El Estado no ha fallado en copar las zonas dejadas por las Farc, sino que superar 53 años de conflicto armado es un proceso complejo, señaló el defensor del Pueblo Carlos Negret.

Manifestó que lo que se requiere es que llegue la oferta institucional e indicó que la gente de Tumaco hoy pide justicia para que el crimen no sea una alternativa viable en estos territorios.

EL NUEVO SIGLO: ¿En el Catatumbo el Estado falló en copar el terreno dejado por las Farc?

CARLOS NEGET: No es que el Estado haya fallado en copar los territorios. Es que la implementación de un acuerdo de paz para superar 53 años de conflicto armado es un proceso complejo al cual le debemos paciencia. La Fuerza Pública está haciendo presencia. Ahora falta que llegue la oferta institucional.

ENS: ¿Por qué el Catatumbo terminó convirtiéndose en zona de guerra?

CN: Definitivamente por el afán del Epl, Eln y las disidencias de las Farc de apropiarse de las rentas del narcotráfico, el robo de gasolina y el contrabando. Sumado a las difíciles condiciones institucionales y de infraestructura para transitar y llevar los Derechos a las veredas y las montañas de esta región.

ENS: ¿Cree que la nueva estrategia del Gobierno para recuperar el orden público en la zona dará resultados? ¿O qué más falta?

CN: Por supuesto. El pie de fuerza es importante, pero en esta zona no basta con la acción militar y policial. La gente de Tumaco hoy pide justicia para que el crimen no sea una alternativa viable en estos territorios. Pide infraestructura, educación y salud para tener un futuro promisorio.
Cualquier estrategia debe pasar por ahí. Sabemos que entrarán al Catatumbo cerca de 2.000 soldados para apoyar la seguridad. En los últimos días supimos de un panfleto amenazante que le llegó al alcalde del municipio de Tibú, en Norte de Santander, firmado por el Epl.

Minería ilegal y narcocultivos

ENS: ¿Cómo es el fenómeno de la minería ilegal en Tumaco?

CN: Los actores armados cometen extorsiones a las empresas que realizan la exploración, así como el secuestro de empleados, tanto de mineros legales como ilegales. A través de métodos violentos, en departamentos como Chocó, Nariño y Cauca, estos grupos controlan casi en su totalidad la explotación y comercialización del metal precioso desde la mina. Tumaco es un municipio representativo en donde confluyen los actores armados ilegales que buscan controlar la minería ilegal. En el 2017 se extrajeron 587 kilos de oro de Tumaco, provenientes en su totalidad de barequeros registrados: 4.128 para el 2017 y 487 para febrero de 2018. Ellos son el eslabón más vulnerable a las acciones violentas de los grupos armados ilegales.

ENS: ¿Esto qué significa para Tumaco?

CN: Solo para Tumaco esto significa que durante el año pasado estos grupos obtuvieron de la minería ingresos entre 939.000 dólares y 1,8 millones de dólares, a partir de la coacción sobre las comunidades que desarrollan esta actividad solo para este municipio.

ENS: Como Defensor del Pueblo, ¿cómo evalúa que los grupos armados estén tomando prisioneros entre sí?

CN: Tenemos una situación compleja. La Defensoría ha advertido el riesgo de violaciones a los derechos humanos en dos ocasiones en los últimos cuatro meses. Tenemos una alerta temprana para Telembí y otra para Tumaco en la que advertimos la presencia de diferentes grupos armados organizados. Ambos escenarios de riesgos persisten.

ENS: ¿Cuáles son las zonas afectadas por la presencia de los grupos armados?

CN: Algunas regiones afectadas por la presencia de actores armados que ejercen control sobre economías ilegales, como el narcotráfico y la minería aurífera, son el corregimiento de Llorente en Tumaco y el casco urbano de ese municipio; Argelia, El Tambo, Suárez y corregimientos de Caloto y Corinto, en Cauca; Buenaventura, en el Valle del Cauca; el corregimiento La Gabarra y los municipios de Tibú y El Tarra, en Norte de Santander. Tarazá, Caucasia y El Bagre, en Antioquia.

Se presenta la necesidad de que se realicen acciones de prevención, protección y disuasión de factores de violencia en relación con comunidades vulnerables que habitan en los sitios donde hay embarque de estupefacientes e importación de armamento, especialmente en áreas portuarias de Tumaco, El Charco, Guapí y Buenaventura, así como en puntos de fronteras terrestres, como Cúcuta, Puerto Santander y aledaños.

ENS: ¿Qué acciones ha tomado la Defensoría?

CN: La Entidad ha venido advirtiendo que desde finales de 2017 se presenta una disputa entre los miembros de las dos estructuras armadas que han copado los espacios dejados por las Farc en la zona. La reconfiguración de la dinámica armada en el territorio ha conllevado especialmente, desde enero de 2018, varios hechos de violencia con afectaciones directas sobre la población civil, generando desplazamientos forzados, amenazas, secuestros, confinamiento, restricciones a la movilidad, enfrentamientos con interposición de la población civil e impidiendo el acceso a bienes y servicios básicos como la salud y la educación.

ENS: ¿Cómo enfrentar la problemática de los narcocultivos?

CN: Una opción razonable es la que propone el acuerdo final: la zanahoria de la sustitución voluntaria para los campesinos que asuman compromisos con la no resiembra; y el garrote de la erradicación para que se resistan. Hay que señalar que este último debe ser subsidiario; es decir, ante la imposibilidad de obtener el consentimiento. Asimismo, esto solo funciona con productos productivos y cadenas de comercio justo para quienes dejen de cultivar: la gente no siembra coca porque quiera sino porque le toca.

ENS: ¿Qué datos se tienen de cultivos ilícitos?

CN: En el 2000 había 161.971 hectáreas de cultivos de coca en todo el país y para el 2016 la cifra estaba en 146.140 hectáreas. Es preocupante que solo en Tumaco hay en la actualidad unas 23.000 hectáreas de cultivos de coca, afectando principalmente a la comunidad de Alto Mira y Frontera.

ENS: ¿Qué tan grave es la amenaza de la disidencia de las Farc?

CN: Grave porque se trata de un actor armado en capacidad de afectar la vida, la integridad y libertad personal.

Marcha por la vida en Tumaco

El defensor del Pueblo, Carlos Negret, participó en la marcha “Tumaco, unidos por la vida y la justicia”, en la que miles de tumaqueños clamaron por el fin de la violencia en la región.

“Hemos venido nuevamente a Tumaco para preservar los Derechos Humanos, la vida, la paz, y que el Gobierno voltee sus oídos y sus ojos a esta comunidad que clama paz, tranquilidad e inversión social”, dijo el defensor Negret durante el recorrido.

Y es que precisamente la Defensoría del Pueblo participó en la jornada con el propósito de enviar, según dijo Negret, un mensaje de paz y reconciliación, para que los actores armados no sean los protagonistas de la vida tumaqueña, y sí la confluencia plural de actores sociales que estuvieron en torno a un mensaje de rechazo a la guerra y el olvido, por la paz, la vida y la justicia.

La marcha tuvo por objeto movilizar a la sociedad en torno a las necesidades estructurales de Tumaco, para superar la grave situación humanitaria del Litoral Pacífico nariñense y por eso, el defensor Negret dijo que “nos unimos todos como sociedad y Estado para que haya inversión social, se haga la sustitución de cultivos y la gente tenga herramientas para trabajar y educar a sus hijos en debida forma”.

Negret sostuvo que la Defensoría del Pueblo reconoce el carácter pacífico y cívico con el cual se condujo la protesta y hace un llamado a la opinión pública y a las instituciones estatales para que atiendan sus demandas, con el propósito de preservar este espíritu constructivo.

Luego de la jornada por las calles tumaqueñas, el defensor Negret se reunió con el comité organizador de la marcha compuesto por líderes sociales como Orlando Olave, obispo de la Diócesis de Tumaco, y Sayda Mosquera, de la Cámara de Comercio de Tumaco, así como con el gobernador de Nariño, Camilo Romero.

En este espacio asumió el compromiso de transmitir al Gobierno nacional las peticiones que se hicieron del pueblo tumaqueño, para garantizar la sostenibilidad de las acciones que requiere Tumaco a corto, mediano y largo plazo.