¿Qué hay tras eventual cumbre Trump-Kim? | El Nuevo Siglo
Foto Montaje El Nuevo Siglo
Sábado, 10 de Marzo de 2018
Redacción internacional
El jueves, en un sorpresivo anuncio, Estados Unidos comunicó la intención de Corea del Norte de convocar una cumbre bilateral. Luego de veinticinco años, se abre la puerta al diálogo, con dos interlocutores radicalmente distintos a Clinton y Kim Jong Il, últimos interlocutores  

_______________

LA ESTRATEGIA de Donald Trump tuvo efecto: el régimen norcoreano lo citó para dialogar, pese numerosas sanciones económicas. Unos meses atrás, incluso semanas, esto parecía imposible, ante la arremetida del régimen con lanzamientos cotidianos de misiles que “pequeño cohete” (Kim) probaba y, exitosamente, caían en las aguas de Japón.

En un anuncio sorpresivo, el jueves un nombre del que pocos hablan se dio a conocer: Moon Jae-in. No fue Shinzo Abe, presidente de Japón, ni Xi Jinping, líder vitalicio chino, quienes lograron que Kim se siente a negociar con Trump. El surcoreano Moon Jae-in, defensor y promotor del diálogo con Pyongyang, que llegó al poder en reemplazó de una expresidenta corrupta, fue el artífice de que el mundo esté cerca de una eventual cumbre bilateral entre dos enemigos, que no se ven desde 2002.

Los delegados suyos, entre Washington y Seúl, viajaron horas para concertar una aceptación de ambas partes. Eso explica por qué Rex Tillerson mantuvo reserva de cualquier acción militar en la península coreana, pese a que algunos radicales aliados de Trump le pedían que dejara al lado la disuasión, y actuara.

¿Para qué se reúnen?

Aparentemente, esta parece una pregunta simple. Una tras otro, los presidentes norteamericanos han dicho que su reto es desnuclearizar sus enemigos, Irán y Corea del Norte. A cambio de ello, Pyongyang le apunta a varias cosas, entre ellas, que los soldados norteamericanos abandonen la península.

La intención de diálogo, sin embargo, no es nueva. Desde hace décadas, Corea del Norte ha buscado que se desmilitarice la región de potencias extranjeras; lo ha insinuado, y pedido, tanto en momentos álgidos, como en aquellos de una supuesta paz. “Corea del Norte ha estado buscando una cumbre con un presidente estadounidense por más de veinte años. Me pregunto si los "ayudantes" de Trump se lo han explicado”, escribió Jeffrey Lewis, del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales.

Más allá de esto, lo que sí llama la atención son los actores que, a diferencia de anteriores negociaciones, tienen estilos confrontativos, que hacen difícil llegar a un eventual acuerdo de desnuclearización. Veinte cinco años atrás, George W. Bush rompió las tratativas con Pyongyang, luego de descubrir que el régimen secretamente conseguía uranio para montar sus armas nucleares.

Este acuerdo, que había sido formalizado en el Acuerdo Marco de 1994, consistía en congelar y “eventualmente desmantelar” el programa nuclear norcoreano a cambio de petróleo, reactores de energía -no usables para ejercicios nucleares- y posibles acercamientos diplomáticos con Washington.

Radicalmente distinto, Bill Clinton, un presidente diferente a Trump en su forma y fondo, fue el encargado de firmar con Kim Il Jong, papá de Kim, el acuerdo que finalmente se rompió. Su hijo y Donald Trump ahora será los encargados de empezar a construir un nuevo tratado.

Trump, ¿un salto al vacío?

Trump, con el copete sobre su frente, mira con sigilo a Kim, mientras que un asesor de este se acerca le dice una y otra vez lo que debe hablar, como un niño de la corte francesa. Esta escena es, de momento, ficción; como la misma reunión, que aún no se ha concretado.

Pero, ¿por qué Trump aceptaría reunirse con Kim? Algunos expertos responden a esta pregunta diciendo que, aunque no se crea, Trump no conoce el régimen, ante la falta de orden en su administración. Esta tesis toma fuerza si se tiene en cuenta que, como dice The Altlantic, Estados Unidos en este momento no tiene embajador en Seúl y el “El delegado especial de Estados Unidos en asuntos de Corea del Norte, Joseph Yun, se jubiló la semana pasada y no ha habido el trabajo diplomático que habitualmente antecede a una cumbre”.

El hermetismo de Corea del Norte hace que hasta los organismos de inteligencia no tengan certeza de cómo funciona. Tras la llegada de Trump, se especula que el conocimiento del Departamento de Estado sobre el régimen es inferior al de administraciones anteriores, por renuncias y cambios.

Expertos consultados por la AFP califican a la cúpula que rodea Kim como “maquiavélica”. A diferencia de Kim, 34 años, son personas con experiencia, que  acompañaron a su padre por más de diez años en unas negociaciones que congelaron su deseo nuclear y terminaron en una reconstrucción del arsenal de Pyongyang.

Experta en negociaciones, esa cúpula intentará que Kim, desde el principio, salga ganando, buscando que la sede de las reuniones sea Pyongyang u otra ciudad norcoreana, antes que China o Seúl.

Trump, sin embargo, no es amigo de viajar al país comunista; ni ningún presidente de Estados Unidos. Se rumora que las tratativas tendrían lugar en Ginebra o Pekín, la primera ciudad toma fuerza porque Kim estudió allí. Por ahora, lo único que se sabe es que el diálogo comenzará a finales de mayo.

El interés de Kim

Daniel Russel, hasta el año pasado principal diplomático del Departamento de Estado para los asuntos de Asia Oriental y el Pacífico, dijo, en “Pod Save the World” (un foro), que Kim está buscando “un contrato de alquiler donde (el Estadounidenses)básicamente pagan a Corea del Norte mes a mes, semana a semana, para aplacar su mala conducta”.

A pesar de las sanciones, Corea del Norte ha insistido en su carrea nuclear, retando a las Naciones Unidas y a Washington con numerosas pruebas nucleares, que han obligado a la comunidad internacionales a imponer sanciones de orden económico, aislando al régimen.

Es claro que estas han tenido un impacto negativo en la economía norcoreana, efecto que se ha vuelto peor en la medida en que China, tradicional aliada de Pyongyang, ha tomado distancia de Kim, aparentemente.

Sin una agenda clara, pero con la urgencia de frenar las acciones nucleares de Kim, Estados Unidos y Corea del Norte están cerca de nuevas negociaciones, que, por el perfil de sus interlocutores, van a ser difíciles. Pero, ¿quién sabe cómo es Kim?