PRESIONADO y criticado tanto por no hacer como por hacer, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, logró casi todos los objetivos de su guerra contra Hamás y, consciente de que se juega su supervivencia política, accedió a un inédito acuerdo que contempla una tregua desde este domingo en Gaza y el intercambio de palestinos presos por un centenar de sus compatriotas, en poder desde hace 15 meses por esa milicia islamista.

Tras eliminar a los dirigentes de Hamás (considerada una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y otros países), a varios de sus jefes militares, destruir la mayoría de su infraestructura y mantener una cruenta ofensiva en toda la Franja de Gaza, que se ha saldado con no menos de 45 mil víctimas mortales, Netanyahu accedió a retomar las negociaciones en diciembre, con el impulso que dio a las mismas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y que meses atrás habían iniciado gracias a la mediación de Catar, Egipto y la Casa Blanca.

Con las dificultades propias de una negociación tan compleja que, a bien, los mediadores la realizaron por separado con las delegaciones de cada una de las partes, en tan solo un mes se llegó a un texto consensuado que inclusive tuvo inesperados tropiezos de última hora, en medio de cruce de acusaciones por esos desacuerdos. Anunciado este miércoles (15 de enero) tuvo dificultades de última hora que lograron zanjarse hasta el mediodía del viernes, cuando Netanyahu logró primero la luz verde de su gabinete y posteriormente la del Consejo de Ministros, pese a las amenazas de la extrema derecha de abandonar la coalición gobernante.

En el entretanto, las partes entregaron las listas de los primeros rehenes y prisioneros que recuperarán su libertad este domingo, en el marco de lo establecido, y reafirmaron que el cese del fuego comenzaría a operar en la noche del sábado. Si bien no es el fin de la guerra, porque es tan solo una primera etapa del acuerdo, puede conducir a ello si se cumple a cabalidad todo lo allí establecido.

El acuerdo, que debe poner fin a 15 meses de guerra, prevé en una primera fase de seis semanas liberar a 33 rehenes en Gaza, un cambio de cientos de prisioneros palestinos retenidos en Israel.

El final definitivo de la guerra será negociado durante esta primera etapa.

El gabinete recomendó que el gobierno dé su visto bueno final, "tras revisar todos los aspectos políticos, de seguridad y humanitarios, y entendiendo que el acuerdo propuesto sustenta la consecución de los objetivos de la guerra", indicó la oficina del primer ministro Benjamín Netanyahu.

Salvo inconveniente de última hora, las primeras liberaciones se llevarán a cabo este domingo, según anuncio del gobierno israelí que informó con anticipación a las familias de los rehenes que volverán a casa. Según dos fuentes cercanas a Hamás, el primer grupo estará compuesto por tres mujeres israelíes.

Poco antes, las autoridades israelíes publicaron los nombres de los 33 rehenes que serán entregados en la primera fase del acuerdo de alto el fuego, si bien aclaró que ello no implica que todos estén con vida.

Tras ello, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, destacó en su cuenta de X que entre los nombres de la lista figuran Ofer Kalderon y Ohad Yahalomi, con nacionalidad francesa. “Seguimos movilizados sin descanso para sus familias puedan reencontrarse con ellos", agregó.

Por su parte, el Ministerio de Justicia israelí publicó una lista de 95 prisioneros palestinos que serán canjeados por los rehenes. En ella hay 70 mujeres, de las cuales una es menor de edad, y 25 hombres, entre ellos 9 menores de 18 años. El más joven tiene 16 años.

De la lista solo siete prisioneros habían sido arrestados antes del 7 de octubre de 2023, fecha en que comenzaron las hostilidades tras un ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás en Israel.

Entre ellos varias figuras destacan por encima del resto, como el caso de Jalida Jarrar, integrante del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y que ha sido detenida en varias ocasiones por las autoridades israelíes. Actualmente se encuentra en prisión por una orden de detención administrativa desde diciembre de 2023.

Otra de las personas que destaca en este listado es Bushar al Tawil, activista palestina hija de un antiguo miembro de Hamás que llegó a gobernar en la ciudad de Al Biré, en Cisjordania. Al Tawil se encuentra bajo arresto administrativo desde el pasado mes de marzo, mientras que su esposo ha sido condenado a nueve cadenas perpetuas.

El acuerdo entre Israel y Hamás está dividido en tres fases. La primera tendrá una duración de 42 días y en la misma se certificará el cese de hostilidades, la retirada de las tropas israelíes hacia la frontera y el intercambio de 33 rehenes por presos palestinos.

La segunda fase consistirá en la distribución de ayuda humanitaria "segura y eficaz" en gran parte de la Franja de Gaza, devastada tras más de 15 meses de ofensiva israelí. También se llevará a cabo la reparación de centros sanitarios y se permitirá el ingreso al enclave de suministros civiles y combustible. Según se certifique la primera fase se darán a conocer más detalles de la segunda y tercera etapa del pacto.

Ayudas para liberados

De otra parte, el ministro de Trabajo y Servicios Sociales de Irael, Yiav Ben Tzur, anunció que los rehenes liberados recibirán ayuda financiera del Gobierno y se les reconocerá un 50 por ciento de discapacidad por su sufrimiento tras ser raptados en los ataques ejecutados el 7 de octubre de 2023.

Ben Tzur, que celebró el acuerdo, afirmó que "habrá un paquete de ayuda que ha sido preparado para los rehenes que vuelvan", antes de agregar que el mismo incluye "un pago inmediato de 10.000 shekels (unos 2.685 euros) para necesidades inmediatas".

Asimismo, ha manifestado que estas personas también recibirán 50.000 shekels (alrededor de 13.420 euros) para "tratamiento médico" y "el reconocimiento incondicional de una discapacidad al 50 por ciento", lo que implica diversos beneficios sociales, según ha recogido el diario israelí 'The Times of Israel'.

"Todo esto no les ayudará a olvidar rápidamente lo que han sufrido, pero espero que Dios sane sus cuerpos y sus almas", indicó el funcionario, al tiempo que recalcó que este domingo "es un gran día para el estado de Israel".

 Por su parte, el Ministerio de Sanidad israelí emitió directrices a los hospitales para la actuación una vez que sean trasladados los rehenes, unas normas que difieren "significativamente" de las que estuvieron en pie durante las liberaciones en el marco de la tregua pactada en noviembre de 2023.

"Hay un riesgo de que los rehenes que van a volver desarrollen el síndrome de realimentación. Esto pasa cuando personas privadas de comida durante su cautiverio intentan compensar con el consumo de hidratos, lo que podría causarles graves daños", explicó el jefe de la División General de Medicina del ministerio, Hagar Mizrahi.

De esta forma, el protocolo recomienda una estancia mínima de cuatro días en el hospital, dado que algunos de los secuestrados liberados en la primera tanda habrían lamentado recibir el alta antes de lo recomendado, según Mizrahi, quien ha pedido además a familiares y visitantes que no publiquen fotografías o actualizaciones sobre su estado en redes sociales.

Finalmente, mientras el apoyo a Netanyahu fue condicionado por un sector de la coalición gobernante a que se cumpla cabalmente lo establecido, el presidente de la Autoridad Nacional Palesitna, Mahmud Abás, dijo que la entidad está lista para asumir "toda la responsabilidad" en Gaza después de la guerra, a lo que siempre se ha opuesto Tel Aviv. Pero ese será un tema que por su complejidad e implicaciones se debatirá después.