Así va el combate a la pandemia de covid-19 en Bogotá | El Nuevo Siglo
Cortesía Alcaldía de Bogotá
Lunes, 27 de Diciembre de 2021
Redacción Nacional

Bogotá vive una especie de paradoja al cierre de este segundo año de pandemia: con un esquema de vacunación que va viento en popa, la llegada del cuarto pico se ha manifestado en el incremento diario de contagios.

“Efectivamente, Bogotá está entrando al cuarto pico y hay indicadores que señalan esta entrada a una curva ascendente de contagios: el primero de ellos es el aumento de positividad en las pruebas de laboratorio y los tamizajes, que pasaron del 3,5% al 8,5%, es decir, que aumentó la positividad. Y el segundo de ellos es que ha aumentado la tasa de casos activos”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el epidemiólogo y salubrista de la Universidad de los Andes, Luis Jorge Hernández. 

Y las cifras así lo confirman: mientras que entre el 19 y el 20 de diciembre el número de contagios fue de 279 casos, estos han aumentado de la siguiente manera: entre el 20 y el 21 la cifra creció a 417; entre el 21 y el 22 los nuevos contagiados fueron 623; entre el 22 y el 23 dicha cifra se posicionó en 801 casos; en las 24 horas transcurridas entre el 23 y el 24 el número de nuevos enfermos con este coronavirus fue de 990, y en los últimos dos días se registraron 1.292 y 1.021 casos, respectivamente.

No obstante, los indicadores de ocupación de UCI y de fallecimientos, que desde un principio han sido los dos medidores más fidedignos para evaluar el avance del covid-19, se han mantenido estables.

La cifra de fallecimientos, que el lunes 27 de diciembre presentaba un global de 27.813 personas que han perdido la vida a razón del covid, ha sido sustancialmente baja.

De hecho, de acuerdo con Saludata, desde el pasado 16 de diciembre el promedio de fallecimientos diarios ha sido de dos personas, y no ha subido de allí, a excepción de los días 24, 25 y 26 de este mes, cuando el promedio fue de tres muertes diarias. De hecho, la de fallecidos ha sido una curva descendente. El pico de este año se presentó el lunes 21 de julio, con 187 fallecidos por covid, y de ahí comenzó a descender.

Por su parte, la ocupación general de unidades en Bogotá está en el 45% y de camas con ventiladores solo para pacientes covid-19 positivos está en el 59,3%.

No obstante, el epidemiólogo Hernández explicó que si bien las características de este cuarto pico no se manifestarán de manera marcada en estos dos indicadores, los más relevantes, “sí habrá complicaciones que ameritarán UCI y sí fallecimientos”.



Ómicron, la variante de cierre

Este comportamiento en las cifras, que evidencia cómo este pico será de altísima transmisión pero de baja letalidad, explicó a EL NUEVO SIGLO el epidemiólogo Hernández, responde a que ómicron es la variante de cierre, y así está siendo considerada en el mundo de la epidemiología.

“Este cuarto pico va a ser más de casos leves y por eso los epidemiólogos han descrito a la variante ómicron como una variante de cierre. Eso significa que esta es una variante del virus en la cual este mismo se vuelve endémico. ¿Por qué? Porque es una variante mucho más transmisible que lo que busca es quedarse en la población, tener una transmisión rápida, lo más rápida que le sea posible para volverse así estacional como la influenza y como los por lo menos 25 virus respiratorios que circulan en el país. Son variantes más transmisibles que denominamos de cierre porque son las variantes con las que el virus ya se vuelve endémico”, añadió a este respecto el epidemiólogo Hernández, quien no obstante refirió que los indicadores de UCI y fallecidos podrían presentar un incremento leve.

Por lo mismo, reiteró el mismo llamado que lleva varios meses haciendo la Alcaldía Mayor de Bogotá a la vacunación, precisamente a razón del aumento que habrá en el número de contagios.

“Como hay más casos, lo que quiere decir que habrá más gente enferma, puede que se presenten casos de mortalidad y de ocupación de UCI porque todavía no hay gente vacunada. Las personas que tienen mayor riesgo de complicaciones y de mortalidad serán los no vacunados. Y de ahí a que el llamado sea a vacunarse y a mantener las medidas no farmacológicas que siempre se han tenido”, finalizó diciendo a este respecto el salubrista Hernández.



Vacunación sí fue masiva

La otra cara de la moneda es la que alude a la vacunación masiva que, de acuerdo con las cifras oficiales dadas por el Distrito Capital, va muy adelantada.

Al despuntar este año aún no había arrancado la vacunación en el país. A la expectativa del contrato que se encontraba negociando el Gobierno de Iván Duque, los alcaldes comenzaron a organizar la logística para que la inoculación contra el covid-19 fuera, en efecto, masiva.

Aunque en diciembre del 2020 la alcaldesa Claudia López sentenció en una entrevista que le hizo la Revista Semana que el “2021 no va a ser el año de la vacunación masiva”, a cuatro días de que finalice este segundo año de pandemia, en Bogotá el 81,6% de la población que debe ser vacunada para alcanzar una cobertura útil ya tiene el esquema completo de vacunación; y el 92,5% ya cuenta con su primera dosis.

En cifras, estos porcentajes dibujan hoy el siguiente escenario: de las 11.975.196 dosis entregadas a Bogotá (con corte al 26 de diciembre), han sido aplicadas 11.676.680, de las cuales 5.552.374 han sido para primeras dosis; 4.895.408 han sido para completar el esquema completo y 699.287 han sido dosis de refuerzo.

Así mismo, un lote de 14.612 vacunas está reservado para aplicación de segundas dosis, de las cuales 3.498 son del laboratorio Pfizer; 3.694 son de Sinovac y 7.420 son de Moderna.

Esto con relación a los adultos. La vacunación en los niños de los tres a los 11 años presenta un avance del 46% en primeras dosis aplicadas y del 14,76% en segundas dosis, considerando que el 100% equivale a una población de 872.288 infantes.

Inmunidad de rebaño: paradigmas que cambiaron en 2021

Los porcentajes arriba mencionados corresponden al 90% de la población total de la capital (un total de 6.001.867 personas). No obstante, es preciso recordar que durante buena parte del año se habló de inmunidad de rebaño y la meta de vacunación que se trazó el Distrito era del 70% de la población capitalina, techo que después fue reevaluado y se incrementó al 90%, precisamente porque inmunidad de rebaño como tal, se hizo claro, era una forma inadecuada de trazarse la meta de inoculación.

Esta terminología la aclaró a EL NUEVO SIGLO, el pasado 12 de junio, el vicedecano de investigaciones de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de los Andes y experto en modelaciones matemáticas de enfermedades contagiosas por vectores, Juan Manuel Cordovez, quien refirió que este término hace referencia a aquel fenómeno por medio del cual un porcentaje de la población se ha hecho inmune a una determinada enfermedad, pero que pierde sentido cuando hay recontagios.  

En otras palabras, desde mediados de este año se hizo claro que dicho término es aplicable en una situación en la cual las personas adquieren una inmunidad completa (es decir que no volverán a enfermarse jamás), ya sea porque estuvieron expuestos a un padecimiento del cual se recuperaron, o porque fueron inoculados con una vacuna que confiere inmunidad al mismo.

“Hablar de inmunidad de rebaño implicaba la idealización de que íbamos a llegar a un momento en el cual habría un porcentaje poblacional ya expuesto al virus, más otro porcentaje vacunado y por consiguiente podríamos olvidarnos del covid-19, como pasó con la tuberculosis. Pero eso no va a pasar con el covid-19: nos va a tocar convivir con él como con el dengue que está ahí, va y vuelve”, indicó en aquel entonces el profesor Cordovez.

Dicho esto hoy, cuando el 28,8% de los casos reportados en Colombia de covid-19 se encuentran en Bogotá, una ciudad que al cierre de esta edición tenía 6.502 casos activos, tres hechos son claros: primero, la ciudad ya está atravesando un cuarto pico. Segundo, este se manifestará en una elevada tasa de contagios pero de baja letalidad, y tercero, con ómicron el covid-19 pasará a ser una de las tantas enfermedades respiratorias endémicas que tiene Colombia, pero, eso sí, avanzar en la vacunación es una necesidad apremiante.