CON un escándalo mayúsculo en el partido aliado del gobernante socialista, el izquierdista vasco Bildu que incluyó en sus listas a 44 personas condenadas por delitos de terrorismo, arrancó la campaña para las elecciones municipales y autonómicas de este 28 de mayo, cita que se convierte en una primera vuelta para los previstos comicios generales de fin de año.

Este 28M es la primera medición real de las fuerzas políticas opositoras, las del socialismo gobernante con Pedro Sánchez a la cabeza y el conservador Partido Popular, liderado por Alberto Núñez Feijóo.

La jornada también evidenciará si el también derechista (extremo) Vox seguirá fungiendo un rol clave para gobernar en varias comunidades, mientras se da por descontado la desaparición del centrista Ciudadanos. En cuanto a Podemos, otrora fuerte aliado del Gobierno, se revelará el impacto de su división interna.

Por ahora, el mayor temor de ese partido y los socialistas (Psoe) es que no puedan sumar en algunas plazas que ahora gobiernan, sobre todo en la Comunidad Valenciana, por la duda de que la formación morada entre en el Parlamento regional.

La inclusión en las listas Bildu de exetarras forzó un pronunciamiento de Sánchez quien sostuvo que “hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes, y esta es una de ellas".

La oposición cargó contra el gobierno, ya que ese partido de izquierda ha dado un apoyo clave y recurrente al ejecutivo para aprobar leyes en el Congreso.

"Me entristece y me indigna que el 'sanchismo' baje las orejas ante esta provocación", dijo Feijóo, al tiempo que calificó como “repugnante que Bildu lleve a asesinos en sus listas".

La ventaja que le viene sacando Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez en los sondeos desde que desembarcó en Madrid el pasado año ha propiciado que tanto el 'popular' como el jefe del Ejecutivo se hayan volcado de lleno en una contienda, protagonizando multitud de actos políticos, en la que medirán sus fuerzas.

Así, Sánchez ha sumado 18 eventos desde Semana Santa, con especial interés en defender 'la plaza' de la comunidad valenciana, donde ha estado en cuatro ocasiones en el último mes y repetirá en campaña. La razón es que la región se ha convertido en un reto prioritario para los conservadores, al considerar que si doblegan a los socialistas en esta autonomía, tienen una gran probabilidad de gobernar España.

Estos actos de Pedro Sánchez han estado marcados por anuncios de inversión sobre todo en Educación, Vivienda -sumando ya la promesa de 186.000 viviendas sociales- y medidas contra la sequía.

El objetivo del Psoe es volver a ser el partido más votado en municipales, mantener grandes alcaldías como Sevilla o Valencia y lograr alguna más como la de Barcelona, donde cerrará Sánchez la campaña, así como seguir gobernando las autonomías que ya tiene.

Aunque el temor entre algunos barones socialistas es que la influencia nacional pueda perjudicarles por lo que han remarcado que estas elecciones tienen carácter regional y también que la división en Podemos pueda impedir la suma para gobernar en muchas plazas.

La apuesta conservadora

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, también lleva meses recorriendo España, consciente de la importancia que tiene para las generales lograr un buen resultado el 28-M. Ha visitado ya todas las comunidades autónomas, con numerosas paradas en Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana, regiones donde repetirá en campaña añadiendo Madrid, Aragón y Castilla La Mancha.

El objetivo es dar la vuelta al marcador de 2019, cuando el Psoe sacó al PP 1,5 millones de votos en los comicios locales. Los populares también aspiran a gobernar en solitario en Madrid y Murcia y a lograr otras autonomías como La Rioja, Aragón, Extremadura o Castilla La Mancha.

Pero la pieza de 'caza mayor' para el PP es recuperar el gobierno en la Comunidad Valenciana presidida por Ximo Puig. Esto se refleja en las tres veces que viajará Feijóo a esta autonomía, celebrando además el acto central de campaña en la Plaza de Toros de Valencia el próximo domingo. Todo ello después de haber reunido allí la Intermunicipal a principios de febrero, donde también estuvieron Aznar y Rajoy, que tendrán campaña propia con 14 actos.

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En cuanto al mensaje, los 'populares' apuestan por "derogar el sanchismo" y han recuperado la economía como eje central de la campaña. Usarán la subida de las hipotecas y la inflación como principales argumentos para desmontar el "triunfalismo" económico del Gobierno.

Además, entrarán al choque contra el jefe del Ejecutivo en materia de vivienda para rebatir sus "promesas incumplidas" denunciando que después de cinco años ha construido "cero viviendas" y que la nueva Ley "facilita" la ocupación ilegal. En los últimos días ha acusado al Gobierno de plagiar sus propuestas por la medida anunciada por Sánchez de avalar hasta el 25% de la hipoteca, que ya aplican algunas Comunidades Autónomas o financiar un interrail español.

Vox condiciona

El partido de Santiago Abascal afronta estos comicios como los primeros a los que concurre como un movimiento consolidado, dado que en 2019 su presencia territorial era casi testimonial.

Ahora ven estas elecciones como "la primera gran oportunidad" de poner freno a Pedro Sánchez y esperan un gran crecimiento de votos, aunque su fuerza posterior en Ayuntamientos y Comunidades dependerá de la aritmética electoral. De hecho, han dejado claro que sus votos no saldrán gratis a los 'populares' y parten con la idea del modelo de Castilla y León.

Otra de las incógnitas es cómo operará en el voto la división de Podemos, con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz haciendo una campaña de equilibrios entre el apoyo a candidaturas de la formación morada y a otras que la disputan el mismo espacio político. Así, su plan de campaña prevé respaldar a las confluencias de Podemos e IU, pero también a Más Madrid y Compromís en dos territorios clave, Madrid y Valencia.

Por el momento, el planteamiento de Podemos -con 1.500 candidaturas- es centrar los esfuerzos en las comunidades en las que forman parte del Gobierno para mantenerse -Valencia, Baleares, Canarias y Aragón-, aunque aspiran también a entrar en los ayuntamientos de Madrid y Valencia.

Las líderes de la formación morada, Ione Belarra y Montero, se centrarán en estas dos últimas plazas, donde existen dudas de que entren en los respectivos parlamentos regionales. Aunque también se volcarán en Baleares y Andalucía.

Mientras que Yolanda Díaz centrará más su atención en Cataluña, donde los 'comuns' gobiernan Barcelona, aunque viajará a 11 comunidades para realizar 18 actos.

Las malas perspectivas que dan las encuestas a Ciudadanos pueden cambiar la correlación de fuerzas ya que buena parte de su voto se prevé que sea absorbido por el PP. Aún así, Cs -con 800 candidaturas-, se marca el objetivo de resistir y ser decisivos en algunas plazas, aunque admiten peores resultados que los de hace cinco años.

Gran encuesta

La macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para estos comicios autonómicos dejan dos varias cosas claras y destacables, entre ellas la reelección de la conservadora Isabel Díaz Ayuso al frente de la Comunidad de Madrid, rozando o hasta logrando la mayoría absoluta (entre 61 y 70 escaños) y el triunfo, en iguales circunstancias del socialista Emiliano García Page en Castilla La Mancha.

Díaz Ayuso daría una nueva y contundente victoria al partido popular con el 45,2% de los votos y sumaría, como ya sucedió en los últimos comicios, más parlamentarios que toda la izquierda. En segundo lugar se situaría Más Madrid, con Mónica García con el 21,4% de los votos (lo que le representa un máximo de 30 parlamentarios), seguido del Psoe con 17.3% de apoyos (entre 19 y 26 diputados).

El sondeo revela que los conservadores desplazarán a los socialistas de los gobiernos de Cantabria, Comunidad Valenciana y la Rioja, y que estos últimos retendrán Extremadura, Asturias, Canarias y Baleares, aunque sus actuales presidentes necesitarán pactos para continuar.

En cambio, en la Comunidad Valenciana el CIS sitúa al PP en cabeza con una estimación de voto del 30,7%, con una ventaja de menos de dos puntos sobre el socialista Ximo Puig. No obstante, la izquierda puede repetir el 'pacto del botánico' con Compromís (18,5%) y Unidas Podemos (6%). Vox se anota un 10% y Ciudadanos desaparece.