Se encendió la chispa | El Nuevo Siglo
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Lunes, 7 de Mayo de 2018
Anagilmara Vílchez Z *

“Ese día la chispa se encendió y desde entonces, nada ha sido igual”

Me sucedió varias veces. Al mirar a un joven en la calle pensaba que él, ese día, o el anterior, podría haber muerto. Pensaba que de camino a su casa, al volver del trabajo, al toparse con sus amigos o al salir a protestar, pudieron asesinarlo. A los vivos me los imaginaba muertos. Recordaba a los jóvenes que vimos agonizar a través de las redes sociales. Darwin Urbina fue el primero. Tenía 28 años y le dispararon en el cuello el 19 de abril. Las fotos de él, tendido al piso con un hueco en la garganta, se esparcieron por las redes. En cuestión de horas, la protesta pacífica de los estudiantes ya sumaba muertos.

Entre el 19 y el 22 de abril se asesinaron a más de 40 personas en Nicaragua. Y seguimos contando. Sucedió tan rápido. El fin de semana anterior estábamos lidiando con problemas que, en ese momento, nos parecían importantes y que después al compararlos con los que sufría el país, resultaban chiquititos. La explosión estudiantil inició con manifestaciones pacíficas por el incendio en la reserva biológica Indio Maíz. Los jóvenes salieron a las calles para exigir respuestas del Gobierno, pero la Policía los reprimió. El lunes 16 de abril, cuando las llamas en la reserva fueron sofocadas, empezó otro incendio, uno social. El Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, INSS, saltándose los debidos procesos de ley, aprobó un paquete de reformas que afectaban a trabajadores, empleadores y pensionados. Pensionados, esa es la palabra clave.

Lo que más molestó a los nicaragüenses fue que a los jubilados iban a quitarles el 5% de su pensión de vejez, aquella por la que trabajaron toda su vida. Una a la que era ilegal hacerle deducciones. Cuando las reformas se publicaron en la Gaceta, diario oficial, los muchachos y sus abuelos salieron a marchar. El 18 de abril, en distintos puntos del país, jubilados y estudiantes se manifestaron, pacíficamente, en contra de las reformas, pero fueron vapuleados, asaltados y replegados ¡Solo cargaban banderas y consignas! El país lo vio a través de las redes sociales: los antimotines lanzando gases lacrimógenos, miembros de la Juventud Sandinista con tubos y palos golpeando a manifestantes y periodistas. Ese día la chispa se encendió y desde entonces, nada ha sido igual.

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Periodista nicaragüense de Confidencial y revista Niú, de Managua.