¿Por qué China vuelve a ser foco de preocupación global? | El Nuevo Siglo
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Domingo, 8 de Enero de 2023
Redacción internacional con AFP

MÁS allá de la denuncia y reclamo que la Organización Mundial de la Salud hizo a China por considerar que las cifras que publica “subrepresentan el impacto real del covid-19 en términos de ingreso a hospitales, en cuidados intensivos y sobre todo en términos de decesos”, el mundo vuelve a preocuparse por el enorme brote que registra y que podría expandirse rápidamente tanto por el levantamiento de las restricciones sanitarias como por la reanudación de viajes desde y hacia el gigante asiático.

Desconociendo aún, tres años después, el origen, el vector de transmisión a los humanos, las reales consecuencias del virus descubierto en Wuhan, la desinformación de las autoridades chinas y las cifras reales de la afectación del coronavirus, el mundo reimplanta los test de detección para los viajeros de allí procedentes, en un esfuerzo por evitar un fuerte rebrote de covid, que serían un puntillazo a sus economías que cuando comenzaban a reactivarse fueron impactados por invasión rusa a Ucrania, que se acerca a su primer año.

China afronta en la actualidad su peor brote de contagios tras el levantamiento, a principios de diciembre, de su política "cero covid", que por sus medidas draconianas que llegaron a encerrados encierros, desataron la ira ciudadana.

Pese a la ola de casos, el país notifica pocos decesos vinculados al covid-19 tras un polémico cambio de metodología de conteo. Ahora, sólo las personas fallecidas directamente por una insuficiencia respiratoria ligada al coronavirus se contabilizan en las estadísticas.

El país levantó sin previo aviso a principios de diciembre la mayor parte de sus estrictas medidas contra el coronavirus, que habían permitido a su población estar ampliamente protegida desde 2020, al tiempo que reabrió sus fronteras, lo que ha llevado a miles de ciudadanos a retomar sus viajes dentro y fuera del país.

Los hospitales chinos están abrumados por una ola de enfermos, en su mayoría ancianos, los crematorios están saturados y muchas farmacias carecen de medicamentos contra la fiebre.

Sin embargo, las autoridades informan de muy pocas muertes relacionadas con el covid, después de un controvertido cambio de metodología para contabilizar las víctimas.

En la actualidad, sólo se incluyen en las estadísticas las personas que mueren directamente por insuficiencia respiratoria relacionada con el coronavirus. Este cambio de metodología significa que un gran número de decesos ya no se registrarán como causados por el covid.

Ante esta situación, se dispararon las alertas mundiales y ya son varios los países que preocupados por la situación adoptan medidas. Estos son, entre otros, los motivos:

1. Datos poco fiables: Pekín admitió que la escala del brote se volvió "imposible" de rastrear tras el fin del testeo obligatorio en diciembre.

La Comisión Nacional de Salud dejó de publicar cifras nacionales diarias de contagios y muertes por el virus.

Tal responsabilidad fue transferida al Centro de Control y Prevención de Enfermedades chino (Ccpe), que solo ofrece cifras una vez por mes, luego de que China rebajó el 8 de enero sus protocolos de manejo de la enfermedad.

China ha reportado solo 15 muertes por covid-19 desde que comenzó a levantar las restricciones el 7 de diciembre, y poco después redujo los criterios para determinar si una muerte fue causada por el coronavirus.

Esto generó preocupaciones de que la ola de contagios no está debidamente reflejada en las estadísticas oficiales.

Las autoridades admitieron la semana pasada que la cantidad de información recogida es "mucho menor" que cuando era obligatorio realizar pruebas PCR.

Yin Wenwu, del CCPE, dijo que las autoridades recogen información de hospitales y gobiernos locales, así como llamadas de emergencias y ventas de medicamentos para la fiebre, todo lo cual "cubrirá las deficiencias" en los datos.

Hospitales y crematorios chinos enfrentan un repunte de pacientes y cadáveres, en especial en áreas rurales.

Varios países, como Estados Unidos, Australia y Canadá anunciaron la semana pasada la obligación de someter a prueba a quienes llegan desde China, dada su falta de transparencia con las cifras de contagios.



2. Cálculos incompletos. Algunas autoridades locales y regionales comenzaron a compartir en diciembre cifras diarias estimadas de contagios, pero la magnitud de brote sigue sin estar claro.

Autoridades sanitarias en la provincia costera de Zhejiang indicaron que un millón de pobladores estaban infectados por semana. Las ciudades de Quzhou y Zhoushan dijeron que al menos 30% de la población contrajo el virus.

La ciudad oriental de Qingdao también calcula unas 500.000 infecciones diarias, y el centro industrial sureño de Dongguan proyectó hasta 300.000 diarios.

Pero el funcionario de salud Wu Zunyou aseguró el jueves que el pico de contagios ya pasó en las ciudades de Pekín, Chengdu y Tianjin, mientras que la provincia de Guangdong, la más poblada del país, dijo lo mismo el domingo.

En Shanghái, la epidemia "podría haber afectado al 70% de la población, es decir, de 20 a 30 veces más" que en el brote anterior en la primavera de 2022, destacó Chen Erzhen, vicepresidente del hospital Ruijin, en un blog afiliado al Diario del Pueblo.

Es difícil reunir todos estos datos parciales para obtener una imagen completa de la situación nacional.

Anotaciones filtradas de una reunión de autoridades sanitarias en diciembre revelaron que creían que 250 millones de personas se contagiaron en China en los primeros 20 días de diciembre.

Modelos independientes de contagios trazan un cuadro preocupante. Investigadores de la Universidad de Hong Kong calcularon que cerca de un millón de chinos podrían morir este invierno boreal como consecuencia de la apertura.

La firma de análisis de riesgo sanitario Airfinity proyectó 11.000 muertes y 1,8 millones de contagios diarios, con un total de 1,7 millones de muertos para fines de abril.

3. ¿Nuevas variantes? Muchos países citaron la preocupación por posibles nuevas variantes como el motivo para testear a quienes llegan de China.

Pero aún no hay evidencia de nuevas variantes que hayan emergido de la actual ola de contagios.

Xu Wenbo, alto cargo del CCPE, dijo en diciembre que China está creando una base de datos genética con muestras de covid obtenidas en hospitales que les permitirían rastrear mutaciones.

Expertos chinos en salud han señalado que las subvariantes de ómicron BA.5.2 y BF.7 son las más comunes en Pekín, ante el temor público de que aún circule la variante delta, más mortal.

En muchos países occidentales, esas variantes han sido superadas por las subvariantes más transmisibles XBB y BQ, que aún no son dominantes en China.

Pekín sometió 384 muestras de ómicron a la base de datos mundial GISAID, según su página web.

Pero el total de entradas chinas a esa base de datos, 1.308, es inferior a las de otros países, incluyendo Estados Unidos, Reino Unidos, Camboya y Senegal.

Las muestras recientes chinas "se asemejan a variantes conocidas que circulan mundialmente", indicó Gisaid al final de la semana.

El virólogo Jin Dong-yan, de la Universidad de Hong Kong, comentó en un podcast reciente que la gente no debe temer variantes más mortales en China.

"No digo que la emergencia de una variante (más mortal) sea imposible, sino que la posibilidad es muy baja", agregó.

Por todo ello es que, a hoy, más de una veintena de países y territorios han impuesto nuevas restricciones sanitarias para el ingreso de viajeros procedentes del país más poblado del mundo.

A Estados Unidos, de los primeros junto a Guyana en reimplantar la exigencia de una prueba negativa de covid-19 tomada dos días antes del viaje a su territorio o documentos que demuestre que el pasajero se recuperó del virus en los últimos 90 días, se sumaron rápidamente las 27 naciones que conforman la Unión Europea, así como Australia, Canadá y Reino Unido.

En el continente asiático hicieron lo propio India, Japón, Taiwán, Catar y Corea del Sur; en el africano, Ghana y Marruecos, mientras que en Centroamérica el único que ha implementado estas pruebas PCR o de antígenos es Costa Rica, al igual que Israel en Oriente Medio.

Y aunque los últimos en sumarse a este listado fueron, Países Bajos y Portugal, no se descarta que lo hagan muchos países más. Controlar y prevenir es el objetivo de estas restricciones que, aunque criticadas por China, son necesarias para evitar que se repita el impensado encierro del 2020.