Hace dos días se realizaron las elecciones intermedias en México, y como resultado de esta asistencia a las urnas, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del presidente Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones legislativas aunque perdió la mayoría absoluta con la que contaba hasta ahora. 

Para el presidente Lopéz dicha victoria fue resultado de una “guerra sucia”, sin embargo la realidad es que aunado a lo anterior, el partido oficialista perdió la Alcaldía de la Ciudad de México (así como la dirigencia de otras ciudades intermedias), una de las joyas de la corona del poder mexicano.

Con estos resultados electorales, ¿qué lectura más a fondo se le debe dar al nuevo panorama político mexicano? EL NUEVO SIGLO habló con dos internacionalistas expertos en política latinoamericana de la Universidad del Rosario, y dos consideraciones deben ser tenidas en cuenta: la primera de ellas es que, si bien el partido de AMLO perdió mayorías en el Legislativo, su inmensa popularidad le permitirán seguir maniobrando, aunque su proyecto denominado "la cuarta transformación mexicana", sí podrá encontrar retrocesos en los años restantes de mandato que se tienen por delante.

Y lo segundo es que estas elecciones en cierta medida “frenaron” algunos matices autoritarios del actual mandatario.

Un tema de popularidad

De acuerdo con el internacionalista experto en América Latina y profesor de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo, aunque perdió terreno, Morena se sigue mantenido como la principal fuerza política mexicana y la figura del Presidente sigue teniendo una popularidad por mucho superior a la de sus predecesores.

“No obstante, es importante tener en cuenta que el Presidente mexicano sigue teniendo niveles de popularidad importantes. Faltando dos años para que termine su mandato, si uno compara su nivel de aceptación con la de Peña Nieto o Felipe Calderón, son claramente unos niveles de aceptación muy por encima del promedio que le van a permitir cierta gobernabilidad pero no la que él esperaba. López Obrador esperaba un resultado mucho mejor en el Legislativo pero insisto, su aceptación es superlativa”, explicó a EL NUEVO SIGLO Jaramillo.

Por su parte, para el profesor de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos y experto en América Latina de la Universidad del Rosario, Matías Alejandro Franchini, la pérdida de la mayoría calificada en la Cámara de Diputados limitará la posibilidad de algunas reformas constitucionales que López Obrador tenía en cartera para los próximos tres años (electoral, energética y judicial) para cimentar lo que él ha llamado "la cuarta transformación mexicana", pero su popularidad le va a permitir ampliar la maniobra.

“Es una derrota por las aspiraciones que tenía AMLO para su cuarta transformación, pero está claro que ambos siguen siendo las principales referencias políticas en México. Es decir: en perspectiva es una derrota si uno piensa en el objetivo macro de transformar al sistema político mexicano, pero no es una derrota porque va a poder seguir avanzando con su agenda”, dijo ayer a EL NUEVO SIGLO el profesor Franchini.

En esto coincidió Jaramillo, quien indicó que el Presidente necesita apoyo en el Legislativo, que lo tiene, pero no en la medida en la que lo esperaba, sobre todo para sacar una reforma Constitucional “que seguramente no va a poder adelantar porque para ello necesita una mayoría calificada que no va a tener. Sin lugar a dudas a López Obrador se le empantanó la agenda legislativa: una cosa es tener una mayoría aplastante y otra cosa es tener una minoría más mesurada”, enfatizó a este medio el profesor Jaramillo.

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A este respecto es importante referir que, la coalición oficialista se quedó sin la "mayoría calificada" de dos tercios de las bancas necesaria para realizar reformas constitucionales y que detenta actualmente con 333 escaños.

López Obrador "no va a poder hacer los cambios constitucionales que desearía alguien con miras a concentrar más poder", opina Pablo Majluf, analista y crítico de la llamada "Cuarta Transformación", como se conoce al proyecto presidencial.

Sin mayoría calificada, quedan casi cancelados objetivos de la cruzada antineoliberal del mandatario izquierdista, como su intención de devolver al Estado el control del sector energético, a contracorriente de leyes que abrieron la puerta a los privados en 2014.

También hace inviable su proyecto -anunciado en abril- de modificar o eliminar organismos autónomos como el regulador de telecomunicaciones, IFT, o el instituto de acceso a la información, INAI, a los que critica insistentemente, estiman los expertos.

Límite a inclinaciones autoritarias

Hay otro aspecto que debe tenerse en consideración: el de los límites que los resultados electorales le impusieron a López Obrador y a su partido. De acuerdo con Franchini, adicional a la especie de “freno" que estos resultados electorales le pusieron a la cuarta transformación mexicana, “también le puso un límite a algunas inclinaciones autoritarias que en algún momento parecían asomarse”.

“AMLO ha criticado mucho a los medios, al Instituto Nacional Electoral y al poder judicial y ese pienso yo, es un elemento positivo porque pone un límite institucional a eventuales agresiones a la personalidad democrática del país. Es un límite a la consolidación definitiva de López Obrador como figura política y de Morena como principal referente político para los próximos años”, añadió el internacionalista Franchini.

La Alcaldía de Ciudad de México

Por último, otro golpe a AMLO fue el de la pérdida de la Alcaldía de Ciudad de México. ¿Esto que le implicará al mandatario?

“Recuerda que la candidatura de AMLO comenzó como alcalde de Ciudad de México, eso le implica un revés importante y un triunfo para la oposición. Sin duda será un contrapeso que tendrá el Gobierno central de ahora en adelante, pero ese es más un contrapeso político que legislativo. Seguramente esta Alcaldía será contradictora en muchas de las polémicas y controversias en las que ha estado involucrado el Presidente”, añadió el internacionalista Jaramillo.

Ciudad de México concentra mucha de la burocracia, la academia y las organizaciones civiles afectadas por recortes presupuestarios y que han sido muy criticadas por el mandatario que las acusó de ser privilegiadas a costa del erario público.

Adicionalmente, aunque la epidemia lleva más de 20 semanas a la baja y la capital casi ha normalizado su ritmo de vida, fue por meses el epicentro del virus en el país, con más de 34.281 muertes acumuladas, un 15% del total nacional y eso pasó una factura de cobro. “AMLO perdió terreno y eso tiene mucho que ver con una especie de censura respecto de su campaña y muchas de sus posturas, especialmente en Ciudad de México”, finalizó diciendo el internacionalista Jaramillo.