Así es segundo round en campaña presidencial | El Nuevo Siglo
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Domingo, 29 de Mayo de 2022
Redacción Política
  1. ¿CÓMO REMATÓ LA CAMPAÑA?: tras una contienda proselitista de casi año y medio, en la que en un momento dado había más de 40 nombres de precandidatos y candidatos, al final solo seis llegaron a las urnas para esta primera vuelta. Por primera vez hay tres coaliciones multipartidistas en competencia (Pacto Histórico, Equipo por Colombia y Centro Esperanza). Cada una de ellas eligió su candidato único en las consultas del 13 de marzo, que sumaron más de 12 millones de votos, ganando Gustavo Petro, Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo, respectivamente. Si bien los primeros dos son favoritos para pasar a la segunda vuelta, la incógnita es el aspirante independiente Rodolfo Hernández, que no solo superó en las encuestas a Fajardo sino que podría representar un peligro para el exalcalde de Medellín, no así para el dirigente de izquierda que se podría decir tiene tiquete asegurado para el balotaje. Es la primera vez que un candidato de izquierda tiene tantas posibilidades de llegar a la Casa de Nariño, más aún en un país que siempre se ha ubicado del centro a la derecha. Sin embargo, en las urnas todo puede pasar, ya que hay una amplia porción de voto en blanco, indecisos así como de opinión que no se sabe por quién se inclinará en una jornada en la que se prevé que, pese al puente festivo, más de 20 millones de personas voten efectivamente dentro de un promedio de abstención del 50%.
  1. ¿QUÉ DICEN LAS ENCUESTAS?: los últimos sondeos de opinión mostraban un escenario muy marcado, con algunas pequeñas diferencias. Petro continuaba al frente con porcentajes promedio de 38%, una clara tendencia a la estabilización e incluso algún leve retroceso. Gutiérrez, entre tanto, rondaba el 26% en promedio, pero creciendo muy lentamente. La sorpresa, sin embargo, venía por el lado de Hernández, que en el último mes logró un repunte sustancial en la mayoría de los sondeos, con promedios del 16%, sin embargo todavía le faltaba trecho para alcanzar al aspirante de Equipo por Colombia. En cuarto lugar estaba Fajardo, con promedio del 7% en las encuestas, una clara tendencia a la baja, perdiendo terreno con Hernández e incluso llegando a temer que no alcance el 4% de los sufragios hoy, lo que implicaría que esa campaña no recibiría recursos por reposición de votos. En los últimos lugares, con porcentajes que rondan el 1% se encontraban los candidatos Enrique Gómez Martínez y John Milton Rodríguez. En tanto, que el promedio del voto en blanco es del 5% y el de No Sabe/No responde del 8%. Ahora, no se sabe cómo haya cambiado ese escenario en los últimos nueve días, ya que hasta el 20 de mayo se pudieron publicar encuestas, pero desde entonces hubo varios debates entre candidatos, adhesiones de personalidades, escándalos en algunas campañas y duros cruces de acusaciones.
     
  2. ¿CÓMO LLEGA PETRO?: con tres campañas presidenciales a bordo, es claro que el candidato del Pacto Histórico nunca había estado tan cerca de ganar la Casa de Nariño, pese a la polarización que genera, los escándalos que han rodeado su campaña y el fuerte debate por algunas de sus propuestas de gobierno. Juega a su favor que lleva más de un año liderando las encuestas y que en esta ocasión, a diferencia de 2018, sí logró construir una coalición partidista de base que ya en los comicios parlamentarios de marzo pasado alcanzó a elegir 19 senadores (la lista más votada) y 25 representantes a la Cámara. Otro plus de Petro es que la consulta interpartidista del 13 de marzo, que ganó con más de cuatro millones de votos, sumó 5,8 millones en total, que la campaña considera un plante electoral muy fuerte que no solo le aseguraría ser el más votado hoy sino pensar en sacar el 50% más uno de los sufragios, para ganar la Presidencia de una. Sin embargo, en ninguna de las últimas encuestas el senador superó el 45% de las preferencias, en tanto que incluso alcanzó a retroceder en varios sondeos, sumado a que recibió pocas adhesiones con potencial electoral significativo. Ahora, para seguir pensando en ganar la Casa de Nariño en la segunda vuelta (19 de junio) necesita sacarle a Gutiérrez no menos de 12 o 15% de ventaja en las urnas hoy. Un porcentaje menor haría peligrar sus opciones, ya que el antipetrismo es muy fuerte y se unirá contra él para tratar de atajarlo en el balotaje final.

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  1. ¿CÓMO LLEGA GUTIÉRREZ?: tras la consulta del 13 de marzo, el candidato de Equipo por Colombia se disparó en las encuestas, ubicándose rápidamente en el segundo lugar. Supo asegurar rápidamente los apoyos de los partidos Conservador, La U, MIRA y el liberalismo oficialista. También se ha posicionado ante la opinión pública, que hace varias semanas poco lo conocía. Es claro, igualmente, que logró conquistar una parte del voto de un centro político desencantado de Fajardo y abiertamente contrario a votar por Petro o Hernández. Sin embargo, juega en su contra que tras el salto al 25% de las encuestas, empezó a crecer muy lentamente, con el agravante de que Hernández comenzó a recortarle distancia en las últimas semanas. Falló en no poder concretar las adhesiones del uribismo y Cambio Radical, aunque se sabe que este es un voto de centroderecha que muy posiblemente lo apoye hoy en las urnas. El exalcalde de Medellín es consciente de que difícilmente le ganará hoy a Petro, por lo que su principal objetivo no solo es clasificar a la segunda vuelta sino evitar que el candidato de izquierda le saque una ventaja superior al 10% en la votación, ya que ese porcentaje es descontable de cara a la cita en las urnas de junio, debido al peso político del antipetrismo. Gutiérrez confía no solo en el voto poco visible pero efectivo de las estructuras partidistas que lo apoyan, sino en que los que hoy respaldan a Hernández y Fajardo se inclinen en mayor parte por él en la segunda vuelta.
     
  2. ¿CÓMO LLEGA FAJARDO?: sin duda alguna el aspirante de la Centro Esperanza, que tuvo un bajo desempeño en las consultas del 13 de marzo, sumando apenas 723 mil votos, llega con un panorama muy complicado a las urnas, no solo por la descolgada en las encuestas frente a los dos punteros sino porque Hernández se muestra hoy como una opción de tercería más viable. Para no pocos analistas, resulta evidente que a Fajardo en esta ocasión no le ha funcionado el discurso de la opción centrista y alternativa frente a los polos petrista y uribista. De hecho, uno de los grandes damnificados políticos y electorales este año es el Centro Democrático y el expresidente Uribe. También es innegable que a diferencia de Petro y Gutiérrez, que evitaron fisuras en sus respectivas coaliciones después de las consultas, Fajardo no pudo impedir la profundización de las divisiones en la Centro Esperanza, sobre todo los deslizamientos de dirigentes de la Alianza Verde a las toldas del Pacto Histórico y otro tanto a las de Gutiérrez o Hernández. Sin embargo, el exgobernador y exalcalde antioqueño confía en que se repita lo de 2018, cuando llegó a la primera vuelta marcando muy bajo en las encuestas pero a la hora de las urnas fue la gran sorpresa, sumando 4,6 millones de votos, apenas 200 mil menos que Petro. Hoy repetir esa sorpresa parece muy complicado.
     
  3. ¿CÓMO LLEGA HERNÁNDEZ?: hay dos formas de evaluar lo que pasa con el remate de campaña del exalcalde de Bucaramanga. La primera se basa en lo positivo que resulta que en cuestión de pocas semanas este candidato independiente y el único del Top 4 que no fue a consulta ni está respaldado en una coalición, haya dado un salto grande en las encuestas, sobrepasando de lejos a un aspirante de los quilates de Fajardo e incluso acercándose rápidamente a Gutiérrez. Es claro que ese impulso se debe a un mayor impacto público de su discurso confrontacional, también a su insistencia de seguir como independiente así como al desgaste de Fajardo y una combinación de voto de opinión y voto protesta. Sin embargo, la otra cara de la moneda radica en que este repunte se dio muy tarde, cuando la campaña ya estaba muy polarizada entre Petro y Gutiérrez. Para no pocos analistas, si Hernández hubiera tenido un par de semanas más, seguramente sus opciones de pasar a segunda vuelta habrían sido mayores. En su campaña, de todas maneras, aseguran que hoy dará la sorpresa y que en la última semana y media sumó mucho voto regional y de opinión que le permitirá pasar al balotaje. Sin embargo, sin tener estructura partidista de base ese no es un tema fácil. Pero pase lo que pase, Hernández será un fiel de la balanza para la segunda vuelta.
     
  4. ¿CÓMO LLEGAN GÓMEZ Y RODRÍGUEZ?: Cuando se cerraron las inscripciones de candidatos presidenciales, el tarjetón quedó con ocho tiquetes, pero en las últimas semanas se retiraron Luis Pérez e Ingrid Betancourt, que registraban menos del 1% en las encuestas. El primero no se unió a ningún otro aspirante y la segunda optó por Hernández. Quedan en competencia, además de este último, Petro, Gutiérrez y Fajardo, dos nombres: de un lado está el abogado Enrique Gómez Martínez, del Movimiento de Salvación Nacional, el partido que fundara el asesinado dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado y al cual le fue revivida su personería jurídica a finales del año pasado. Ubicado claramente en la centroderecha, Gómez Martínez, pese a marcar muy bajo en los sondeos, ha logrado reposicionar poco a poco a la colectividad en el mapa partidista y poner sobre la mesa una serie de propuestas, sobre todo en ajustes a la seguridad y justicia, pese incluso a desarrollar una campaña en donde no recibió financiación estatal. A su turno, Rodríguez ha podido dar cierta visibilidad a las ideas de su partido de origen cristiano, pese a la polémica alrededor de la viabilidad de su aspiración por una controversia interna en Colombia Justa y Libres. También está por debajo del 1% en las encuestas. Tanto Gómez Martínez como Rodríguez seguramente irán a la campaña de Gutiérrez, si este pasa a segunda vuelta, pues ambos son marcadamente antipetristas.
  5. ¿CÓMO LLEGA LA ECONOMÍA?: en medio de una campaña con fuertes diferencias entre las propuestas de los candidatos en esta materia, es claro que un elemento clave a la hora de votar hoy es, sin duda, la marcha de la economía pospandemia. El proceso de reactivación va viento en popa y prueba de ello es que el PIB creció 8,5% en el primer trimestre, tras el histórico 10,6% con que cerró el año pasado. El desempleo también está bajando (12,1%), al tiempo que la pobreza monetaria fue 3,2% menor a la de 2020, cuando se trepó a 42,5%. También disminuyó la pobreza monetaria extrema en 2,9% frente al 15,1% del mismo lapso. Incluso la pobreza multidimensional cerró el año pasado en 16%, 2,1 puntos porcentuales menos que en 2020. Otros indicadores sectoriales referidos a exportaciones, balanza comercial, demanda de energía, industria, comercio, construcción, turismo y otros rubros tienen un buen desempeño. El punto negativo, sin embargo, continúa siendo la escalada inflacionaria, ya que entre enero y abril el costo de vida creció 5,66% y el anualizado es de 9,23%. A fenómenos que venían desde el año pasado, como una demanda mundial desaforada y el cuello de botella en el comercio internacional, se sumaron desde finales de febrero los graves efectos de la guerra por la invasión rusa a Ucrania que disparó aún más el precio de los alimentos, agroinsumos, productos básicos e hidrocarburos. La situación económica, es claro, impacta en la psiquis del elector y de cómo su voto ayudará a mantener o cambiar el rumbo del país en este frente.
     
  6. ORDEN PÚBLICO: mientras que en las presidenciales de 2002, 2006 y 2010 la mano dura militar contra la guerrilla fue clave para determinar el triunfo de Álvaro Uribe en las primeras dos ocasiones y Juan Manuel Santos en la tercera, en los comicios de 2014 y 2018 el tema central de la contienda por la Casa de Nariño fue la continuidad o no de la negociación y el acuerdo de paz con las Farc. Hace ocho años este asunto fue clave para permitir la reelección de Santos y hace cuatro igualmente determinante para que el senador uribista Iván Duque, cuya principal bandera era la reforma al pacto suscrito en 2016 con esa guerrilla, llegara a la Casa de Nariño. En esta ocasión, los temas de paz y guerra no son centrales a la campaña pese a que el Eln continúa delinquiendo, las facciones residuales de las Farc (disidencias y reincidencias) tendrían más de 4.000 hombres-arma y bandas criminales como el ‘Clan del Golfo’ han extendido su accionar, generando un reciclaje de la violencia en muchas regiones, un repunte del terrorismo, masacres, narcotráfico y minería ilegal, entre otros. Aunque los atentados, ataques a la Fuerza Pública y hasta ‘paros armados’ han generado críticas al Gobierno por fallas en la estrategia de seguridad y orden público, golpes como la captura y extradición de ‘Otoniel’ (cabecilla del ‘Clan del Golfo’), el abatimiento de alias ‘Matamba’ (de la misma banda) así como las bajas de cabecillas perpetradas al Eln y los grupos de las Farc han permitido nivelar las cargas. Los colombianos llegan a las urnas hoy sin el dilema de guerra o negociación con la guerrilla, pero sí con el temor de que algún grupo ilegal trate de sabotear la cita a las urnas o siga profundizando la violencia.
     
  7. EL FACTOR DUQUE: desde el 2002 a la fecha es innegable que en las campañas presidenciales el Gobierno de turno fue un factor político decisivo, tanto para las elecciones y reelecciones de Uribe y Santos, como para la escogencia de Duque en 2018. Sin embargo, en esta ocasión el tema de la continuidad o no de la línea política gubernamental de la Casa de Nariño no es un asunto central de la contienda. De hecho, sorprende que el Centro Democrático, principal partido del Ejecutivo, cuna de Duque y que en esta ocasión no presenta candidato propio, no ha adherido oficialmente a Gutiérrez, pese a que se sabe que sus dirigentes y bases lo apoyarán en las urnas. Petro, Fajardo y Hernández si bien catalogan al aspirante de Equipo por Colombia como el “candidato del Gobierno”, el “uribismo” y el “continuismo”, no han podido convertir este asunto en central de la campaña ¿Por qué? Hay tres razones. La primera, Duque tiene entre 25 y 35% de favorabilidad en las encuestas, un rubro potable tras el desgaste propio de cuatro años. En segundo lugar, la crisis pandémica llevó a que el Gobierno se adueñara de la bandera de los programas y asistencia social billonaria a los más vulnerables, quitándole ese discurso político reivindicativo a la izquierda y centroizquierda. Y tercero, Duque hizo un gobierno centrista, sin caer en los extremismos del ala más radical del uribismo, sobre todo en cuanto a echar para atrás el acuerdo de paz con las Farc. Al final, con más altas que bajas, el Gobierno avanzó en la implementación de este. Así las cosas, la Casa de Nariño no es un ‘blanco político rentable’ de Petro, Hernández y Fajardo, pese incluso a que Duque sí ha ‘disparado’ más de una crítica velada contra las propuestas del candidato del Pacto Histórico.