares en ayuda militar como represalia por no tener una respuesta efectiva frente a las investigaciones contra los Biden.

Los Demócratas, dado este panorama, han dicho que hay una “amenaza sobre la seguridad nacional de nuestro país: el Presidente de Estados Unidos es desleal al juramento de su cargo, poniendo en peligro la seguridad nacional, y poniendo en peligro la integridad de nuestras elecciones”.

El viernes, desde la Casa Blanca, Trump dijo que los opositores le han declarado “la guerra”. “Estamos en guerra. Estas personas están enfermas”, dice Trump en el video obtenido por la agencia Bloomberg. Y reiteró que no ha “presionado” a Zelenski.

El dispendioso proceso

Aunque la conversación entre Zelenski y Trump eventualmente es una prueba conducente para decretar la “amenaza contra la seguridad nacional”, el procedimiento que antecede al juicio política es largo y, por números, le favorece al Presidente.

Hasta el viernes, 223 Demócratas -todos menos 12- y un congresista Republicano de la Cámara de Representantes de 435 escaños, apoyan una investigación de juicio político, según El Político.

Para que inicie el proceso por “traición”, delito que parece consumarse en la conducta de Trump, la Cámara de Representantes debe investigar y votar (218 votos de 435), la acusación contra el Presidente. Este proceso se conoce en Estados Unidos como impeachment.

Aprobado el trámite en esta cámara, la acusación formalmente pasa al Senado, donde inicia el juicio político. Allí se debate cada artículo del texto acusatorio y se vota. Para que sea condenado el Presidente, una mayoría de dos tercios (66 senadores) debe votar positivamente. Si pasa lo contario, el Mandatario es declarado inocente.

Trump, quien ha llamado a la bancada Republicana a trabajar juntos, está por ahora tranquilo al contar con mayorías partidistas en el Senado. Esta mayoría, sin embargo, no es lo suficientemente grande para que pase desapercibido el juicio político, ya que los Republicanos son 53 mientras los Demócratas son 45, una diferencia que no es tan notoria y que puede variar ante las discrepancias que Trump ha tenido con algunos miembros de su partido.

El juicio político, no obstante, puede significar una oportunidad política para Trump. Como lo han dicho algunos Demócratas, que sea cesado del cargo en el Senado y deje la Casa Blanca es muy improbable. Al mismo tiempo, el polémico Presidente norteamericano puede ganar más notoriedad, reforzar el discurso de que es una víctima del establecimiento Demócrata y llegar con más fuerza a las elecciones presidenciales de 2020.

Parece, a primera vista, que este último escenario es el más proclive a darse. Estados Unidos, por su tradición institucionalista, no parece capaz de destituir a un Presidente.

RECUADRO

El impeachment en la historia

Ninguno fue cesado por estos, aunque Richard Nixon renunció en lugar de ser sometido al impeachment.

1868: Johnson se salva por un voto

El impulso del presidente Demócrata Andrew Johnson para la reconstrucción después de la Guerra Civil estadounidense, incluso mediante la reintegración de los estados del sur a la Unión, lo puso en conflicto con el Congreso.

El Congreso vetó toda su legislación, incluidos los “Códigos Negros”, leyes racistas votadas por representantes del Sur.

En un callejón sin salida, Johnson despidió a su Secretario de Guerra, lo que provocó que el Congreso iniciara un proceso de destitución, el primero en la historia de Estados Unidos.

Pero después de un juicio de varias semanas, en mayo el Senado quedó a un voto de la mayoría de dos tercios requerida para una condena.

Nixon renuncia antes del juicio político

Durante la campaña de reelección del presidente Republicano Richard Nixon en 1972, intrusos ingresaron a la sede Demócrata en el edificio Watergate en Washington para robar documentos.

El 30 de julio, el Comité Judicial de la Cámara aprobó tres artículos para el impeachment: obstrucción de la justicia, abuso de poder e intento de impedir el proceso de destitución desafiando las citaciones del comité para recabar evidencias.

Antes de que los artículos pudieran ser considerados por la Cámara de Representantes, que seguramente habría votado por su destitución, Nixon renunció el 9 de agosto.

1999: Clinton absuelto

En 1998, el presidente Demócrata Bill Clinton negó bajo juramento una relación sexual con Mónica Lewinsky, una exbecaria de la Casa Blanca de casi la mitad de su edad.

Del 12 al 13 de diciembre de 1998, el Comité Judicial de la Cámara, votando casi exclusivamente según las líneas del partido, aprobó cuatro artículos para el juicio político: dos sobre perjurio, un tercero sobre obstrucción de la justicia y un cuarto sobre abuso de poder.

El 19 de diciembre, la Cámara de Representantes votó por la destitución en base a solo dos artículos: perjurio ante un gran jurado y obstrucción de la justicia.

Sin embargo, en la votación del Senado el 12 de febrero de 1999, los 45 senadores Demócratas se mantuvieron unidos contra los 55 Republicanos para bloquear una votación de dos tercios para su condena.