Uno de los temas sensibles y que causan preocupación entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, y ahora con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca con mayor razón, es el de la lucha antidrogas.
EL NUEVO SIGLO consultó con el excanciller Julio Londoño Paredes y los generales (r) Luis Ernesto Gilibert, exdirector de la Policía, y José Francisco Forero Montealegre, presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en retiro de las Fuerzas Militares, sobre cómo serán las relaciones del presidente Donald Trump con Colombia, la Fuerza Pública y el incremento de los cultivos de coca.
“Creo que el presidente Gustavo Petro debe manejar de una forma muy objetiva, tranquila y cordial las relaciones con Estados Unidos. La relación entre Colombia y Estados Unidos es muy importante para las dos naciones. Sobre el asunto de los cultivos ilícitos y su incremento, mi impresión es, por las declaraciones que se han hecho por funcionarios norteamericanos del actual gobierno, que no les interesa mucho el número de hectáreas cultivadas que pueda haber. El problema para Colombia es la exportación de cocaína y tiene que esforzarse, precisamente, para evitar que ese alcaloide ingrese a los Estados Unidos”, dijo Londoño Paredes.
Añadió: “Creo que lo que le interesa al gobierno norteamericano, y vuelvo a reiterarlo, es la entrada de cocaína a su nación. Y, naturalmente, rechazará y actuará con toda la firmeza en caso de que carteles de la droga que están ubicados en Colombia o grupos vinculados con ese fenómeno pudieran, en alguna forma, afectar la seguridad de los Estados Unidos”.
En relación con el trato de la administración Trump con las Fuerzas Militares y la Policía, señaló: “Creo que el gobierno norteamericano en ese sentido será objetivo y no va a entrar a una confrontación con todos los Estados al mismo tiempo. El señor Trump tiene suficientes problemas en Europa con los aliados de la OTAN en la guerra entre Rusia y Ucrania, en la crisis del Medio Oriente y con la situación con China para crear más problemas y dificultades con un país que de todas maneras tiene una relación cordial con los Estados Unidos y hay que mantenerla”.
Enemigo del narcotráfico
A su vez, el general (r) Luis Ernesto Gilibert dijo que “el electo presidente Trump durante su campaña y en diferentes oportunidades cuando hace referencia a Colombia es imposible que no toque el tema del narcotráfico y él a lo largo de su vida siempre se ha mostrado abiertamente en contra de todo tipo de consumo de estupefacientes. Es decir, es enemigo del narcotráfico y sabiendo que Colombia definitivamente sufre de cultivo, producción y comercialización del mundo del narcotráfico, lo más seguro es que mire a la nación como un país que puede convertirlo en aliado para dar una lucha muy frontal y muy fuerte contra el narcotráfico. Pienso que esa es una de las grandes posibilidades que tiene Colombia al lado del presidente Trump, un aliado contra el narcotráfico”.
Agregó que “en cuanto a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, él sabe perfectamente de la fortaleza y el respaldo tanto económico como jurídico que puedan tener del gobierno colombiano y de la administración de Estados Unidos para obtener unos resultados plausibles en la lucha no solamente contra el narcotráfico, sino contra los armados ilegales de toda pelambre”.
“Creo que el presidente Trump, apenas tenga la oportunidad de dialogar sobre las relaciones con Colombia, lo más seguro es que hable de la necesidad de incrementar la lucha contra el narcotráfico en todas sus etapas y en todos sus niveles. La expansión de los cultivos ilícitos es una amenaza regional y él seguramente con cada uno de los mandatarios de los diferentes países tendrá diálogos y acercamiento. Acuérdese de que Colombia es la puerta de entrada a Suramérica y la posición geográfica del país es bien sensible frente al narcotráfico. Seguramente el mandatario norteamericano va a poner mucho cuidado a las relaciones y a los acuerdos que pueda tener con el gobierno colombiano para incrementar la lucha contra el narcotráfico”.
Tensas y diplomáticas
Y el presidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en retiro de las Fuerzas Militares, general (r) José Francisco Forero Montealegre, dijo que actualmente las relaciones entre Colombia y Estados Unidos son tensas y diplomáticas.
“Honestamente, en mi concepto, porque no he escuchado nada diferente, las relaciones del gobierno de Colombia con el gobierno de los Estados Unidos, inclusive hoy con Joe Biden, son muy tensas y muy diplomáticas. No hay una relación de amistad abierta y ha habido algunas restricciones de cooperación de los norteamericanos, que eran muy normales y que se daban de manera recurrente. Creería que con el presidente Donald Trump y con el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio, pueden ser un poco más tirantes, en el sentido de que si no se hace algo contundente hacia el tema de frenar el narcotráfico y hay algo peor que se llama la minería ilegal, seguramente van a restringir algunos programas de apoyo. Hay que recordar que son 500 millones de dólares que el Congreso de los Estados Unidos aprobó para apoyo a Colombia, pero tiene unas condiciones y una de ellas es que se haga una tarea en contra de los cultivos ilícitos”.
En cuanto al incremento en los cultivos de coca y en los decomisos del clorhidrato, indicó que “la curva es directamente proporcional, es decir, que entre más se cultive, entre más se procese, obviamente más incautaciones va a haber. Se mueve más para salir al mercado negro. Si antes teníamos 100 toneladas y cogían 10, hoy producen 200 y se decomisan 15. El incremento es de cinco toneladas. El narcotráfico está generando tres problemas graves en Colombia: no ingresa la plata por el sistema financiero, porque es fácil rastrear su origen, y como esas millonarias sumas de dinero no se pueden legalizar, entonces están ingresando contrabando y esta es una de las grandes razones por las que estamos inundados de la economía informal. Además, el contrabando no tributa, genera desempleo.
Y el tercer fenómeno es la economía informal, que tampoco aporta. Por esta razón tenemos grandes problemas en las cajas de compensación y en nuestros sistemas de salud y pensional. Esos dineros del contrabando se reciben en efectivo y no se reportan a la DIAN. Entonces esos tres fenómenos: no tributar, el desempleo y la informalidad, son los que más tienen complicado al país”.
Frente a la expansión de los cultivos ilícitos, dijo que “es una amenaza totalmente regional. Sin embargo, el efecto de la cocaína en los Estados Unidos no cambia, porque ese alcaloide no es barato. El kilo de clorhidrato de cocaína vale 40 mil dólares, entonces cuánto cuesta un gramo, 40 dólares. El mayor consumo en los Estados Unidos se está dando en los estratos 4 y 5. Esos estratos mantienen ese consumo, que no se incrementa tanto, pero sí aumenta en Asia, en América del Sur, porque Colombia tiene más adictos a la cocaína que los que se registraban hace cinco años”.
“Realmente nosotros nos estamos quedando con el 10 o el 12 % del proceso de la droga y eso es plata. Pero, realmente la hoja de coca está en un precio muy bajo, porque había mucha producción. Hoy no sé cómo está ese proceso. Pero a mediados del 2024, la arroba de hoja de coca llegó a costar $23 mil y por esa plata no daba rendimientos, cuando estaba entre $60 y $65 mil la arroba. La caída del precio ocurrió porque hubo muchos cultivos y porque en su momento fue perverso por el anuncio "cultive que yo le pago", y fue grave, porque las políticas cuando se sacan sin mirar un poquito los efectos que van a producir, generan estos resultados”.