El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, escogió al médico Marcelo Queiroga como nuevo ministro de salud, en reemplazo de Eduardo Pazuello. Es el tercer funcionario de la cartera desde que comenzó la pandemia hace más de un año.

Pazuello dejó el cargo ante la presión por la mala gestión de la pandemia en el país, con casi 280.000 muertos, más de 11 millones de contagios y la amenaza de la nueva variante brasileña que ha levantado las alarmas a nivel mundial. 

El exministro de salud había sido cuestionado por su falta de experiencia en el ámbito sanitario, tanto así que a finales de enero se autorizó una investigación contra él por los fallos en la respuesta a la crisis del covid-19, donde la falta de oxigeno provocó la muerte de decenas de personas, en el estado de Amazonas.

Aunque los anteriores ministros de salud, Luiz Henrique Mandetta y Nelson Teich, dejaron el cargo por conflictos con el presidente, relacionadas con la pandemia; Pazuello se mantuvo firme ante la postura del Jefe de Estado.  

Analistas brasileños creen que el hecho se debe a la presión ejercida dentro y fuera de Brasil, así como las críticas de los inversores los que han obligado al Gobierno a cambiar de ministro. Asimismo, afirman que Bolsonaro pudo haber tomado dicha decisión con el fin de preparase políticamente ante el regreso del expresidente Luiz Inácio Lula de Silva a la política.

Bolsonaro y su Gobierno están siendo muy criticados por la gestión de la crisis. La gravedad del avance de la pandemia, con los hospitales al borde del colapso, llevó en los últimos días al Ejecutivo a impulsar las negociaciones con varias farmacéuticas para adquirir y producir vacunas.

Precisamente, el gobierno brasileño informó la compra de 100 millones de dosis de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 y 38 millones de Johnson & Johnson. Los envíos de esta última comenzarían en abril, mientras que los del inmunizante de una sola dosis lo harán en el tercer trimestre.