Para llegar a tener un Estado en forma se requiere de un compromiso político de todos los partidos y movimientos políticos, como de la magistratura, la administración pública, el Congreso y la sociedad civil. Quizá, el personaje de nuestra historia que más se interesó en ese tema y se constituyó una obsesión de su quehacer como hombre de Estado, cuando supera los extremismos de partido, fue Rafael Núñez.