Nentayahu será el más votado, ¿pero logrará otro gobierno? | El Nuevo Siglo
BENJAMIN NETANYAHU, primer ministro israelí y su partido Likud serán los más votados este martes pero no lograrán la mayoría parlamentaria para formar gobierno
Foto archivo AFP
Sábado, 20 de Marzo de 2021
Redacción internacional

COMO en todas las elecciones recientes en el mundo que han sido marcadas por la polarización, los israelíes acuden el martes a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, jornada en la que lo única certeza es que ninguno de los partidos logrará suficientes apoyos para formar un Ejecutivo, por lo que forzará, de nuevo, a un gobierno de coalición.

Si bien el partido del actual primer ministro, Likud, liderado por Benjamín Netanyahu será el más votado, alcanzando de 27 a 30 curules en el Knéset (Parlamento) según vaticinan todas las encuestas, favorecido entre otras cosas por la rápida campaña de inmunización contra el covid-19, no le alcanzará ni siquiera con el apoyo de otras formaciones afines para reelegirse.

Igual ocurre con los partidos anti-Netanyahu (la mermada izquierda, algunos de centro y parte de la derecha que también representa el premier), que alcanzarían menos curules y ante las diferencias ideológicas no tienen chance para alcanzar los 61 votos (mayoría más uno del Parlamento) para constituir un gobierno.

Netanyahu, quien lleva 12 años en el poder de forma ininterrumpida busca seguir al mando. Sin embargo, no concita los apoyos para alcanzar la mayoría parlamentaria, como ha ocurrido en las últimas tres campañas. Vale recordar que este derechista en todas ellas se enfrentó principalmente al mismo contrincante: el exjefe del ejército Benny Gantz, un político de centro-derecha. Pero después de tres duelos sin un claro ganador, ambos decidieron formar un gobierno de unión la pasada primavera que solo duró algunos meses.

Ahora, Netanyahu busca erigirse como el único candidato de la "verdadera derecha" para vencer a sus principales rivales: Yair Lapid, el jefe de la oposición de centro; Gideon Saar, exmilitante del Likud que formó su partido "Nueva esperanza" (conservador), y el barón de la derecha radical Naftali Bennett. 

Los analistas políticos sostienen que este último, que no se ha manifestado a favor de nadie, podría ser la llave a la hora de formar nuevo gobierno, al igual que Itamar Ben Gvir, el heredero político de uno de los rabinos más radicales de la historia de Israel, quien con su partido Otzma Yehudit (Poder Judío) y gracias a las alianzas con nacionalistas como el “Partido Sionista Religioso” podría convertirse por primera vez en diputado, siendo clave para apoyar al actual premier, algo que no es visto con buenos ojos por algunos sectores de la población por las posiciones de extrema derecha de Gvir.

Netanyahu tiene a su favor su experiencia política, logros gubernamentales y más recientemente la ambiciosa campaña de vacunación que ha permitido que casi el 50% de la población (alrededor de dos tercios del electorado) haya recibido ya las dos dosis de la vacuna, con lo cual el país empezó a desconfinarse.

A consecuencia del covid, todos los líderes políticos hicieron campaña en actos por videoconferencia, en redes sociales y en las radios locales y limitaron el acceso de la prensa en los pocos eventos realizados con los electores. 

Y a diferencia de las pasadas campañas, donde la cuestión palestina y la anexión de zonas de Cisjordania fueron el eje y cuestiones claves para gran parte de los votantes de la derecha, en esta ocasión fue la pandemia del covid-19, con todo lo que implica a nivel sanitario y económico.

El 'biopoder'

“Esta vez Pfizer le ha quitado el lugar a la anexión", expresó a la AFP la analista política israelí Dahlia Scheindlin, subrayando el énfasis que puso el primer ministro en la amplia campaña de vacunación anticovid iniciada en diciembre gracias a un acuerdo con el gigante farmacéutico estadounidense.

A cambio de aportar datos sobre los efectos de la vacuna en su población, Israel obtuvo un suministro rápido del fármaco de Pfizer/BioNTech y pudo probar su eficacia a gran escala, según varios estudios publicados en las últimas semanas. 

"Somos los primeros del mundo (en salir progresivamente de la pandemia), emergemos victoriosos", dijo a mediados de esta semana Netanyahu, declarándose como el mejor candidato para dirigir una posible recuperación económica poscovid.

"La vacuna le ayuda, pero ¿será suficiente?", se planteó por su parte Gideon Rahat, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebrea de Jerusalén. "Claramente, la vacuna continúa siendo su baza electoral, habla de las vacunas todos los días, quiere que la gente hable de ello”

Los rivales

Como reseñamos, con una izquierda (partido laborista) que busca sobreaguar, para lo cual tiene de nuevo a una mujer al frente, Merav Michaeli, los retadores de Netanyahu son tres hombres fuertes dentro de su mismo espectro político: la derecha (pero en todos sus matices)

Uno de ellos es Gideon Saar, considerado su más enconado rival pese a que fue su mentor. Es un conservador acérrimo e irreverente asumido que dirige el partido más joven de Israel “Nueva esperanza".  A fines de 2019, este político del Likud desafió a Benjamin Netanyahu por el liderazgo del partido histórico de derecha israelí. Un año más tarde, este experiodista y abogado volvió a la carga y dio un portazo al Likud, gangrenado, según él, por el culto al jefe, para formar "Tikva Hadasha" (el mencionado movimiento) que logró rápidamente encaramarse a la segunda posición en intenciones de voto. Y aunque desde entonces sus apoyos se han hundido podría jugar un papel clave en cualquier intento de formar una coalición anti Netanyahu.

El otro candidato con fuerza es el centrista Yair Lapid, antigua estrella de la televisión israelí con aires a lo George Clooney, que ha ganado credibilidad desde que se lanzó a la política, hasta erigirse en el principal rival del premier israelí en la cita de este martes. Cuando en 2012 este periodista estrella abandonó los sets televisivos para lanzar su partido Yesh Atid ("Hay un futuro"), sus detractores le reprocharon que jugaba con su imagen de galán de cine para seducir a la clase media. Sin embargo, una década después no solo sigue ahí, sino que ha ganado fuerza. En las últimas legislativas, Lapid integró su partido en la coalición centrista "Azul-Blanco" del antiguo general Benny Gantz, la que finalmente rompió la alianza para hacer gobierno con Netanyahu.

Y, el otro candidato y que se considera “hombre clave” para formar el futuro Ejecutivo es el exempresario enriquecido con la tecnología, convertido en ministro de Defensa y líder de la derecha radical, Naftali Bennett. Lidera la formación Yamina, que brega tanto por el ultraliberalismo económico, como por la línea dura contra Irán y la anexión de casi dos tercios de la Cisjordania ocupada, lo que brinda a su partido de derecha radical mucha popularidad entre los colonos judíos. Así, en este país polarizado entre los pro y los anti-Benjamin Netanyahu, Bennett cultiva el misterio: ¿se unirá a una coalición para echarlo finalmente del poder o salvará a Bibi (como le dicen a Netanyahu)?

Las apuestas están abiertas y pero como cada sector podría necesitar sus votos para gobernar al país, Naftali Bennett mantiene estratégico silencio siendo, como dijimos, la clave en la jornada poselectoral y quitándole dicho protagonismo al nacionalista laico Avigdor Lieberman.

Gane o pierda Netanyahu lo que se visualiza desde ya es que no se lograría formar un gobierno de largo aliento. La inestabilidad del mismo ha sido una característica en las últimas décadas en dicho país ya que ante la fragmentación de partidos se logra un Ejecutivo a base de alianzas que son coaliciones frágiles con alto riesgo de romperse en cualquier momento.