¿Logrará ecuatoriano Noboa su reelección en la primera vuelta? | El Nuevo Siglo
DANIEL NOBOA busca reelegirse tras 18 meses de mandato y LUISA GONZÁLEZ, la candidata izquierdista del correísmo./AFP
Jueves, 6 de Febrero de 2025
Redacción internacional con AFP

Él va por la reelección y lidera la intención de voto. Ella por la revancha y busca forzar una segunda cita en las urnas. El joven presidente Daniel Noboa y la abogada Luisa González reeditan el duelo entre la derecha y la izquierda en Ecuador este domingo tras una campaña difícil por la narcoviolencia y la crisis económica.
El empresario bananero y desconocido políticamente hasta octubre del 2023, cuando sorpresivamente ganó la presidencia de Ecuador en unas elecciones atípicas para completar el mandato de Guillermo Lasso, quien para evitar un juicio político acudió a la “muerte cruzada”, en su corto mandato optó por una política de seguridad de línea dura para enfrentar el tan creciente como violento accionar de los carteles del narcotráfico que azota el país andino.
Así acudió a estados de excepción -prorrogados varias veces- permitiendo a los militares patrullar las calles, tomar el control de las prisiones y reforzar las fronteras. En esa lucha, logró la captura de varios cabecillas de bandas al servicio de los narcotraficantes y la incautación de toneladas de drogas ilícitas. Sin embargo, tanto la violencia política como la desatada por el control territorial entre los carteles y la delincuencia común continuó disparada.

Ecuador pasó de tener 6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2018 a un récord de 47 por cada 100.000 en 2023. El gobierno de Noboa, con sus medidas, ha logrado bajarlos a 38.
La intención de voto para la presidencial de este domingo la lidera Noboa, del movimiento Acción Democrática Nacimiento (ADN), una confluencia de la derecha y centro-derecha. En segundo lugar está Luisa González, delfín del asilado exgobernante socialista Rafael Correa, del movimiento Revolución Ciudadana. El apoyo ciudadano al resto de los 14 candidatos varía entre el 0,1% y el 5%.
Todas las encuestas realizadas coinciden en que ninguno de los dos cumplirá con una de las dos condiciones legales para ganar en la primera vuelta. Es decir, no alcanzarán el 50% requerido para ello. Sin embargo, Noboa podría lograr la segunda condición, que es obtener el 40% de sufragios y una diferencia de al menos diez puntos sobre el rival más cercano.
Así se vislumbra en las dos últimas encuestas realizadas a finales del mes pasado, antes de que comenzara a operar el “silencio electoral”. En la medición de Ipsos, la intención de voto por Noboa era de 45.3%, mientras que González marcaba el 31.3%. En la de Confidencial, los guarismos eran 44.6% y 34.9%, respectivamente.
De esta forma, Noboa apuesta a que ese vaticinio se cumpla y en los últimos días de campaña (cerró anoche) aprovechó su juventud, ‘look’ y campaña por la seguridad para convencer a los indecisos. De esta forma se le vio desde andar con la camisa desabrochada al lado de soldados fuertemente armados hasta usando chaleco antibalas mientras lideraba espectaculares operaciones contra la delincuencia.
Sus camiones de campaña se “tomaron” Quito, mientras que, en las partes más acomodadas de la ciudad, los comerciantes colocaron fotos de tamaño natural de Noboa en las vitrinas, representando al presidente con pantalones cortos o vestido de manera informal con los brazos cruzados. Empresarios como ellos y una mayoría de los ecuatorianos confían en que devuelva la paz al país y que pueda reactivar la economía.
Los ecuatorianos resienten los estratos de un Estado endeudado (casi 50.000 millones de dólares, 40% del PIB), con una pobreza del 28% y concentrado en financiar la costosa guerra contra el narco.

La izquierdista González, por su parte, centró la campaña en sus bastiones costeros y en amasar votos en los barrios más pobres, donde su mentor político (Correa) se hizo conocido. Su mensaje ha sido reiterativo: culpar a Noboa de parte del derramamiento de sangre debido a sus políticas de seguridad.
"Es urgente que cambiemos el país, no con declaraciones de guerra, que no van a llevar a ninguna parte, sino construyendo la paz", sostuvo durante semanas esta abogada que vuelve a dar la pelea en las urnas al joven presidente.
Si Noboa no logra reelegirse este domingo, enfrentará en una segunda vuelta el 13 de abril al segundo más votado que, sin duda, será González, que busca convertirse en la primera mujer en presidir Ecuador.

Diferentes, en todo

Deportista, millonario, popular y muy activo en redes sociales, Daniel Noboa termina su mandato (tan solo 18 meses) como uno de los presidentes más jóvenes del mundo, con 37 años.
Fue elegido para completar el período de Guillermo Lasso (hasta mayo), quien disolvió el Congreso y dio paso a elecciones anticipadas para evadir la destitución en un juicio político por corrupción.
Amasó apoyos con una espectacular ofensiva contra el narco que incluyó militarización, el inicio de la construcción de cárceles y exhibición de presos semidesnudos lo que le ha valido comparaciones con su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele.
También ha sido criticado por organismos de derechos humanos por los prolongados estados de excepción y la declaratoria de conflicto armado interno.
Según Noboa, la mano dura dio frutos y se atribuye haber disminuido la tasa de homicidios del récord de 47 por cada 100.000 habitantes en 2023 a 38 en 2024.
Pero "nada se resuelve en un año", repite el presidente de discursos cortos y de relación distante con la prensa.
En redes sociales se muestra cercano a la gente, rodeado de mujeres y amoroso con su familia. En diciembre publicó en Instagram un video sobre el proceso del tatuaje de cuatro aves fénix con las que cubrió algunas cicatrices. De fondo se escuchan los retos de su gobierno: seguridad, crisis energética y problemas económicos. "Nos hemos levantado de las cenizas", reza la leyenda.
El presidente se define como de centro izquierda, pero triunfó con el respaldo de parte de la derecha y aplica una economía neoliberal. Hasta su elección, tenía poca experiencia en política.
Probó en las urnas las mieles de su popularidad al conseguir mediante consulta popular la aprobación de nueve de sus una vez propuestas, entre ellas reformas constitucionales como establecer la extradición de ecuatorianos.
Hijo del magnate bananero Álvaro Noboa, cinco veces candidato a la presidencia, el mandatario es sommelier, intentó ser vegetariano, colecciona ajíes y le apasionan los autos y los caballos, de acuerdo con su equipo de prensa.
Nacido en Estados Unidos y graduado de prestigiosas universidades extranjeras, el gobernante católico está casado con la influencer Lavinia Valbonesi, con la que tiene dos hijos. De su primer matrimonio tiene una hija.
Entre tanto, Luisa González, una ciclista y maratonista consumada vuelve a correr por la presidencia bajo la sombra de Correa, un apoyo que parte aguas en el país.
Desde que el gobierno de Ecuador no es socialista "nos sembraron odio y nos sembraron división y polarización porque divididos nos podían dominar y tenernos como hoy: deprimidos, sin nuestros derechos", dijo la candidata.
Esta amante de los tatuajes y abogada evangélica de 47 años encara continuamente preguntas sobre el peso que en su gobierno tendría Correa, condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción. "Yo soy la candidata (...) Quien gobernará será Luisa González", declaró tajante.
La política lidera el movimiento Revolución Ciudadana, como Correa denominó a su gobierno de diez años. "Vamos a revivir a Ecuador", repitió como un mantra en sus mitines.
Es madre de dos varones de 31 y 11 años y sostiene que tiene otros dos "hijos": sus perros Wanda y Bruno. Fue asambleísta antes de lanzar su primera candidatura presidencial en 2023, cuando ganó la primera vuelta (34%) seguida de Noboa (23%).
Con maestrías en alta gerencia y economía, la abogada ha reconocido que es "controladora" y que lleva años sin pareja. "Tengo una familia que me absorbe y el trabajo es mi pasión", enfatiza.
Desde hoy, los ecuatorianos entran en jornada de reflexión electoral y mañana más de 13 millones de ellos irán a las urnas para elegir, además de presidente (y su fórmula), a sus 151 representantes en la Asamblea Nacional y cinco al Parlamento Andino.