Es incierto el impacto que tendrá este ataque guerrillero en la suspendida mesa de diálogos en Quito.
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Cinco militares murieron y otros diez resultaron heridos en la madrugada de este martes durante un ataque con explosivos a una caravana del Ejército que hacía la ruta entre Tibú y Cúcuta, Norte de Santander, cerca de la frontera con Venezuela.
Los militares afectados con quemaduras de segundo grado y esquirlas producto de la explosión son atendidos en centros de salud de la ciudad fronteriza de Cúcuta.
A través de un comunicado, el Ejército responsabilizó del ataque al frente Juan Fernando Porras Martínez del Eln.
"Siendo aproximadamente las 01:00 horas de la madrugada del día de hoy 27 de febrero de 2018, tropas del Batallón de Ingenieros n°30, se encontraban realizando movimiento táctico motorizado vía Tibú – Salazar de las Palmas, Norte de Santander, cuando en el sector de la vereda Palmarito, se presenta una acción terrorista, activación de artefacto explosivo improvisado, instalado por sujetos pertenecientes al Frente Juan Fernando Porras Martínez del Eln", señaló el Ejército.
"Tenemos cinco hombres nuestros asesinados y 10 heridos. Ellos cumplían una actividad operacional de control de rutas" en zona rural del municipio de Tibú, departamento de Norte de Santander, declaró a La W el comandante del Ejército, general Ricardo Gómez.
"La hipótesis más fuerte" apunta al frente Juan Fernando Porras Martínez, "con el cabecilla alias Gonzalo Satélite, ya que delinquen en ese sector", agregó el jefe militar.
Entre los militares que resultaron con lesiones en el ataque hay uno que "reviste gravedad", mientras los otros están bajo "valoración médica" en un centro hospitalario de la ciudad de Cúcuta, de acuerdo con el comandante del Ejército.
El presidente Juan Manuel Santos expresó su rechazo frente a esta acción, que una vez más pone en entredicho el futuro de las congeladas negociaciones de paz con el Eln.
"Repudio absoluto al cobarde atentado contra nuestros héroes en Norte de Santander. Toda mi solidaridad con las víctimas", trinó el mandatario.
Sin referirse en principio a la agrupación guerrillera, advirtió que irán "tras los responsables".
Más incertidumbre
El nuevo golpe a la Fuerza Pública se produjo a 40 kilómetros de la convulsa frontera con Venezuela, y se enmarca en un recrudecimiento del conflicto con el Eln tras el fin de un alto al fuego bilateral el 10 de enero.
Después de expirado el acuerdo, los guerrilleros realizaron varios atentados con explosivos que dejaron ocho policías muertos y decenas de heridos. En la contraofensiva, las Fuerzas Armadas también capturaron o abatieron a decenas de presuntos irregulares.
A raíz de los atentados contra la Policía, el Gobierno congeló los diálogos de paz que desde hace un año lleva a cabo en Quito.
El proceso cayó entonces en punto muerto.
Sin embargo, al anunciar el lunes la suspensión de las operaciones militares con ocasión de los comicios de marzo, la organización alzada en armas propuso a Santos fijar una fecha para la reanudación de las conversaciones.
De confirmarse la responsabilidad del Eln, es incierto el impacto que tendrá en la mesa de diálogos en Quito.
Los analistas han subrayado en la dificultad de negociar la paz con esa guerrilla, que opera como una estructura federada que reconoce autonomía militar a sus varios frentes.
Además, el ejército ha denunciado que varios de los líderes insurgentes se refugian en el lado venezolano de la frontera, y que incluso varios venezolanos están siendo reclutados por el Eln en medio de la severa crisis económica que asola a su país.